Capitulo 7 - Dudas inquietantes

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—¿Qué mierda fue eso? Le diste un arma, ni siquiera sabemos si es de fiar, podría haberte matado.

No le extrañó la aparición sorpresa de Yuta en su habitación, y sin darle mucha importancia continuo desabotonando su camisa— Necesita más que una pistola para matarme, no olvides con quien estás hablando.

—Sí, lo sé—dijo recostando su hombro en el marco de la puerta—, y es por eso que no tengo un buen presentimiento con todo esto.

Yukhei lo miró apenas un segundo antes de volver a concentrarse en su tarea. Yuta por su parte supo interpretar aquella mirada como una orden clara para que mantuviera la boca cerrada, y así lo hizo, pero no se fue, y no se iría hasta que se despejarán sus dudas. Mantuvo sus calculadores ojos cafés fijos en cada acción que el hombre frente al espejo realizaba, desde el movimiento de sus dedos al desabotonar cada botón hasta la firme flexión de los músculos de su espalda cuando la fina tela cayó al piso. Era un delhado haz de luz que provenía desde el pasillo lo único que iluminaba la tinta sobre su torso, sobre toda la extensión de sus brazos justo hasta el punto en donde su muñeca comenzaba, toda aquella piel que una vez gozo de la más impoluta apariencia era ahora un lienzo pincelado que le recordaría siempre lo que era, lo que fue, y lo que seguiría siendo aún en la muerte. Lo observo, como con un cigarro colgando entre sus labios desprendía la hebilla de su cinturón, y pronto el botón de su pantalón, solo él podía verse tan tranquilo en medio de la catástrofe.

Yuta era muy bueno leyendo a las personas, podía saber si ocultaban algo, si estaban nerviosos, o si decían la verdad, eso era necesario en su trabajo, era algo que aprendió hacer al mismo tiempo que comenzó a hablar, pero con Yukhei era diferente. No importaba hace cuánto tiempo lo conociera, jamás, ni siquiera una vez pudo descifrar lo que sucedía en su cabeza, por más grande que fueron sus esfuerzos jamás logró desentrañar el misterio que su mente significaba. En ocasiones su crueldad llegaba a sorprenderle, un tiempo pensó que hasta alguien como él tenía límites, pero con el pasar de los de los años, de los secretos, de las órdenes, supo que para él no los había. Hace unas semanas podría haber dicho que Yukhei jamás tendría piedad ante alguien que se interpusiera en su camino, pero ahí estaba, desconcertándolo una vez más. ¿Desde cuándo había planeado aquello? ¿Desde cuándo habían sido nada más que piezas en su juego retorcido? A través del espejo sintió sus frías pupilas clavarse en él, y alejo la vista.

—¿Planeas hacerme una mamada? Sino no veo razones para que sigas aquí.

—Lo haría si supiera que es lo que quieres.

Yukhei sonrió con sorna mientras sostenía el cigarro entre sus dedos, dejando salir el humo contenido en sus pulmones. Camino por la habitación hasta llegar a su cama y dejó el peso de sus caderas caer sobre un extremo. Comenzó a deshacerse de los cordones de sus zapatos— Se ve como ella, y me gusta.

Estaba loco, completamente demente, eso pensó apenas escucho aquellas palabras. Le tomó solo unos segundos mirar detrás de sus órdenes en aquel periodo de tiempo, desde que tomaron a Baekhyun prisionero hasta el momento en que viajaron por medio oriente deshaciéndose de testigos, todo había sido planeado. Los dias que pasaron no estaban ni cerca de lo que fueron sus comienzos en aquel submundo en el que vivían, pero estaban muy cerca, y todo fue por ese niño escuálido de ojos redondos que solo sabía llorar y balbucear, podría reírse si no tuviera miedo de las consecuencias, aquello era hilarante, parecía sacado de una comedia. Un día estaban esquivando balas, jugándose el pellejo por su jefe, y ahora se daba cuenta que todo fue por ese niño, todo fue para emparejar el terreno. Yukhei no había tan solo puesto su vida en juego, sino que también todo lo que había construido, ¿y por qué? Por una persona de la que no conocia nada más allá de la superficie. El no temía morir, ninguno de ellos tendría ningún problema en entregar la vida, creían en él, creían en lo que hacía por más salvaje que fuera, él no era solo una persona, representaba una causa, un ideal. Y eso que protegían con tanto ahínco los puso a todos ellos en riesgo, debilitándose a sí mismo en consecuencia, todo por una cara bonita.

—No—dijo de inmediato mientras se abría pasó hasta donde Yukhei se encontraba—. Tu no... Todo esto, estos malditos días no fueron porque de repente empezaron a gustarte los hombres con cara de mujer— sabía que estaba cruzando la línea, podría sentir como no era el único abrumado en aquella habitación, los demás estaban escuchando, como siempre lo hacían a menos que Yukhei ordenara lo contrario. Podía ver cómo se agitaban las sombras que los rodeaban, al parecer ellos también lo habían descubierto.

—Hacía tiempo que no te veía tan inquieto —murmuró con un nuevo cigarro entre sus dientes—. ¿No crees en el amor a primera vista? —Desplegó una sonrisa tan brillante en su rostro que aun esos momentos Yuta se encontró sorprendido una vez más.

—No hay nada que no puedas contarme —con sus ojos cafés pegados en esa perfecta sonrisa que cada vez se volvía más lejana repaso sus ideas, había algo que pasó por alto—... A menos que ni siquiera tú estés seguro de lo que sabes.

Desordeno los cabellos de su cabeza, y retiró el cigarrillo que colgaba de sus labios— Será la hija de Long, desde ahora en adelante será ella.

Yuta lo miró con el ceño fruncido—¿Y qué quieres lograr con eso? ¿Qué ganas?

—Ella es su punto débil, su única heredera, esa es la razón por la que la matamos en primer lugar, pero ahora con Baekhyun en el tablero podemos llegar más lejos, podemos llegar a Long.

—Lo quieres usar de señuelo... Mark —dijo de repente con los hechos ordenándose en su cabeza— Mark vio a Ten y Taemin subir el cuerpo a la camioneta la misma noche que tomaste a Baekhyun, pero él no sabe que está muerta, él piensa que la secuestraste, y por eso organizaste la misión a España, jamás fue un objetivo solo querías que pensara que lo era para que llevara sus sospechas a la persona correcta —Yukhei no contestó, pero no hizo falta, Yuta sabía que estaba en lo correcto, pero había algo que aún le molestaba— Usar a Baekhyun no se siente bien— Yukhei continuó sin decir nada, simplemente se dejó caer de espaldas sobre las frazadas doradas de su cama—. ¿Y si el niño lo arruina? ¿Cómo sabes que no huirá si le dan la oportunidad? ¿Cómo puedes estar seguro que no va a traicionarte?

Yukhei dejo salir una liviana risa de entre sus dientes, arrugando la colilla del cigarro en el cenicero sobre su mesa de luz— Porque el pobre imbécil está enamorado de mí.

Un bufido salió de la boca del hombre frente a su cama— Admito que utilizar los sentimientos ajenos es algo típico de ti, pero no te arriesgarías con un cualquiera solo porque resulta que se parece a Yuè liàng, ¿qué demonios tiene el chico que te interesa tanto?

—Adiós, Yuta.

—No me iré, debo saberlo, necesito saberlo, de otra forma no podemos protegerte.

—Si todo sale como lo planeado, no deberán protegerme— se acomodó en su cama, listo para dormir aunque fuera unas horas. Se volteo hacia Yuta recordando algo de repente— Necesito que consigas un médico que sea de japón, busca alguien que nadie conozca, quizás un estudiante seria lo mas acertado, tu encargate. Eso es todo. 

Yuta abandonó la habitación en contra de su buen juicio luego de eso, y a medida que se alejaba por los pasillos uno a uno los demás comenzaron a unirse detrás de él— Ese maldito llorón traerá problemas —La voz de Kai dijo lo que todos estaban pensando, nadie lo contradijo—. Si las cosas son de esa forma, Long ya debe haber soltado a Mark y sus perros, y nos van a joder por todos lados si tenemos que cuidar el culo de ese niño mientras protegemos a Yukhei.

—¿Tenías que mencionarlo? —Se quejó Heachan—, ese maldito imbécil no es una amenaza.

—Tienes mucha energía negativa encima, ¿sabes?, no es bueno para la piel —Ten le pellizco la mejillas—. Si te salen arrugas Mark no te va a querer más.

—¿Quieres morir? —Ten se alejó.

El punto es Baekhyun—dijo Taemin nuevamente centrado en el tema principal—, una parte de lo que Yukhei sabe lo sabe él.

—Solo necesito diez minutos con él y le sacaré toda la mierda que tenga dentro—apoyó Kai. Ten pidió que por lo menos no le arruinara el rostro.

Yuta permaneció impasible mientras el debate continuaba, algo seguía sin estar bien, había cosas que seguían sin tener sentido— No —dijo de repente, captando la atención de todos—. Hay que confiar en Yukhei como lo hicimos siempre, no sé qué demonios está pasando pero él nunca se ha equivocado, solo hay que esperar. Sabemos que nada bueno sale cuando lo presionan, pero recuerden, aun si Yukhei ordena lo contrario, su vida es la única que debemos proteger.

Todos asintieron, eso no era una novedad. 

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2020 ⏰

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