Capítulo 12: ¿Quién puede comprender a un asesino?

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No, esa no era la pregunta adecuada, más bien ¿qué sucede contigo? Esa aura asesina estoy segura de que provenía de él, sin embargo, esa presencia tan abrumadora no está en correspondencia con la edad ni la imagen que tenía de Arwin. Esto hace que no pueda evitar preguntarme ¿quién era este niño?

Cuando esos ojos rojos llenos de frialdad se posaron en mí no puede evitar que un escalofrío me recorriera. ¿Por qué no estoy corriendo en este momento? Porque ese era Arwin después de todo, me negaba a creer que quiere hacerme daño.

-...¿Viola?- la voz de Arwin sonaba indecisa.

Sus ojos me miraron atentamente antes de que esa aura extraña desapareciera sin dejar rastro. La expresión sonriente del niño volvió a su rostro, esa era una expresión con la que estaba familiarizada. Mi cuerpo se relajó gradualmente.

-¡Viola!-soltó un pequeño grito y en un segundo ya estaba frente a mí, sus manos estaban en mis hombros y sus ojos me inspeccionaban en busca de algo- ¿estás bien, no estás herida?¿por qué desapareciste en medio de la noche? No andes por ahí casualmente me preocupa que algo te suceda.

-Arwin relajate, estoy bien. Sólo salí a caminar porque no podía dormir.

Al momento frunció el ceño.

-¿Entonces por  qué no fuiste a mi habitación? En vez de vagar de noche podríamos hablar...

Este comportamiento era demasiado extraño. ¿Qué intenta ocultar?

-Estás siendo paranoico, esta es mi casa ¿qué puede sucederme aquí?

Ni hablar del palacio, la mansión del duque era una fortaleza impenetrable... bueno, nuestro líder de caballeros está teniendo su propia telenovela en la cocina, pero no por eso es remotamente sencillo poner un pie en la mansión D'Autrich.

-Arwin, justo ahora... ¿Cómo supiste que no estaba en mi habitación?

Es cierto, aunque la habitación de Arwin está justo al lado de la mía es muy improbable que me haya sentido salir. El reloj de las 12:20, a esta hora ¿que hace Arwin despierto y en mi habitación?

-No podía dormir así que vine a hablar contigo, pero no estabas aquí.

Sus ojos me observaban directamente y tenía la mejillas sonrojadas como avergonzado. No parecía que estuviera fingiendo.

Sonreí, era demasiado tarde como para estar jugando estos juegos mentales. Acaricié esos rizos suaves.

-Vamos durmamos un rato, sé que no puedes dormir.

Le cogí la mano y fuimos hasta la cama. Para mi no es anda anormal dormir juntos. Arwin después de salir del orfanato tiene muchas pesadillas, esta no es la primera vez que dormimos juntos.

No pude evitar reír sólo de imaginarme la cara que pondría mi padre si se enterara.

Me acosté y Arwin se acostó a mi lado, tomé su mano, queriendo asegurarme que este era Arwin. Fue bastante impactante cuando abrí la puerta de mi habitación y lo vi de esa forma, como un demonio.

-¿Tuviste pesadillas otra vez?

-Sólo fue un mal sueño.

Siempre era así, nunca hablaría de esos sueños. No lo forzaba, después de todo sólo tenía una idea vaga de lo que sucedió en el orfanato, era mejor no desenterrar ese asunto hasta que él estuviese preparado, podía esperar hasta ese momento.

-¿Por qué no podías dormir?-su voz era  suave, muy cómoda.

Si en este momento me leyera un libro me quedaría dormida en segundos.

¡Voy a librarme del bad ending!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora