Teddy Lange.

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07 de Junio, 1993, 09:34 am.

Harry se sentía nervioso de hablar de esto con sus padres, siendo que la última vez que lo intentó no había llegado muy lejos, y aunque sabía que posiblemente no era un buen tiempo para pedir algo así, con todo lo de Tom y su regreso a un cuerpo físico, Harry podría afirmar que no había mejor momento que el presente.

Por más que aún era temprano en la mañana, sus padres normalmente se encontraban despiertos a esa hora, por lo que sorprendió levemente al no encontrar a ninguno de los dos en el comedor o en la sala. Volvió a subir las escaleras y se detuvo frente a la puerta de la habitación de sus padres, golpeando suavemente con el puño dos veces. Al no recibir respuesta, frunció el ceño y abrió lentamente, deseando no encontrarlos en ninguna situación... comprometedora.

Los vio a los dos en la cama, durmiendo muy profundamente al parecer, y Harry suspiró aliviado. Entró a la habitación de puntillas, sabiendo lo fácil que era en realidad despertar a Sev, y se detuvo junto a la cama. Los miró unos segundos con los ojos entrecerrados y luego sonrió ampliamente, antes de retomar sus pasos y volver corriendo hacia la cama, saltando sobre ella.

—¡Buenos días!— gritó, comenzando a reír al ver que Remus trató de levantarse con rapidez en alerta cuando sintió a Harry cayendo entre él y Sev, sólo para terminar en el suelo, las sábanas enredadas en sus pies. Severus, por su parte sólo frunció el ceño y levantó un poco la cabeza de la almohada, viendo con molestia a Harry—. Es hora de despertar, su dulce hijo necesita desayunar.

—No sabía que mi "dulce" hijo era tan imbécil que no sabía ni siquiera llamar a un elfo— Severus gruñó, su voz era ronca y baja por el sueño, pero Harry no perdió la sonrisa. Su papá no era un hombre de mañanas, en realidad.

—Sev— Remus se levantó lentamente del suelo con una pequeña mueca de dolor, y volvió a sentarse en la cama. Le sonrió con suavidad a Harry antes de acariciarle el cabello—. Buenos días, cachorro. ¿Cómo amaneciste?

—Con muchas ganas de pasar tiempo con mi genial y hermosa familia.

Remus le sonrió aún más, recostando su espalda contra la cabecera de la cama, y pasando una mano por el cabello de Severus, que se acomodó aún más bajo las sábanas, pero miró a Harry con una ceja levantada.

—Harry, cambié tus pañales— dijo con suficiencia—, ¿qué quieres?

—¿Quieren total sinceridad?— sus padres asintieron y Harry respiró profundo—. Un hermanito.

Remus sonrió con diversión, pero Severus se puso un poco pálido. Se sentó lentamente en la cama y miró a Harry fijamente. Harry le sonrió con seguridad.

—Ya hablamos de esto, Harry...

—No, no lo hicimos. Ustedes sólo determinaron que no era un buen momento para que yo tenga un hermano— Harry se sentó bien en la cama, cruzando sus piernas bajo él y miró a sus dos padres levantando ambas cejas—. Pues yo determino que ahora es un buen momento para que yo tenga un hermanito.

Sus padres se miraron entre ellos unos segundos antes de volver a mirarlo. Harry les sonrió a los dos con esperanza, poniendo ojitos de cachorro y juntando sus manos frente a su cuello en forma de plegaria. Harry sabía que ambos estaban por caer, pero Severus negó con la cabeza, suspirando.

—No, Harry...

—¡Tengo un candidato perfecto, ahora que lo dices!— interrumpió Harry antes de que Severus termine—. Es un niño de Hufflepuff que...

—Harry, no estamos adoptando a niños sólo porque sí— Remus lo detuvo con suavidad, mirándolo con una sonrisa pero negando con la cabeza—. Y si lo hiciéramos, estoy seguro de que este niño tiene a su propia familia...

Una Historia Diferente [Severitus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora