Drake regresa a Wattpad para publicar la continuación de su hermosa novela de PvZ GW 7u7 (Plantas vs Zombies Garden Warfare eye-).
Los zombies invaden los territorios de las plantas, organizaciones rebeldes en contra del gobierno del Crazy Dave surg...
Tal fue el dolor de las plantas por la súbita pérdida de sus amigas las carnívoras que también decidieron lanzarse bruscamente contra los zombies ignorando las órdenes del sargento elote. Los cactus desde la segura posición del sargento elote lograron derribar algunos All-Star, y los lanzaguisantes y las girasoles que se alejaron terminaron con los demás.
—Si los zombies han logrado llegar hasta la taberna... eso quiere decir que todo el pueblo ya ha debido de haber sido invadido en su totalidad... —dijo entrecortadamente el sargento elote; y no se equivocaba, pues los lanzaguisantes y girasoles al salir de la taberna se inquietaron al ver muchísimos zombies deambulando por los alrededores de Barkyville.
Entonces muchas plantas en su embriaguez llamaron la atención de todos esos zombies y decidieron pelear hasta morir por su hermoso pueblo; se alejaron de la taberna y se aventuraron a su suerte mientras les disparaban furiosamente a los numerosos zombies hasta caer sin vida en la fría nieve.
Las pocas plantas que se quedaron con el sargento elote se limitaron a atacar desde lejos, afuera de la taberna. Eran conscientes de que no podían ganar el combate ni recuperar la soberanía de su pueblo amado, así que decidieron ver la forma de escapar sin advertir la presencia de ningún zombie para advertirles a los pueblos vecinos y a Crazy Dave de la terrible invasión zombie que amenazaría toda Suburbia.
Así, el sargento elote se adelantó y despejó la zona detrás de la taberna para ganar tiempo pero...
...fue derribado fácilmente por un capitán mortacho muy desaliñado, el mismo que había explotado la entrada de la taberna con su tonel explosivo para dejar pasar a sus malvados secuaces.
—HAAAAJAJAAJAJAJAJAJAGFASGJAJSAJFSAJAGJAASGGGGHHW... —empezó a reírse desesperadamente cuando se atoró con su misma saliva y le empezó a salir espuma de la boca.
Milagrosamente una bonita girasol extraterrestre se había separado del resto del reducido grupito de plantas que había permanecido fuera de la taberna y socorrió al sargento elote al verlo tirado en la nieve antes de que comenzara a agonizar y a morir por completo.
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Como el capitán mortacho aún se retorcía en la nieve, la girasol extraterrestre aprovechó para echar raíces en la nieve y a quemarlo hasta chamuscarlo por completo con su hermoso rayo solar.
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Entonces el sargento elote se mostró muy agradecido con ella. Luego, miró de reojo al cadáver del capitan mortacho y lo remató con su gigante elote explosivo.
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—Lo siento... tenía que hacerlo —dijo un poco ruborizado por cómo la miraba la girasol, y ella soltó unas risitas.
—¡Ya estaba muerto! —gritó ella—. ¿Acaso no confiaste en mí...? —preguntó indignada.
En ese momento las demás plantas aparecieron por detrás de la taberna y se acercaron hacia ellos.
—Sargento elote, nuestras compañeras plantas suicidas, borrachas y rebeldes ya comenzaron a disminuir en gran número y... ¡no creíamos poder seguir soportando ver muriendo a nuestras amigas una a una sin enloquecer y pensar en terminar acabando como ellas! —chilló una lanzaguisantes de fuego, quien se encontraba triste al igual que sus compañeras.
El sargento elote contempló melancólicamente a las plantas sobrevivientes de su escuadrón que le quedaban. Recordaba la ceremonia en el que fue promocionado a sargento de un batallón novato, desde ese día habían entrenado juntos y pasado por muchas batallas memorables que nunca olvidaría. Ahora, además de salvar Suburbia, también tenía el deber de proteger a sus queridas plantas, a las que siempre había estimado y protegido, como si todas formasen parte de su única y amada familia.
La girasol extraterrestre se le quedó mirando con sus grandes ojos negros alienígenas y se concentró para comprender lo que transmitían sus ojos. Así, gracias a su empatía psíquica alienígena, puso observar en sus ojos tristeza, amor y añoranza; como tenía un fuerte vínculo con él, también pudo sentir todas esas emociones como si ella misma lo estuviese experimentando, aunque no podía comprender muy bien por qué sentía eso. Ella era muy curiosa y atrevida, por eso pensó en preguntárselo discretamente... pero solo lo abrazó tiernamente.
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***
Luego de descansar todos juntos ocultos de los zombies un par de minutos a la luz de la luna, partieron hacia el pueblo de Baneberry. El sargento elote conocía muy bien todos los senderos de The Great White North, así que decidió que rodearían las montañas nevadas para llegar más rápido a su destino.
Cuando empezaron la marcha, una dracunívora se le acercó al sargento elote y le dio una carta quemada.
—La encontré entre los restos de un cadáver zombie chamuscado, parece que está hecho de un papel resistente al fuego.
El sargento elote examinó la carta con suma intriga y entonces reconoció por la firma que era del Dr. Zomboss. Cuando la leyó, sonrió, porque se notaba que el Dr. Zomboss había estado resentido al escribrir esa carta por todos esos rumores que se rumoreaban entre todas las plantas de los pueblos nevados del norte sobre sus risibles estrategias bélicas fallidas.
Luego se la entregó a la girasol extraterrestre y sonriendo le dijo:
—Debemos apresurarnos, antes de que nos maten a todos por habernos atrevido a burlarnos cruelmente del malvado Dr. Zomboss...
En cuanto ella leyó la carta, también se río mucho por haber ridiculizado sus palabras. Así, fueron pasando la carta a todas las plantas para levantarles el ánimo y no dejar que se intimiden por esos ridículos zombies.