Surviving

Capítulo 3

-Debe estar en sus días- Dedujo Greg,  como si fuera lo más obvio del mundo,  sin dejar de mirarla.

-¡Es mi prima, idiota!- Exclamé cuando comprobé que estaba mirando cuando Jenn se dio la vuelta.

-Perdón,  perdón,  es que, ¡mirala!- Dijo como excusa,  apuntandola antes de que desapareciera al final del pasillo.

-Somos primos, vivimos juntos, es como una hermana para mi. ¡No me metas imágenes impuras a la cabeza!- Le grité formando un escudo con los brazos.

- Ya, ya, ya, no volveré a mirarla de esa forma- Me prometió- en tu presencia- Juraría que susurró.

-¿Qué dijiste?- pregunté para que lo repitiera más fuerte.

-Nada, nada- Negó rápidamente con los brazos,  casi como un reflejo. -Supongo que estarás contento - Dijo cambiando de tema y volviendo al barandal.

-¿Por qué?- Pregunté confundido.

-¿Qué,  no es obvio?, ellos irán a ver que pasa,  los profesores van a salir y tendremos clases de nuevo- Predijo levemente fastidiado- Tal y como tu querías- Término con un bufido.

-Eso no es...- Hubiera terminado la frase pero un sonoro grito interrumpió mi hablar -¿Qué fue eso?- Pregunté confundido sin creer que eso de verdad había sido un grito.

Greg no supo que contestarme, pero si él me hubiera contestado no hubiese podido entenderle,  ya que inmediatamente después del grito, se escucharon otros, entre ellos se pueden distinguir gritos de miedo, horror, desesperación y, uno que me helo hasta los huesos; dolor.

Los estudiantes que se encontraban en las dos aulas de décimo y noveno grado, que estan frente a frente, salieron confundidos y asustados a ver que pasaba, los gritos se volvieron más fuertes y constantes; en los rostros de mis compañeros estaba impresa la confusión y seguramente por sus mentes cruzaban los peores escenarios.

El aula de profesores, el consejo estudiantil fue hacia allá, justo el lugar de donde se escuchan los gritos; los salones de quinto y sexto grado también se encuentran en el primer piso, eso explica porque los gritos se intensificaron.

Lo que sea que esté pasando en el primer piso, no es nada bueno, ni normal.