VIRALES - [Tu vida arruinada con un solo clic]

CAPÍTULO TRES

CAPÍTULO TRES

14 días antes.

6 de marzo del 2014

Nueva York, Estados Unidos.

03:20 AM

ADA.

Julio agarra mi mano con fuerza, apretándome y me ayuda a salir de la casa de Pitter que se hace un desastre y aunque estoy consciente de que no han pasado ni media hora de que el video se difundió, las personas me han comenzado a ver diferente, los cuchicheos ya han comenzado y cuando Julio me hace entrar a su auto, con la visión nublada, saco mi teléfono y siento que todo se empeora. Leo la nueva actualización, como si algo fuera a cambiarde repente. Pero no. Por supuesto que no lo hará.

No lo hará, aunque yo desee que eso suceda, no pasará y el video sigue ahí. Nadie puede comentar porque la persona que creó el grupo, quien sea que difundió el video, se encargó de elegir esa actualización, pero las dos mil personas que están dentro sí pueden reaccionar.

Veo cómo se llena de caritas de "me divierte" y cómo la barra de notificaciones de mi celular se comienza a llenar. El celular me vibra y volteo a ver a Julio que en algún momento entró al auto.

Eso es otra cosa que me hace sentir un vacío dentro del pecho, empeorando todo dentro de mí, de lo que de por sí está sucediendo: ver la decepción en sus ojos me hace romper con el contacto visual y siento los latidos de mi corazón acelerado mientras las lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas.

A partir de hoy todos tendrán un video intimido de mí, a partir de hoy todos sabrán un secreto que no le concernía a nadie. A partir de hoy mi vida cambiará, porque no importa en que siglo y en que año estemos, las personas van a juzgarme por mi intimidad y...

Ni siquiera quiero pensar en mi familia, en mi madre, en mi padre, en mi hermano pequeño, en mis abuelos, en mis tíos, en todos mis amigos. En los amigos de mis padres y los que ellos opinaran sobre mí.

El celular me vibra y veo que es una llamada entrante de Alejandra, eso me hace pestañear para poder ver bien el nombre, porque quiero verificar que si sea ella y siento que el silencio que hay entre Julio y yo me está asfixiando.

No soy capaz contestar, aunque sé que debería. La pantalla vuelve a apagarse y el celular ahora es quien suena. Aprieta el volante con una mano mientras la otra se la pasa por el cabello y me imagino en sin fin de cosas que deben estar pasando por su cabeza:

Ada es una zorra.

Ada es una prostituta que se deja follar por varias personas.

Ada y Paolo son unos enfermos sexuales.

Ada debería ir al psiquiatra.

Ada no vale la pena, no después de ver el video.

Ada es una fácil.

El timbre de la llamada me desconcentra y un sollozo se me escapa. Pienso que Julio va a responderle a su novia, pero no lo hace. En cambio, si agarra el celular, pero lo apaga y cuando miro al frente, veo que no vamos en dirección a la casa que comparto con Paolo, sino que vamos hacia otro lugar.

No se hacía donde, pero tampoco tengo ánimos de preguntar, así que prefiero ahogarme en la miseria y llorar como si eso solucionara todo, como si eso borrara lo que pasó y me hiciera inmune a lo que por supuesto va a pasar.

El miedo se apodera de mis entrañas y...no sé que estaba pensando. No sé por qué siempre elijo cosas que me harán daño, no sé por qué siempre debo equivocarme, porque siempre debo destruir las cosas, dañar a las personas que amo y...