• Aún más extraño •

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— ¡Ya era hora de que llegaran, me estaba haciendo vieja esperando en esta fría roca! — Grito la mujer con sarcasmo cuando los vio acercarse, Percy aún seguía detrás del menor con la guardia arriba. Nico trataba de alejarlo irritado.

— Uh... ¿Nos esperabas? — Preguntó confundido el menor.

— Nico, vámonos de aquí, no tengo un buen presentimiento. — Le susurro al oído, Nico se llevó rápidamente una mano a este cuando un escalofrío le recorrió el cuerpo completo.

— Cállate, te he escuchado todo el camino hasta aquí, no tengo porque hacerte caso ahora. — Lo empujó levemente y le dió la espalda poniendo su completa atención a la ninfa que los veía divertida, escuchó a Percy chasquear la lengua y quedarse un par de pasos atrás de él. — ¿Quién eres y por qué nos esperabas? ¿De verdad eres una ninfa?

— Prefiero el término Océanide, pero sí. Quién soy yo no importa realmente, soy solamente 1 de las 3000 hijas que tuvieron Océano y Tetis. Lo que importa de verdad es quienes son ustedes... — Apunto sonriente la chica, Nico remojo sus labios nervioso. Tenía tantas preguntas pero no quería perder el tiempo ni parecerse al preguntón de su compañero que ahora estaba callado. Nico amó verlo callado.

— ¿Quiénes somos... Tú lo sabes? — Se animo a preguntar.

— Oh, lo sé... Todo el Olimpo sabe quiénes son si no es que todo el mundo. Hasta en el frío y ardiente Inframundo se sabe de ustedes. — La mujer se levantó de la roca y camino hacia ellos quedándose en el borde de la burbuja para no entrar, Nico se tuvo que acercar unos pasos más para verla mejor. Sintió a Percy tensarse más al acercarse a la orilla de la burbuja, pero poco le importo.

— ¿Y quiénes somos? ¡Déjate de rodeos! ¿Olimpo, Inframundo y Ninfas? ¿Qué es esto, un estúpido juego de cartas? — Dijo molesto Nico, la mujer solo lo veía con superioridad y burla desde el otro lado de la burbuja.

— Océanides. — Corrigió y Nico sintió satisfacción al verla molesta por primera vez. — Pensaba decírselos de buena manera para no alterarlos más, pero como me gusta verte molesto los dejaré con más dudas que respuestas, ustedes dos prepárense para escuchar lo que son y no quiénes son, lo que eran antes de perder la memoria para acabar siendo mi entretenimiento y el de muchos dioses... Eran una tierna pareja sí que sí, pero a una burbuja no se le puede hacer más grande si no están dispuestos a soplar.

— ¡¿Pareja?! — Gritaron al unison sorprendidos, Percy se acercó a la ninfa y empujó a Nico a un lado para encararla.

— ¡Debes estar bromeando! ¡No es una broma divertida, no sabes hacer buenos chistes! — Grito el oji verde, pero a la Ninfa sí parecía hacerle gracia.

— Ustedes son novios, hasta donde sé no han roto su relación aún sin sus recuerdos. — Se burló la mujer.

— ¡¿Pero como es posible que me guste él?! — Gritaron al unisono apuntandose, la ninfa solo se rió aún más y se encogió de hombros.

— Yo también me pregunto cómo el maravilloso hijo de Poseidón sale con eso. — Dijo mirando con asco a Nico.

— ¡Oye! — Volvieron a gritar juntos, Nico volteó hacia Percy preguntándose porque se enojaba él.

— Espera. ¿Hijo de Poseidón? — Percy se apuntó así mismo confundido, la Ninfa se sobresalto y retrocedió.

— Mucha charla por hoy, sigan su camino a la perdición o la burbuja hará explosión. — Y sin más desapareció convirtiéndose en burbujas que subieron ante sus ojos dejando nada más que el sonido de sus respiraciones.

Nico miro incrédulo y con molestia a Percy, ¿Ese era el hijo de Poseidón? ¿Se supone que aquel chico molesto, irritante y preguntón era su novio? ¿Qué quería decir la ninfa con que la burbuja explotaría? ¿Diversión de los dioses? Su estómago se revolvió ante tantas preguntas sin respuestas.

— No me dijo mi nombre... — Percy bajo la mirada desanimado, el menor bufo, ahora mismo lo que menos le importaba era el nombre de su compañero.

— Olvídate de eso, ¿Escuchaste lo que dijo? — Trato de ponerse firme y sonar seguro. Percy frunció el entrecejo.

— ¿La parte dónde dijo qué soy hijo de Poseidón o de que somos novios? — Pregunto sarcástico y notablemente irritado, ambos estaban igual de desesperados por respuestas. Nico se acercó a él para tomarlo del cuello de su camisa y hacerlo agacharse para que lo mirara.

— Escucha, imbécil. No me importa si eres una maldita sirena mágica hija de Poseidón o que rayos éramos antes, lo que importa ahora es está burbuja que hará explosión en cualquier momento y lo que somos ahora, un equipo, no novios, no amigos, somos un maldito equipo quieras o no, estamos en esto juntos y juro que si está burbuja explota te morirás conmigo si no es que te mato antes. — Percy tenía la boca abierta y el ceño aún fruncido, le costaba admitirlo pero tenía razón, no importaba recordar su nombre si no viviría otro día para contarlo y su única opción era seguir al lado de aquel depresivo chico.

Trago pesadamente y asintió, quitándose las ganas de meter a Nico en un saco y tirarselo a los lobos, probablemente haría eso cuando salieran de ahí.

— Entiendo... No te acerques mucho a la barrera, parece frágil. — Menciono con molestia, no quería parecer preocupado por Nico, porque no lo estaba, no podía preocuparse por un chico tan grosero cómo aquel niño.

Nico lo soltó dudoso por la observación de Percy, bajo los hombros tranquilo y le dió la espalda para comenzar a caminar en busca de algo desconocido. Esta vez Percy se mantuvo en silencio durante el camino lo que hizo el ambiente más incómodo y tenso para ellos.

• Burbuja • [PERCICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora