Esa tarde, Ricardo sale temprano de la universidad y decide irse directo a casa.
-¡Ya llegué, hermanitas! -exclama el joven al ver a sus hermanas en la sala de su casa.
-Hola, ¿saliste temprano? -comenta Cecy.
-Sí, faltaron dos maestros -explica él.
-¡Qué suerte tienes! -comenta Maya, que está escribiendo en la computadora.
-¿Estás escribiendo tu columna? -pregunta Ricky curiosamente, al recostarse en el sofá.
-La acabé hace rato, ya la envíe... Ahora sólo estoy viendo quién está en línea -responde Maya, sin quitar la vista de la pantalla de su laptop.
-¿Y quién está conectado? -pregunta Ricardo, al encender la televisión.
-Nadie interesante -asegura Maya mientras ve su lista de contactos.
-Pon algo que nos guste a todos, Ricardo -ordena Cecy dejando de lado los documentos que estaba leyendo.
-¿Algo como qué? -pregunta él, mientras cambia de canal la televisión.
-La novela -comenta Maya, apagando la computadora.
-¿Por qué todo el tiempo se la pasan viendo novelas? -exclama Ricky, al poner el canal que pide su hermana.
-Mira, no te hagas el tonto, porque también a ti te gusta verla -comenta Cecy.
-Claro que no... A mí me gusta la protagonista, no la novela -aclara enseguida Ricardo.
-Bueno, es lo mismo... Ya dejen de pelear y déjenme escuchar la tele -exclama Mariela.
-Oye, Maya, ¿y Santiago? -pregunta de repente Ricardo.
-¡No tengo idea!... No sé nada de él desde el domingo -responde Maya, mientras ven la televisión.
-¿Hoy tampoco vino? -pregunta Ricky.
-No... Ayer en la academia me dijo Marijó que tiene mucho trabajo, porque Alex está de vacaciones -comenta Cecy.
-Y ¿quién llevó a Marijó a la academia? -pregunta Mariela con curiosidad.
-Doña Estela y Tina -responde su hermana.
-¿No te ha hablado, Mariela? -insiste Ricardo.
-No, Ricardo. No me ha hablado. Y ya cállate y deja oír la novela, por favor -responde Maya molesta.
-¡Uuuy, ya cásate! ¡Qué genio! -exclama riéndose Ricky.
-¡Ya cállate, niño! Déjanos ver la novela en paz -exclama Cecy, al aventarle a su hermano un cojín.Los tres hermanos continúan viendo la televisión hasta que llega el resto de la familia a casa.
Después cenan y platican amenamente todos. Casi a las diez de la noche, tocan el timbre de la casa y Jorge atiende enseguida.
-¿Qué onda? ¡Buenas noches! -exclama Jorge al abrir y ver a Santiago.
-Buenas noches -responde Santiago al entrar a la casa.
-Adelante, estamos en la sala todos -comenta Jorge, al dirigirse hacia allá.
-Hola, hijo. ¿Cómo estás? -exclama Sara, al saludar a Santiago de beso.
-Hola, señora. Disculpe por venir hasta esta hora -dice él, un poco apenado.
-No te preocupes, sabes que eres bienvenido a cualquier hora -comenta Jorge, mientras Santiago se acerca a Maya.
-Muchas gracias -dice Santiago, mientras Maya sonríe.
-¿Cómo estás? -pregunta Maya.
-Bien, ¿y tú? -responde al sentarse a su lado.
-Bien... ¿Ya cenaste? -pregunta Maya, mientras los demás ven la televisión.
-No, la verdad no he comido nada desde el mediodía -responde él sin ánimos.
-Má, ¿puedo decirle a mi nana que le sirva de cenar a Santiago? -pregunta Mariela, dirigiéndose a Sara.
-Por supuesto, mi amor. Pasen a la mesa, yo le sirvo porque tu nana ya se fue a descansar -responde Sara, al levantarse del sofá y dirigirse a la cocina.
-No, señora. Gracias, pero no es necesario -comenta Santiago, pero Sara no lo escucha.
-Vamos. Por favor -insiste Mariela, al tomar su mano y sonreír.Santiago ayuda a su amiga a trasladarse hasta el comedor, donde Sara amablemente sirve la cena para él.
-Muchas gracias, señora -dice él, al sentarse a la mesa.
-No agradezcas nada, hijo... Estaré en la sala por si necesitan algo más -comenta Sara al retirarse.
-¡Gracias, má! -dice Maya sonriendo.
-No debiste hacer eso -dice Santiago, al beber un poco de agua.
-Deja de repelar y come. Te hará bien... Te ves muy cansado -comenta ella, mientras Santiago comienza a comer.
-¡Maya, estoy muerto! Llevo dos días en la clínica y ha sido una locura... A Alex se le ocurrió irse de viaje y dejarme el paquete. Ayer salí a las diez de la noche, y hoy estuve metido ahí desde las ocho de la mañana, hasta ahorita -cuenta Santiago, mientras ella lo escucha atenta.
-¿Y cuándo regresa Alex? -pregunta Mariela.
-El viernes en la tarde. Dos horas antes de la presentación... El infeliz, me dijo que se vengaría por haberlo dejado solo la semana pasada, pero jamás pensé que hablara en serio -dice él, y ambos ríen.
-¿Están llegando muchos pacientes? -pregunta ella preocupada.
-No es que estén llegando muchos, sino que tengo que atender los míos y los de él... ¡Hoy me aventé cuatro cirugías!... Ni he visto a Marijó -comenta Santiago, ya cenando.
-No deberías trabajar tanto, Santiago. Te puede hacer daño -dice preocupada, al tomar su mano.
-No te preocupes. Sólo serán tres días más, la próxima semana todo volverá a la normalidad -comenta él, sonriendo.
-Eso espero... -agrega ella.
-¿Y tú, cómo vas con los preparativos de la presentación? -pregunta él.
-Excelente. Ya está todo listo. Sólo me faltan algunos detallitos como recoger mi vestido en la tintorería y confirmar que vendrá la maquillista, para arreglarme... Porque ese día nadie va a poder ayudarme, van a andar alistándose también -responde ella, y él le pone atención.
-¿No prefieres que te mande a Tina? -sugiere amablemente Santiago.
-No, gracias. Tina también irá a la presentación y tiene que arreglarse también... La chava que te digo ya ha venido antes, y hace muy bien su trabajo -asegura ella, sonriendo.
-¡Tú como sea te ves preciosa! -afirma Santiago, mientras acaricia su rostro.
-Gracias... Aunque lo que me preocupa es que ese día llegues cansado al evento... ¡o que no llegues! -comenta ella con preocupación.
-Por supuesto que eso no va a pasar... ¡Ya programé todo para ese día suspender labores a las dos de la tarde! Me voy a mi casa a descansar unas horas y luego vengo por ti para acompañarte a recoger a Vivi al aeropuerto... Vengo a dejarlas para que se arreglen y me voy por mi mamá y Marijó -cuenta él, mientras Maya sonríe.
-¡Eres genial! -afirma ella.
-¡Y tú eres hermosa! -agrega él, al besar la mano de Maya.
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"El sueño de un Ángel"
RomanceElla, está cansada de escuchar siempre los mismos comentarios y recomendaciones para conservar su salud física; sabiendo que la discapacidad que padece es irreversible. Él, lo ignora totalmente pero tiene un enorme vacío en su vida que ha intentado...