¡John!
Fran para, se da la vuelta y se sienta en la silla que hay en la sala, al lado de la mesa donde ha acabado el vigilante que estaba en esta sala.
—¿John?
Sí, no sé.
—Ahora que lo pienso, has adivinado cuando iban a haber cadáveres.
Sí pero no sabría decirte el porqué. Son cosas que me vienen a la... ¿mente?
—¿Entonces, eres capaz de saber que hay en las otras puertas? ¿Sabes cual va a una celda y cual a un ascensor?
No se siquiera si hay ascensor o celda. Por cierto, ¿a qué mente retorcida se le ocurre meter varios ascensores que solo conecten dos plantas?
—Al desgraciado que me ha encerrado. Entonces, ¿No ves el futuro?
No, pero está claro que algo sé si he adivinado los cádaveres.
—La cosa es... que el nombre de John me suena, aunque no tengo claro de qué pero puede que sí aquí está Fran sí que tengas algo de premonición.
Pero parece algo aleatorio.
—¿Despertar en una celda con los recuerdos confusos, una sed de venganza hacia no estoy seguro del que bastante preocupante y una puta voz en la cabeza no te parece suficientemente aleatorio?
Dicho así... todo es bastante confuso. Por cierto, hace rato que tenía ganas de preguntarte algo.
—¿El qué?
¿Qué recuerdas? De antes de despertar, de la paliza quiero decir.
—Pues no sabría decirte. No recuerdo que estaba haciendo antes de desertar aquí. Osea, lo de la paliza y demás pero recuerdo perfectamente a Kie y sé que hay más como nosotros pero no los recuerdo bien.
¿Cómo vosotros?
—Con dotes. Recuerdo como me crearon.
¿Crear?
—Sí, cómo me dieron las habilidades que tengo pero no recuerdo que vida tenía antes de eso.
¿Entonces tampoco recuerdas si me escuchabas antes de despertar aquí?
—Estoy seguro de que no te escuchaba, que estuvieras ahí ya no lo puedo saber.
¿Somos compañeros de misterio?
—De momento eres la puta voz que está dentro de mi cabeza.
¿Eso me coloca por encima de los vigilantes?
—Ni sabemos si estás vivo o tienes vida así que ni idea.
Eso ha sido cruel.
Fran suspira y mira hacia arriba.
—¿De verdad no puedes dejar de hacer eso?
No, he estado semanas haciéndolo.
—¿¡Semanas!? ¿¡Cuánto tiempo he estado inconsciente!?
Pues es difícil de decir porque aquí dentro no se sabe ni qué hora es pero lo calculaba con los cambios de turno.
—¿Tampoco duermes?
Eso parece.
—Maldita sea...
Por cierto, otra pregunta.
—Dime.
¿Cómo es que ahora pareces tan normal y no un loco psicópata? Sin tener en cuenta la facilidad que tienes por matar y lo poco que dudas en hacerlo claro.
—Tengo mal despertar.
Entiendo...
—Bueno, vamos a ver si de verdad está John y si nos ayuda a aclararnos.
Fran se levanta y va hacia la puerta que está en medio, la única que está frente a una pared sin salida.
Abre la puerta y hay una pasarela a lo que parece otro ascensor.
—Puta suerte.
Da un portazo y se va hacia la otra puerta. Ahora sí, al final de la pasarela hay una celda en la que se puede ver a alguien de largo cabello sentado con las rodillas por encima de la cabeza y los brazos apoyados en ellas.
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Una Bala para Ciento un Cadáveres.
ActionFran fracasa en el intento de ir a aniquilar al capo de una organización criminal pero eso no le detendrá para seguir a por su objetivo, hasta el final, en cuanto se despierte tras la paliza recibida. Ni siquiera el que le quede tan solo una bala.