Capítulo 7.

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La mucama Mei estaba en la biblioteca limpiando como siempre, para los demás empleados del palacio les daba igual aquella persona, eran ajenos a la retorcida imaginación de la joven mujer, que en su mente protagonizaba su querido príncipe y ella misma en millones de situaciones algo... peculiares. Su sonrisa aparentemente dulce esconde muchas sorpresas que no son para nada agradables, esconde la sonrisa siniestra que prometía toda clase de problemas, que para ella solo eran planes para conquistar al príncipe Jonghoon, aunque sea por la fuerza. Ana estaba en su misión del rey, por lo que no tenía una secuaz que le hiciera un favor, así que se dispuso a visitar la sastrería.

— Ana no vendrá hasta mañana, al parecer el rey está encaprichado con la misión, ¿Qué es lo que rayos planeará? —dejó el plumero en una mesa dejando la pregunta en el aire.

Ella sentía curiosidad por esa misión, debía averiguar aquello después de hacer su asunto de aquel día, eso era el adquirir un vestido en la sastrería con un poco de dinero robado del príncipe Jongjin, ya que un vestido de calidad no costaba lo que un costal de manzanas, el precio podía ser equivalente a la mismísima corona del rey, eso si fuera un vestido digno de una reina tal y como ella se consideraba, ya que si llegaba a casarse con el primogénito del rey, podría pasar a ser la monarca del reino, pero eso lleva a otro problema: hijos. Un pajarito le ha dicho que el objetivo principal de todo este evento, es conseguir una esposa para su hijo mayor y hacer aparición de descendencia, lo cual ella no se encontraba mental y físicamente preparada para dar a luz a un nuevo ser.

— Me engordará el cuerpo... —se dijo imaginándose a sí misma embarazada— bueno... será un sacrificio con tal de tener a mi futuro marido —suspiró sonriendo macabramente.

Ella tenía una mente retorcida.

Ella no dejaría que una mujer que no sea ella se le acercara.

Ella estaba obsesionada con el heredero de la corona.

El terror hecho persona, que estaba a punto de salir a la tienda de telas, tarareando una canción alegre cargando una bolsita con el dinero conseguido.

...

— Esta chica no sabe lo que hace... —dijo cierto sastre que veía con ayuda de su varita lo que estaba haciendo la mucama.

Él tenía un plan hecho desde hace años por una buena causa, no dejaría que una chiquilla como ella le arruinara sus planes, con sus caprichos de una niña infantil a quien se le negó su dulce favorito; el hombre agitó su varita e hizo desaparecer el polvo que decoraba el sótano y sacar sus herramientas de costura.

Era hora de hacer una obra maestra, un poco peculiar... no con fines de que ella triunfe, al contrario, sería una especie de prueba para su conciencia traviesa y oscura.

...

— Sigo pensando que esto es absurdo —Ryeowook tenía las manos en la cabeza, si antes lucía nervioso, ahora estaba desesperado y confundido— no puedo enamorarme de un... De un monstruo.

— Vamos amigo, el padre de Yesung es muy similar a esa mujer y mira, no es tan monstruo como pensábamos, a excepción de que obliguen al hijo a casarse —dijo Leeteuk pero fue golpeado por Yesung— Auch.

—Leeteuk, sabes bien que no estoy de humor con todo esto... si acepté ir con el sastre fue por amabilidad, sigo estando molesto con mi padre —refunfuñó el hijo mayor del Rey.

— Eso ya lo hablamos Yesung, no tienes escapatoria —setenció Jung Soo— Pero ese no es el tema ahora; Ryeowook, no tiene nada de malo enamorarse, por más espeluznante que sea tu amada —rió por lo bajo observando las nuevas mejillas carmesí del sirviente— ¿Te has sonrojado? Es normal cuando piensas en la chica suertuda que ha captado tu atención amigo mío.

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2021 ⏰

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