Con tan solo quince años, Taehyung tuvo que hacerse cargo de un bebé, le había prometido a la madre del niño hacerse cargo de él antes de que ella falleciera en el parto.
Jennie le había mentido y se llevaría la verdad a su tumba, Taehyung no era e...
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Otros siete meses pasaron, para ese entonces el teléfono de Taehyung había muerto por completo.
Ya se había cumplido más de un año desde aquel fatídico día en que fue la última vez que vio a Jungkook. Taehyung los había contado todos con la esperanza de regresar antes que ese tiempo se completara.
Muchas veces había sido encerrado en el sótano como castigo por intentar pedir ayuda gritando hacia la calle. Sus más oscuros recuerdos nuevamente regresaron, aquellos recuerdos en dónde sólo era un niño que estaba a espera que su padre por fin lo sacara del sótano luego de haberlo dejado ahí por más de seis horas.
Su infancia no fue muy buena, eso lo podría saber cualquier empleado doméstico que haya trabajado para su familia y más aún su nana, la mujer que lo crió cuando su madre no regresaba en días de la empresa. La carga y el hijo no deseado, eso era lo que él significaba para su padre.
Durante los últimos meses al castaño por fin se le había permitido salir de la habitación e ir a dar un paseo diario por el patio trasero acompañado por un guardia que se encargaba de vigilarlo.
—¿Ya terminaste?
Preguntó el nuevo guardia que se le había sido asignado para vigilarlo en su paseo de la tarde por el jardín.
—Espera un momento más, por favor.
Taehyung buscaba una rosa entre tantas del rosal, muchas veces ya se había lastimado con sus espinas, pero aún así insistió en buscar la más hermosa entre todas.
Cuando la encontró, la arrancó desde sus raíces sin importarle lo fuerte que estaba apretando su tallo en puño, el castaño arrancó la rosa sin importarle que sus espinas se enterraran en la palma de su mano y grandes gotas de sangre cayeran sobre las otras rosas que aún estaban plantadas en la tierra.
—Es tan bonita, pero me dan tantas ganas de arruinarla.
El guardia sólo alzó una ceja mientras observaba atentamente al menor gatear con la intención de adentrarse al rosal y seguir arrancando las rosas solamente para estrangularlas hasta quitarles sus hermosos pétalos.
Las manos de Taehyung y su frente quedaron llenas de sangre y tierra después de acabar con la belleza de más de diez rosas.
—Es suficiente —Habló el mayor y sujetó el hombro del castaño para ponerlo en pie y llevarlo de regreso a la casa.
Por el trayecto, mientras era reclutado nuevamente hacia su habitación vio fugazmente por la ranura de una de las puertas a Rose con una botella de vino en sus manos y un cigarrillo entre sus dedos, la mayor estaba ebria sentada en el piso, ya no era sorpresa para Taehyung verla en ese estado.
Desde que dijo estar embarazada, lo único que ella hacía era emborracharse, el castaño se sorprendió mucho cuando Choi dejó de ir a torturarlo seguido y ya no estuviera pendiente a él como solía hacerlo.
