Barro, Sudor, Motivación

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—Amigo, ya es la quinta vez que te veo merodeando por mi casa. A menos que sepa lo que te conviene, te recomiendo retirarte ahora mismo.—habló la capitana, siendo interrumpida de su patrulla nocturna por culpa de aquel alto esqueleto, quien aun en su ignorancia y con una sonrisa igual de grande que la primera vez que pudo verlo fuera de su casa seguía insistiendo en la posibilidad de cumplir su sueño. Undyne suspiro, tratando de medir las consecuencias de sus siguientes palabras.—Escucha, se que soy una buena influencia pero ando ocupada.

Y no mentía con eso de estar ocupada, pues ahora mismo más que patrullar debía ir a ver al que fue alguna vez su mentor y antiguo capitán de la guardia real, quien se encontraba deshaciendo de su "basura" con el fin de poder vivir en paz en algún momento, al ya no tener nada más por ofrecer a su reino salvo sus pertenecías. Su armadura la poseía puesta porque... quería aparentar que tenía prisa para así que nadie lo frenase, mas al parecer no fuese ese el caso con el esqueleto que estaba al frente de ella.

Aun esa dichosa sonrisa estaba presente en su huesudo rostro, y no entendía realmente porque. La primera vez que lo vio solo le saludo amable, gentil y otros sinónimos que ella desconocía en ese entonces debido a que estaba (o aparentaba) ocupada como de costumbre. Esperaba que no repitiese el mismo resultado de la 3 vez, donde empezó a seguirla a la lejanía y, en una actitud algo infantil y tímida incluso, se escondía cuando el ojo bueno de la capitana se le dirigía.

Dulce fue el tono de la voz del joven esqueleto, quien le hablo con algo de cierta timidez pero con un paso al frente e indicando que ella le prestase atención, soltó en ese instante. Primer monstruo que hace eso, y no intenta hacerle nada... esa sonrisa es bastante agradable de ver para el único ojo de la capitana.

—Yo soy el gran Papyrus, y esta vez no dejaré que te escapes.—lleno de orgullo, afirmaba el esqueleto que se golpeaba su propia "armadura" con satisfacción al fin de haberlo soltado... aunque luego de eso, y de un silencio algo incomodo el joven soltó aire y empezó a sudar, suspirar y mover nervioso sus manos.—B-Bueno, e-e-em... ¿q-que tal ha i-i-ido tu d-día?

Toda confianza que había notado cuando el esqueleto realizo el primer paso, desapreció tan rápido como la energía que tenia por continuar con la conversación que, muy al pesar de la capitana, el joven estaba intentando retomar como suma dificultad y un tartamudeo.

No perdió el tiempo en esa escena y el casco acabo rápidamente en su cabeza para empezar una patrulla corta pero la suficientemente larga para olvidar el motivo que la había sacado fuera de su casa para manchar su armadura de barro, sudor y de polvo de los tantos libros viejos que la tortuga maestra debía tener entre su montón de "basura" que ella consideraba como reliquias de la superficie y con la que se podría ganar más de una jugosa recompensa.

Fue la mano del joven huesudo quien, no solo tuvo el descaro de sujetarla de nuevo con firmeza de su mano, y volverla a colocar en el lugar donde le correspondía, para la poca paciencia que debía tener la joven capitana... estaba claro que estaba precisando de toda la paciencia que en ese momento debía tener y que le podía llegar a faltar, paciencia que pronto acabaría cuando le dejasen hacer una patrulla tranquilamente.

—Espera, yo el Gran Papyrus.—confiado y egocéntrico... ¿porque decía que se nombraba en tercera persona? Al menos ya sabía que no se podía tratar de un nombre falso por la sinceridad notoria de sus palabras.—Deseo unirme a la guardia real... p-por favor.

Ese por favor resonó dentro de su casco por mucho tiempo, el necesario para haberse dado cuenta de que el joven no bromeaba pese al tartamudeo que acaba de tener. Como dijo antes, ser capitana le daba un respeto que muchos monstruos le tenían, respeto que si no podía obtener siendo dulce debía ser dura... esta ocasión (al menos de momento, claro) no era para nada una donde la violencia era la solución.

Con una fuerza mucho mayor a la que el esqueleto pensaba que iba a lograr sujetar a la pez, esta logro zafarse de ese amague de que no se fuese. El esqueleto se quedo algo estático e incluso casi se llego a caer de la impresión al ver como Undyne saco su lanza. Brillaba de un azul claro, tanto como la cristalina agua que había en Waterfall... la impresión del joven no le dio tiempo a escuchar aquello que Undyne le dijo cuando esta lanzo aquella lanza, solamente teniendo tiempo de reaccionar para echarse hacia atrás y caer al suelo.

La lanza llego a crear unas grietas cuando llego a chocar con la solidez de la pared incluso se llego a escuchar algunos sonidos de objetos de cristal rompiéndose. Undyne crujió los dientes, al punto de hacer un sonido molesto para el contrario... lo que le sorprendió más sin embargo, es que la lanza puedo haber llegado a atravesar ese cráneo suyo... lo pudo haber vuelto polvo.

—Mírate.—afirmo la capitana aun de pie. El eco de sus palabras no solo era en su casco, sino igual en la pequeña sala.—Se supone que un guardia real debe proteger a los demás, sin embargo no has sido capaz de escucharme. ¿Crees que alguien, como un humano, no iba a usar ese momento de debilidad para hacerte daño?—replica sin tomar en cuenta sus palabras la capitana, quien simplemente le acusaba con el dedo indice y con sus palabras como si de un perro se tratase, regañándolo.—Papyrus... no voy ha aceptarte en la guardia real, porque no has demostrado estar listo.

Sintió como la cara de confianza que el esqueleto simplemente desapareció con esas palabras, y una gran tensión se sintió en el ambiente luego de eso. No era extraño, pues después de todo Papyrus anhelaba ese titulo para ganar el respeto que se merecía. ¿Que sería ahora del gran Papyrus, si no era capaz de cumplir aquel titulo que quería traer, pesado como la armadura de Undyne?

Entendía el punto al que la capitana se refería, pero se negaba a aceptar tal decisión. Él estaba preparado y se lo iba a demostrar... este había residido en el suelo, por lo que un ataque sorpresa por su espalda era una de las desiciones más acertadas. A gran velocidad, un hueso llego con ferocidad... no llego a golpear porque Undyne no solo esquivo el ataque, sino que encima sujeto el hueso antes que llegase a algún lado.

—No estas listo, por muchos ataques sorpresas que me lances Amigo.—hizo mucho énfasis en el listo, principalmente porque estaba harta de perder el tiempo con él.—Desiste. Tendrás mejor suerte cuando no te enfrentes a mi, esqueleto.—partir el hueso fue una acción que no le resulto dificultosa para Undyne, y de hecho fue suficiente para que el miedo se notase en la cara del joven esqueleto.—

Un miedo irreal, porque hasta ese entonces nadie había podido reconocer la fiereza con la capitana era capaz de reaccionar ante tales situaciones, y eso que solo aplico una mínima fuerza. Eso le daba al esqueleto más de una pista para darse cuenta de que Undyne, pese a su brutal acción, mantenía la compostura... sentía como el miedo se extendía desde su espalda a la parte donde el estomago humano debería estar, recorriendo antes todos los huesos de sus brazos.

—No...—y otra vez Undyne suspiro en seco, tratando de no hacer algo estúpido en contra del monstruo fanático, solo pudo girarse para ver al tembloroso monstruo. Por poco vuelve a caerse debido al temblor de sus piernas.—Yo confió en mis habilidades, confió en que soy el mejor monstruo de Snowdin... y voy a vencerte.—y Undyne mostró algo que nadie nunca había visto... satisfacción.—

Ese día Gerson estaba en su tienda, atendiendo a cuantos monstruos perdidos e incluso a los habitantes de Waterfall atendía con estas cosas. No tuvo que ser inteligente cuando escucho a Undyne hablando con alguien, y no le tomo importancia pues la joven sabía decirse las palabras para seguir adelante. No se espero que, a su lado, estuviese un esqueleto alto manchado de barro al igual que la capitana, quien sonreía y mostraba esos dientes que alguna vez habían asustado a Papyrus.

—Papa Tortuga.—se le había acostumbrado llamarlo así a su maestro, apoyando sus hombros cerca de Gerson y mostrando una firme sonrisa señalando a Papyrus.—Él es Papyrus, y es el que ha puesto patas arriba mi armadura. Nos...

—Creo que tengo la talla perfecta para el joven, solo esperad aquí... y lávate la armadura con este trapo.—Y ante la pose de heroína que quizo, Gerson saco un trapo limpio esperando que limpiase su armadura.—Ayúdala si necesita algo, soldado.

Papyrus imito la pose y un leve sonrojo se mostró en su cuando Undyne saco una fuerte carcajada.

Historias Del 16ARE y AU's alternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora