7 Mares || Bungou Stray Dogs.

34. Siempre seré tu padre

Atsushi estaba colgado de Sakunosuke mientras Ango estaba de piernas y brazos cruzados frente Dazai, Chuuya y Akutagawa - ¿en verdad tuvieron a mi pequeño con traje de pirata?

― Una vez estuvo desnudo – sonrió Dazai

― Suficiente me lo llevo – expreso Ango

― Padre, no puede llevarme

― No me importa si ya sabes lo que eres, sigues siendo mi hijo y estás bajo mi cuidado, te saque de ese templo

― Sakunosuke ayuda – pidió Atsushi al pelirrojo

― No me mires a mí, hemos navegado por mucho tiempo y estamos cansados

― SAAAAAKUNOSUUUKE – le llamaba Atsushi jalándolo hacia el suelo

― Odasaaaakuuu – le llamaba Dazai abrazando su pierna

― Es un mediocre – se quejó Chuuya

― Uno ridículo – se quejó Akutagawa

― Vamos a nuestro barco, no quiero que Atsushi sigue aquí – expreso Ango levantándose

― Padre, espere, yo necesito ayudarlos

― Atsushi, te secuestraron

― Pero es por mi culpa

― ¿disculpa?

― Es largo de explicar pero – señalo a Dazai – es un inmortal de 500 años – señalo a Chuuya – es un ser sin vida pero con alma – le sonrió a Ango – y es mi culpa

― ¿Por qué?

― Deje que murieran

― ¿y entonces?

― Ellos rezaron

― Entonces solo quieres hacer tu deber

― Si

― De acuerdo, descansaremos y los ayudamos

― Gracias padre – menciono Atsushi sonriente

Chuuya miro a Akutagawa – que suegrito tienes eh

― No es nada mío – expreso el azabache serio

Atsushi llevaba a Ango a descansar mientras Sakunosuke se sentó junto a Dazai, Chuuya y Akutagawa – cuéntanos Odasaku ¿Qué tanto nos siguieron?

― No estoy seguro, fue todo Europa y parte de Asia, América

― Odasaku ¿es tu nombre? – pregunto Chuuya

― Sakunosuke Oda, Dazai es el que me llama asi

― Prefiero Sakunosuke – menciono sonriente

― Eres un chico – menciono Oda sonrojando a Chuuya

― Oh bueno, si

― Dazai siempre te mencionaba aunque como una chica

― Odasaku basta, me avergüenza

― Gracias – sonrió Chuuya

Se sentía aliviado, bebieron un poco antes de quedarse dormidos, Akutagawa no, el andaba vigilando, conocía la noche y la noche era parte de él.

Por la mañana, la marea era tranquila, Ango quien dormía con Atsushi despertó primero, tallo sus ojos y se colocó sus lentes – Atsushi, es hora de levantarse

― Mi rey – se anunció Oda en la habitación

― ¡Sakunosuke-san! Buen día – dijo Atsushi sonriente