Prólogo

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El comienzo de la verdadera destrucción de nuestro mundo no inició porque a unos idiotas se les ocurrió comenzar a hacer cosas para producir el calentamiento global, exactamente, en la Revolución Industrial, nada menos ni nada más que hace más de 180 años, no. La destrucción de los humanos empezó en el año 1982, el que normalmente se marca como el año en que «nació Internet».

Sí, esa molesta, ridícula y muy necesitada red que todos utilizamos, creada por los fabulosos científicos de computación: Robert Elliot Kahn y Vinton Cerf, que tal vez no tenían ni idea del desastre inminente que crearían, algo así como un pase fácil y rápido de destrucción para todos los seres inútiles, crueles y juzgones que habitan el planeta tierra, es decir, los humanos.

Y todo empeoró, colocándose aún peor, cuando Six Degrees llegó, mejor conocida como la pionera de las redes sociales. Eran mediados de los 90. No hacía mucho, Tim Berners-Lee había creado la World Wide Web, pero la conexión de internet se hacía por teléfono y poca gente tenía correo electrónico. Netscape era el principal buscador.

En esa época, en medio de un boom de las compañías puntocom, un visionario empresario se reunió con unos amigos con el propósito de idear un negocio que aprovechara esta poderosa herramienta de internet. Lo que Andrew Weinreich creó fue una especie de "directorio electrónico" que conectaba al usuario con sus conocidos y, a su vez, a las personas que estos conocían y así sucesivamente en una progresión geométrica.

Lo llamó Six Degrees (Seis Grados), un nombre basado en la hipótesis que sostiene que cada persona en este planeta está conectada a otra por no más de seis vínculos de relación.

Luego vino lo peor, aquellos que conocemos como Facebook, Instagram, Twitter y TikTok y con eso, llegó la era de Mark Zuckerberg y adolescentes sin supervisión viviendo día y noche a través de una pantalla.

Y con ellos, los problemas que surgen principalmente por ausencia de seguridad, el cuidado tanto de los usuarios como de sus datos y bienes y el mal manejo de información y de medidas de prevención eficientes, y con ello vienen las causas más famosas y reconocidas de la adicción a las redes sociales se encuentran la baja autoestima, la insatisfacción personal, la depresión o hiperactividad e, incluso, la falta de afecto, carencia que con frecuencia los adolescentes tratan de llenar con los famosos likes sin importar el daño que puedan causar en el proceso.

 El acecho, el robo de identidad, los ataques personales y el mal uso de la información son algunas de las amenazas que enfrentan los usuarios de estas redes sociales, pero a nadie le importa, todos quieren ser virales y la mayoría de las veces, los propios usuarios tienen la culpa, ya que terminan compartiendo contenido que no debería estar en el ojo público.  

Pero... ¿Cómo no hacerlo? Si nuestra vida depende de cuantos seguidores tengamos en Instagram, que tan activos seamos en Tiktok, que chismes coloquemos en Twitter y cuantas reacciones tengamos en Facebook.

E incluso, me atrevería a decir que más del 98% de los jóvenes de este siglo, sufre de síndrome FOMO, mejor conocido por su nombre, en inglés: 'Fear Of Missing Out', traducido para quienes no lo entiendan a algo simple y sencillo como: el miedo a perderse algo importante mientras no están en línea.

Así que con las famosas redes sociales, no solo llegó una manera rápida y "segura" de contactarnos con personas que están al otro lado del mundo, sino que se crearon los temibles y términos muy comunes (por desgracia), que todo el mundo conoce: Grooming, el Ciberbullying, el Phishing, el Sexting y el Hacking.  

Les voy a explicar, porque no importa cuantas veces nos digas que existen, sé que hay personas que aún no saben el peligro que corren ni las consecuencias que traerán sus actos.

VIRALES  - [Tu vida arruinada con un solo clic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora