CAPÍTULO CINCO

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CAPÍTULO CINCO

14 días antes.

6 de marzo del 2014

Nueva York, Estados Unidos.

08:30 AM

ANDREA.

—¿Por qué me miras así? — le pregunta Ada a Pitter con cierto enojo y lo que hace mi novio es que aprieta la mandíbula y continúa masajeándose el rostro con el hielo y la pomada, aunque eso sea algo inútil: los moretones le saldrán igual y a este punto es demasiado obvio que peleó.

Tal vez debió pensar antes que por supuesto Paolo iba a ganar y que lo suyo son herir a las personas con palabras, no a los golpes. La verdad es que no sé cómo hará para que sus padres no se molesten con él y mucho menos como lograra que Paolo lo perdone.

—No deberíamos crear tensiones entre nosotros. — digo, haciendo que Alejandra, Ada, Camila y Diego concentren su atención en mí:— No cuando hay una persona enloquecida amenazando con destruirnos.

—¿Quién nos puede hacer más daño que nosotros mismos? — pregunta Diego Williams, dejando de caminar de un lado a otro por el pasillo: — No creo que nadie pueda superar lo que nuestros amigos se hacen entre ellos...—

—Diego. — menciono su nombre entre dientes, lo que hace que Ada y Alejandra, que es hermana de Diego, concentren sus ojos en mí. Ignoro que Pitter también lo hace, así como ignoro el hecho de que Diego ha dicho eso como una especie de flecha y que sé que va hacia mí.

¿Qué más puedo hacer? Mi mejor amigo de toda la vida me odia porque me hice novia de su propio mejor amigo, porque yo jamás pensé que el magnífico Diego Williams estuviera enamorado de mí.

—¿Hay algo de lo que nos estemos perdiendo? — pregunta Ada, haciendo que haga una línea fina con los labios y mire a Diego.

¿Por qué no le explicas a la mejor amiga de tu hermana que cuando te dije que iba a aceptar la propuesta de Pitter (quien tú sabías desde hace mucho tiempo que me gustaba) enloqueciste, me gritaste y dijiste que era una ciega porque no me di cuenta de que siempre estuviste enamorado de mí?

¿Por qué no le explicas a Ada que no intentaste separar a Paolo de Pitter porque querías que Paolo le hiciera el daño físico que tú también deseabas hacerle y que por eso no hiciste ni el menor amago de separar a DOS de tus amigos de la infancia?

—Tal vez tengo una idea de quienes son los traicioneros. — habla Camila Crawley: cabellorubio, largo, ojos avellana, piel pálida y nada más que los sorprendentes 1,70 de estatura que nació en Londres, Inglaterra. Hija de una presentadora famosa y el actor de cine inglés Roberto Crawley, ¿quién no conoce a la perfecta y famosa de cuna Camila Crawley?

Se hizo parte de nuestro grupo que originalmente comenzó con los hermanos Williams, Diego y Alejandra, mellizos e hijos del Alcalde de Nueva York, Ada Carvajal, hija de unos políticos australianos (Ada nació en Sydney), Julio Calles, el hijo del hermano del presidente del país, Pitter Ivanov hijo de unos diplomáticos rusos y Paolo Boves, hijo del futbolista argentino Leonel Boves.

Se conocen desde niños, incluso podría decir que están destinados desde que estaban en el vientre de sus madres, pero eso sería así si se llevaran bien en primer lugar, y por supuesto que no fue así.

Lo descubrí cuando llegue a La Virtud casi al mismo tiempo que Camila, solo que yo capté (por alguna extraña razón) la atención de Diego Williams, que tontamente pensé que solamente seria de amistad y de un momento a otro estuve en el mismo círculo social de los niños ricos de La Virtud, aunque mis padres no tuvieran ni la cuarta parte del dinero de uno de ellos.

Camila se acopló a ellos, aunque era callada, demasiado callada y reservada. Pero era parte de los ocho miembros de los niños ricos y eso era lo que importaba. Al igual que lo que me importaba justo ahora era que Pitter era mi novio, aunque no era una ignorante y sabía como toda La Virtud, inclusive, como sabían los mismos de nuestro grupo, que Pitter Ivanov siempre estaría enamorado de Ada Carvajal.

—¿Por qué dices eso, Camila? — pregunta Alejandra, arrugando sus cejas y Camila se encoge de hombros, pero enfoca sus ojos en Ada.

—Es un secreto a voces, Ale, ¿en verdad no te das cuenta? — Camila menea la cabeza y no me gusta cuando enfoca sus ojos en mí: — Tú también podrías aportar algo, ¿cierto, Andrea? De pronto, podrías convertirte en experta por el tema de las traiciones.

No me molesto en contestar, porque sé que es lo que quiere y no le daré el gusto, así que decido ignorarla, pero ella continúa, pareciéndome muy molesta, de pronto:

—Mi opinión personal es que las personas se lo buscan, ¿saben? La verdad es que si la gente no fuera por ahí mintiendo, escondiendo secretos yponiendo los cuernos, esta conversación ni siquiera tendría que existir — ella rueda los ojos — Pero, al parecer, eso es algo muy grande para pedir, en especial en nuestro grupo de amigos...—

—¿Lo que intentas decir es que te alegra que hayan difundido los videos de Ada y que estén amenazándonos a todos en un maldito grupo de Facebook? — suelto cuando no soy capaz de contenerme más y entrecierro mis ojos, mirándola con ira.

 Ella hace una mueca con sus labios pintados siempre de gloss brillante.

—Ah, Andrea, creo que si de alegrarse por desgracias ajenas hablamos, deberías hablar con tu novio, que provocó una pelea y llamó fácil a Ada solo porque él no se la ha podido follar como siempre ha querido.

—¿Por qué tienes que mencionar a otros para estar contenta, maldita bruja...? — siseo entre dientes y Camila rueda sus ojos.

—Discúlpame, Andrea, pero todos aquí sabemos la clase de persona que es ahora tu noviecito. — habla una voz ajena a los que estamos en el círculo y levanto la vista recelosa para encontrarme a Paolo Boves.

Ah, como odio que el muy imbécil se vea perfecto con unos simples golpes en el rostro mientras Pitter pareciera que lo golpearon una manada de monos furiosos.

—¿Por qué me señalas a mí y te santificas a ti? — pregunta, por primera vez Pitter, haciendo que Paolo apriete sus puños:— Si eres el peor de todos y todos aquí lo saben.

Paolo da un paso al frente y noto que en ningún momento ha mirado a Ada, pero que Alejandra está pálida y...

—Yo jamás sería capaz de atacar sexualmente a una persona que varias veces me ha dicho que «no».  — gruñe, entre dientes, Paolo Boves y Pitter deja de pasarse el hielo por el rostro para reírse.

—Claro, eso no, ese fue el maldito error del que me arrepiento toda mi existencia, pero tú... tú eres otra cosa, y tú si serías capaz de golpear a tu novia, ¿cierto, Boves? — Pitter aprieta la mandíbula: — Provocarle una fractura en el brazo y obligarla a no salir de su casa por dos meses, porque la golpeaste tanto que ni siquiera con toda la maldita tienda de Sephora, Ada podía ocultar los moretones y hematomas.

Se hace un silencio entre nosotros y Ada menea la cabeza, mirando a Pitter. Ella tiene el rostro rojo y sé que lo que ha dicho mi novio es suficiente para ponerle una pausa a la conversación.

Ada se coloca al lado de Paolo, no importa que lo que haya dicho Pitter sea cierto, porque desde luego que es una verdad que todo Nueva York sabe, incluyendo a los padres de los mismos, que deciden ignorar que Paolo Boves es un abusivo y Ada una masoquista con dependencia emocional.

—Vámonos, Ada. —dice, entre dientes, Paolo, aun así, con toda la tensión en el aire, veo la forma en la que Alejandra mira al novio de su mejor amiga antes de colocar una máscara de frialdad y Paolo y Ada no han dado ni un paso cuando...

El móvil me vibra. Levanto la vista mirando como Ada, Paolo, Pitter, Alejandra, Diego y Camila sacan sus celulares y desbloqueo la pantalla con rapidez cuando veo la notificación del grupo de Facebook.

Es una foto, no una foto de Ada ni nada, es una foto mía.

Una foto mía besando a Camila en la piscina de su casa y debajo de ella aparece un comentario seguido de otro.

A que no se esperaban esta infidelidad.

Ni se imaginan lo que viene después.

VIRALES  - [Tu vida arruinada con un solo clic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora