Con tan solo quince años, Taehyung tuvo que hacerse cargo de un bebé, le había prometido a la madre del niño hacerse cargo de él antes de que ella falleciera en el parto.
Jennie le había mentido y se llevaría la verdad a su tumba, Taehyung no era e...
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Jeon reunió todo su valor antes de acercarse al entrenador, llevaba un mes yendo a la escuela y un afiche en donde se anunciaba un puesto libre en el equipo de fútbol llamó su atención.
«Disciplina» tal vez eso era lo que Jeon necesitaba para sentir que su vida no perdía su rumbo.
Últimamente su vida no tenía sentido, igual si iba a dormir y despertaba vivo, no tenía alguna razón o a alguien por quien seguir viviendo, Jungkook solía vivir sólo para estar con Taehyung, pero ese motivo se había ido, así que ahora quería llenar ese vacío con cualquier otra cosa que lo entretuviera.
—Disculpe, señor... —Tocó ligeramente el hombro del entrenador a sus espaldas, el hombre de inmediato volteó a verlo y lo analizó de pies a cabeza juzgándolo.
—El entrenamiento para los niños es el lunes, a los niños de primaria les toca practicar por las mañanas —Fue lo único que dijo antes de volver a darle la espalda.
—No soy un niño.
El pelinegro gruñó y volvió a sujetar el hombro del mayor, pero esta vez lo jaló con fuerza para que hiciera frente a él nuevamente, nada le molestaba más que le dijeran niño y peor aún si lo ignoraban de tal forma sin antes dejarlo presentarse.
—Vengo aquí por un puesto en el equipo de fútbol, no soy para nada un mocoso, en un par de años voy a graduarme, es obvio que no estoy aquí para perder mi tiempo, no se deje engañar por mi apariencia, porque tengo la suficiente fuerza para aguantar este deporte, así que no me ignore y tome nota de mi nombre, porque de lo contrario iré a quejarme con el director por no haberme dado una oportunidad.
El mayor pretendió reír mientras quitaba la mano ajena que apretaba fuertemente su camiseta, le fue imposible no notar que el menor era un chico rudo, temible y fuerte, pero el único problema con él era su apariencia, nada que con un poco de trabajo no podría arreglarse, era el único candidato que se había acercado a preguntar por el puesto de todos modos.
—Tienes un carácter muy fuerte, me gusta —Empujó ligeramente al pelinegro para mantener su distancia —Bien, nadie te dijo que no podías entrar y tampoco puedo negarte el ingreso aunque quisiera, puedes quedarte con una condición.
—¿Cuál?
—Debes conseguir tener más masa muscular y medir en promedio de un metro con setenta centímetros, ya que de lo contrario no serías muy útil para este equipo y entonces tendrías que elegir entre el club de ajedrez y arte o cualquier cosa que se ajuste a tu físico.
—Claro que lograré llegar a esos requisitos, no sabe con quien está hablando, ayudaré a ganar trofeos para ustedes, recuerden esto.
