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El lunes llegó, y como comúnmente lo hace, Mariela asiste a su sesión de hidroterapia con su hermana.

-¡Hola! -saluda Santiago a Maya.
-¡Buenos días! -responde ella.
-¡Hola, Cecy! -dice Santiago.
-¡Qué tal! -responde ella.
-¿Iniciamos, Maya? -pregunta él.
-Sí -responde Maya.

Cecilia ayuda a su hermana a entrar al agua para iniciar la terapia. Santiago y su amiga comienzan a realizar la rutina de ejercicios.

-¿Cómo te fue en el antro? -pregunta Saniago al ayudarla a mover los pies.
-¡Muy bien, la pasamos genial! -responde ella.
-¡Qué bien!... y ¿por qué te enojaste y me colgaste el teléfono? -pregunta él.
-¿Yo? ¿Cuándo? -dice Mariela.
-¡No te hagas! El sábado que te marqué, me dejaste hablando solo -dice Santiago, mientras le abre y cierra las manos.
-¡No, no, no te colgué! Te dije que ya me iba porque me estaban esperando -dice ella.
-Sí, ¡pero ni me dejaste hablar! -responde él.
-¡Pero no te colgué! -dice Maya riéndose.
-¡Claro que sí! Te ríes porque ¡sabes que sí es cierto! -le dice mientras le ayuda a mover los brazos.
-Bueno, sí, ¡te colgué! Pero tú tienes la culpa, para qué me empiezas a decir de tus novias ¡si sabes que eso a mí no me gusta! -responde Mariela un poco seria.
-¿Pero por qué te enoja?
-¡Porque sí! Ya te he dicho varias veces que podemos ser amigos y todo lo que tú quieras, siempre y cuando no vengas a contarme de tus novias, tus conquistas, aventuras y todo eso que te gusta -le dice ella.
-Ok. ¡Pero no te enojes! -dice Santiago.

Los amigos continúan con la rutina de ejercicios y conversando hasta concluir la sesión.

Y así pasan los días, Mariela asiste alegremente a su rehabilitación en compañía de Cecilia.

También ha continuado con la redacción de su segundo libro, la columna para la revista y de vez en cuando sale a distraerse con sus amigas o con Santiago, quien, a pesar de que en ocasiones tienen distintas formas de pensar, se ha convertido en estos meses en un gran amigo para ella.

Un sábado por la mañana, Mariela se encuentra en la sala de su casa en compañía de sus hermanos.

Los jóvenes están platicando muy a gusto, en ese momento, se escucha el timbre de la casa y Carmen se dirige hacia la entrada para abrir.

-¿Quién era, nana? -pregunta Ricardo al verla acercarse a ellos con un sobre en manos.
-Un mensajero que dejó esto -responde al darle el sobre a Cecy.
-¡Veamos! -exclama Cecy mientras abre el sobre.
-¿Qué es? -pregunta Maya mientras su hermana lee en silencio y sonríe.
-¡Es la invitación para la noche de gala por el décimo aniversario de Dolce Delizia! -responde Cecy.
-¿Cuándo es? -pregunta Ricardo emocionado.
-En tres semanas -contesta Cecy.
-¡Qué genial! ¿Viene mi tío? Hace un buen tiempo que no lo veo -dice Mariela muy contenta.
-Pues, se supone, aquí dice que nos invita Marcelo Valencia y que espera contar con nuestra presencia -dice Cecilia.
-¡Yo digo que sí viene! ¡Es el dueño del restaurante y tiene que estar presente! -exclama Ricardo.
-Pues sí, pero ya lleva mucho tiempo viajando. Ya hasta a veces habla con acento español -dice Maya un poco confundida.
-¡Es cierto! Y en ocasiones prefiere comer platillos europeos que mexicanos -dice Ricardo y ríen todos.
-Sí, pero recuerden que hace un año hizo una pausa en sus viajes para venir al aniversario del restaurante -dice Cecy.
-Es verdad. ¡Y ojalá que venga a pasar varios días en la ciudad, así está más tiempo con nosotros! -exclama Maya.
-¡Sí, hace falta una reunión familiar, como antes! -comenta Ricardo.
-Oye, ¿qué artista estará de invitado este año? -pregunta Maya a Cecy.
-No dice. Sólo dice que ¡será una gran sorpresa! -responde Cecy al leer la invitación de nuevo.
-¿Quién será? Debe de ser alguien muy especial -dice Ricardo un tanto intrigado.

Los hermanos siguen conversando de la próxima reunión familiar y de muchas cosas más.

De repente suena nuevamente el timbre de la casa, y esta vez es una de las muchachas de servicio quien atiende la puerta.


 "El sueño de un Ángel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora