2. Brujas y Guerreros

10 2 2
                                    

El descapotado de Darren no era mucho más espectacular que el mio, pero aun así me dejó sorprendida. El estilo de ese coche, tan rojo que parecía la escena de un crimen, era bastante acogedor, no tan deportivo como el mio o el de la mayoría de algunos compañeros. Rozaba lo clásico, con una carrocería redondeada en sus extremos, y brillante hasta dejar ciegos a los que pasaban a su lado.

Volví a ponerme las gafas de sol y la gorra para que no me reconocieran por la calle, algo muy molesto y que me sacaba de mis casillas con facilidad. Decir que no a una foto era muy fácil para mi, incluso hasta el punto de que me apetecía negarle a una persona cualquier tipo de contacto con ella. Luego me sentía mal, fatal, pero en el mismo momento sentía que todo el mundo quería robarme la poca vida íntima que tenía. Y ahora, que la prensa me viese con el actor más conocido en el mundo iba a ser muy complicado de manejar. Siempre se creaban bulos estúpidos sobre la vida amorosa de los demás; sin ir más lejos, a mi me emparejaron con un periodista y cómico de la radio que me hizo una entrevista para su podcast personal. Los de su propio círculo empezaron a decir que había pasado la noche con él porque fui a su casa a grabar el capítulo y salí tarde de allí. ¡Salí tarde porque mi representante y gente de mi equipo de marketing estaba conmigo, y se quisieron quedar a charlar y tomar pizza!

Después tuve que salir yo en unas veinte declaraciones a los medios en diferentes eventos para desmentirlo todo, porque hasta mis amigos de Bahamas me preguntaban. Esas semanas volví a hacer kickboxing de nuevo para aliviar el estrés e imaginarme que el saco es Mayra volviendo a la joda.

No entiendo que se le pasa a la gente por la cabeza, pero desde luego siempre es algo que suele molestar a los demás.

- ¿Te vas? - me preguntó Mayra sin demasiado interés cuando se lo anuncié.

- Sí. Me ha dicho Darren si quería dar una vuelta con él.

- Bueno, tú verás...

- ¿Qué pasa?

- "¿Una vuelta con él?" No seas inocente, Eli... O mejor dicho, se más sincera conmigo.

- Si me lo fuera a coger te lo diría, cabrona, pero no. Mañana he quedado con Walt, es mi prioridad.

- El puto Walt Disney, ¿eh?

- No, ya te lo dije, fue un director mío con el que iba a salir, nada más.

- Más viejo que el puto de Walt Disney, exacto. Casi está igual de congelado. - se rió - Ahora los ex-directores son como los ex-novios.

- Me voy, suerte con ese trio. Está a punto de caer.

- ¿Qué?

La dejé ahí, con los otros dos, y me encaminé con Darren a su coche.

Nos recorrimos prácticamente todo Los Ángeles siguiendo con la conversación del estudio y relatando algunas de nuestras mejores y peores experiencias. Fue un primer contacto muy formal, casi me dio la sensación de que ambos nos sincerábamos respetando al máximo la posición del otro, aunque yo me sentía con ganas de preguntarle más y más sobre su evolución. Deseaba beber de sus consejos y experiencias para aliviar toda la ansiedad que Eloise había recibido de "Eli".

Paramos en un mirador de la carretera, cerca de la montaña en la que las letras de Hollywood vigilaban la ciudad. Habían dos o tres parejas más y algunos turistas, pero nosotros nos apoyamos en el capó, algo más apartados de la gente, mirando el bullicioso medio día en la ciudad de las estrellas.

- ¿Te gusta el sushi?

- El del salmón crudo nunca me ha atraído, pero el de las gambas lo soporto.

Él, mi estrella de Hollywood.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora