Odisea para Tim

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Tim no estaba orgulloso de lo que había hecho la noche anterior, se había aprovechado de la vulnerabilidad de Conner y de su estado máximo de embriaguez, y había una prueba contundente de ello, una por la que iba a pagar caro.

De acuerdo, no todo era su culpa, su celo se había adelantado y la tentación era demasiada para no tomar la oportunidad, o eso creyó su cerebro drogado con hormonas... Es mejor ir al principió de todo.

Había estado pasando algo de tiempo en casa mas de lo usual y era decir mucho, había aprovechado que ahora Conner vivía con ellos para poder verlo el máximo posible, aunque eso significara esperar como un perrito faldero a su regreso a casa... Todo esto significaba que había cancelado sus citas de estudio fuera del campus o bueno, cualquier lugar que no estuviera a dos kilómetros a la redonda de su departamento. Ver a Conner llegar a dormir al final del día era la mejor parte de su vida.

Tim se había regañado solo ante su propio comportamiento patético, innumerables veces se había encontrado en la soledad de su habitación gritando contra la almohada por frustración, y había tomado un horario de madrugada para tomar agua que le permitía ver a Conner dormir en el sofá.

Así que estaba de mas decir que le lastimó bastante escucharlo; escuchar de esos labios que tanto anhelaba, el nombre de otro... Conner después haber estado con Bart volvió de un increíble humor a casa y soltó la lengua sobre sus sentimientos y sobre que aun tenía una oportunidad con Bart, que tal vez no ahora porque se iba a Europa un tiempo, pero si era paciente ese momento llegaría y la esperanza por ello lo ponía estúpidamente feliz. Si, tenía una sonrisa de oreja a oreja, las mejillas sonrosadas y suspiraba de satisfacción cada veinte segundos.

Tim se quedó callado, sospechó que si abría la boca solo saldrían balbuceos temblorosos e inteligibles y no podría contener las lágrimas. Tampoco le sonrió, no quería que los músculos le traicionaran, solo se quedó en su lugar en silencio mirando el televisor y levantó hacia Conner su lata de refresco como brindando, fue suficiente, Conner no necesitaba mas respuesta para creerse apoyado, no era su culpa no notar que algo iba mal, estaba muy cegado en su felicidad que tenía el juicio muy perdido.

—¿Quién quiere ir a una fiesta? —dijo Jason en cuanto piso el apartamento —

—Me apunto, sé que normalmente no lo haría, pero que rayos ¡estoy dentro!

Tim negó con la cabeza y se mantuvo como estatua mientras veía game of thrones. Ninguno de los dos alfas le insistió para que fuera, Conner solo recogió una chaqueta y ambos se fueron, entonces Tim apagó la televisión y se permitió llorar a gusto. Ridículo o no, nunca es fácil que te rompan el corazón... ¿Qué tenía de bueno el estúpido de Bart? Si, era adorable, y si su hermano estaba en lo cierto era muy follable, pero ¿eso que importa? Esas no deberían ser cualidades principales para escoger pareja...

Tim sabía que tenía varios puntos a favor; era tan inteligente que estaba cursando el mismo grado universitario que Conner a pesar de no haber cumplido todavía con la mayoría de edad. Conner y él eran amigos desde que tenía memoria, compartían el mismo humor, el mismo circulo social, el mismo rango de castas, los mismos gustos en casi todas las cosas, sabían mas sobre el otro que sobre si mismos, y un millón de cosas, podía hacer incluso una lista del porque debían estar juntos... Y entonces pensando en ello se desanimo porque su intento estúpido por subir su animo a costa de compararse con Bart estaba resultando un fracaso... Porque aun con todo lo que lo hacía la pareja perfecta para Conner, el corazón noble de ese gran alfa tonto al que tanto amaba le pertenecía al niño bonito de los Allen.

Niño bonito... Le quedaba el apodo, por lo que sabía media universidad estaba detrás de su trasero, pero los Allen no lo habían dejado tener citas y mucho menos ser cortejado hasta Jaime, y ahora que habían terminado debía tener ya el buzón lleno de solicitudes. No imaginaba para nada lo que debía sentirse ser un omega de alta gama como Bart, que todos te volteen a ver y te deseen, eran tan escasos que Tim solo conocía tres; Bart, Jack el agradable omega que conoció en el cine, y Damian su hermanito menor, pero Damian aún no pasaba por su primer celo y su olor no era potente, eso iba a cambiar muy pronto claro, y entonces Damian sería el centro de atención a donde quiera que fuera, era hasta gracioso porque aun no llegaba a esa etapa y Dick ya estaba encima de él sobre protegiéndolo, de hecho había sido así desde el nacimiento de Damian, Dick marchaba al ritmo de su voz y gracias a eso Damian nunca había necesitado de la atención de Bruce, y ahora que lo pensaba Jason se ponía hasta agresivo con cada amigo alfa de Damian... Los tenía comiendo de sus pequeñas manos.

De regreso en casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora