3. Una canción maldita

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Atushi seguía encadenado de manos pero eso no le impedía trepar los mástiles o asomarse por la borda, todo le gustaba y todo lo admiraba; Akutagawa comenzaba a burlarse del menor cada que se le ocurría algo nuevo, era un chico ocurrente

― Akutagawa ¿A dónde vamos? – por fin pregunto el albino

― Mi capitán tiene algo llamado, sonido marítimo, vamos a verlo

― ¿sonido marítimo? – miro extrañado el albino – suena como si fuera una sirena

― Las sirenas no son capitanes Jinko

― Que no me llamo Jinko, ¡soy Atsushi! ¡At-su-shi! – dijo el albino molesto

― Como sea, Jin-ko – dijo burlón Akutagawa – pronto conocerás a mi capitán

Y así era, Akutagawa conocía el mar también como su capitán Chuuya, cambio el rumbo y a unas horas se encontró con su fiel capitán el tierra firme, una isla abandonada debo decir, la tripulación subió al pequeño navío de Akutagawa donde Chuuya vio molesto al albino

― Por tu culpa el maldito de Dazai se llevó a Sorrow, de nuevo – decía Chuuya acercándose al albino

― ¿Dazai-san? – pregunto el albino confundido pero su respuesta fue un bofetón en su mejilla

― Nos guiarás a Dazai, nos guiaras al oro y luego te mataré – dijo Chuuya mirando al albino

Atsushi sintió un profundo temor por primera vez al ver al pelinaranja con tanta furia en sus ojos, más aun no entendía que tenía que ver con Dazai, y peor aún pensar en la muerte le daba miedo, por fin comprendió lo que su padre tanto él dijo "Los piratas son crueles"

― Llévenlo a la celda, no quiero ni verlo – ordeno Chuuya. Akutagawa miro al albino, y sintió como su estómago se removió por la mirada de miedo que llevaba el chico, más no dio palabra alguna solo suspiro y miro a su capitán

― Capitán, el chico me confeso donde conseguir más oro

― Perfecto – dijo Chuuya – siempre eres el más eficiente Akutagawa, dame curso y zarpemos

― Si capitán – dijo Akutagawa

Chuuya estaba más que molesto, estaba furioso, quería llegar a su amado Sorrow lo más pronto posible y matar a Dazai, mientras gritaba y maldecía mil y un veces, Akutagawa se había escabullido al calabozo, admitía tener curiosidad por el albino

Bajo hasta el lugar con olor a marea y alga podrida, le vio encadenado y encerrado, pero lo que más le sorprendió fue escucharle cantar, no se veía triste, no sonreía como siempre pero se le veía tranquilo, decidió quedarse en las sombras mientras le escuchaba cantar

Los vientos están a mi favor

suelten el lastre y la carga ya

Aguas poco profundas irépues el timón a estribor girare

A puerto pronto llegaré

pues mi eterno amor me espera allí

Alegre viaje para llegary esposada de otro la vi

Los vientos están a mi favor

el aire mi curso tomo y fue allí donde comprendí 

7 Mares || Bungou Stray Dogs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora