Buscando Tu Reflejo

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Lunes.

Todoroki llegó mucho más antes lo usual, se encontró a un rubio escribiendo. Se congeló en su lugar un momento antes de lograr reaccionar a lo que ocurría. El rubio parecía hacer su más grande esfuerzo por no mostrar lo nervioso que estaba.

—¿Que haces?—Preguntó el bicolor con la mayor calma que su cuerpo le permitiese, él sabía perfectamente que estaba haciendo pero tenía que pretender no saber nada después de todo. 

—N-nada. Es una estupidez.—El rubio maldijo por no poder evitar tartamudear en su frase. 

—Estás... ¿Estás escribiendo?—Preguntó el bicolor mientras se acercaba al puesto del rubio, el brillo que acompañaba la mirada del bicolor hizo particularmente difícil negarlo para el rubio.

—No. Solo era una tarea, no tiene sentido.—Se excusó terriblemente el rubio, para cuando se dio cuenta, ya era muy tarde para retirar lo dicho.

—No es una tarea, no estarías tan avergonzado si fuese una.—Argumentó el bicolor.—Déjame leer lo que escribías, por favor.—La escritura le apasionaba y la del rubio aún más, la mirada directa que él bicolor le daba al mas bajo lentamente hacía que este mismo fuese cediendo.

El rubio extendió un papel hacía el bicolor mientras desviaba la mirada, los nervios iban en aumento mientras los ojos del bicolor iban de una esquina a otra, leyendo frase por frase. El rubio había escrito dos poemas, uno de despedida y uno de amor. Entregó el de despedida.

"Alma gastada y detenida, te detuviste mientras le mirabas con tus ojos llenos de profundidad hasta que le hiciste empezar a latir nuevamente. Ojos rojizos manchados en recuerdos pasados y surcos en mis mejillas del dolor, decidiste que debías limpiarlos y mirarlos, tuve que desviar mi mirada. Me sentía desnudo ante tus diferentes ojos, expuesto."

El rubio le dio una mirada más al poema de amor guardado bajo su escritorio. "Por eso digo adiós a ti, y a todo lo que causaste". ¿Qué?, eso definitivamente no sonaba como un escrito romántico.

"Tu sonrisa tonta tarareando una canción que he puesto de tono de llamada me ha dado un motivo para levantar la mirada hacía algo que no es mi futuro, algo que no es gastarme hasta no poder más. Tus brazos dandome calor en mis emociones más frías hacen mi estómago revolverse con vergüenza, da asco sentir todo esto pero nunca lo sabrás. Esto es sólo para desahogarme y ver si estos ruidosos latidos abandonan mi pecho."

Buscó bajo su escritorio con desesperación aquel dichoso papel sin resultado alguno, abrió su libreta, amor, amor. Maldita sea, ¿Donde estás, pequeña mierda? preguntó para si mismo el rubio. Mierda, lo tiene él.

"Por todo esto, estoy seguro de que yo te amo, Shot..."

De pronto el sonido de papel rasgado inundó el salón, y una cabellera rubia salió a todas prisas del lugar. Todoroki se cuestionó de si se suponía que debía leer aquello o no. Estuvo apunto de salir corriendo atrás del rubio hasta que vio llegar a Momo junto a Jirou, se apresuró a su lugar. vio el pequeño papel que quedaba aún en su mano.

"...O, Shoto Todoroki"

Una pequeña sonrisa se instaló en sus labios, para cualquiera no tendría coherencia pero el heterocromático ya había leído el resto del poema. En su pecho se quedó una sensación agradable y cálida, su rostro inexpresivo ocultaba su impaciente deseo de ir a buscar al rubio y darle uno de esos besos que deseaba con desesperación desde la primera vez que lo vio llorar. Desde la primera vez que vio quien realmente era.

Cuando el rubio volvió a clases con el profesor atrás de él sus amigos bromearon con que se había quedado dormido, el rubio solo lo ocultó con sus gritos y quejas.  Aunque Kirishima notó cómo el rubio estaba raro decidió entrometerse más tarde. Al primer receso Bakugo salió volando del salón con la excusa de tener que ir al baño.

Todoroki le explicó su situación a Midoriya, quien le deseó suerte después de haberse quedado en blanco durante unos cinco minutos, las piernas del bicolor no se podían sentir más ansiosas mientras buscaba al rubio por todos los lugares previos en los que se lo había encontrado.

No había rastro del rubio por ningún lado y el bicolor había empezado a desesperarse, buscó en el baño, cerca de la expendedora de bebestibles, en algunos salones y nada, el de ojos carmín parecía que la tierra lo había tragado.

El heterocromático empezó a preocuparse ligeramente, quizás algo le había pasado realmente.

Fue al último lugar que se le ocurrió revisar, no era muy privado durante los recesos, hacía una calor horrible allí y además demoraba en llegar y volver hasta su salón. Lo había descartado pero decidio echar un vistazo igualmente. El calor inminente que había al abrir la puerta que daba a la azotea le hizo querer retroceder. 

Siguió adentrandose en el sitio hasta que llegó a las bancas cerca de la parte trasera de la entrada contraria, la única parte con sombra que hasta el heterocromático desconocía.

Ahí estaban aquellos ojos, miraban con impaciencia el paisaje aún ligeramente matutino. El bicolor tomó un largo respiro antes de acercarse, admirando la mirada carmesí del contrario, su mirada no encajaba con su lenguaje corporal.

Dio vuelta a la pared y decidido empezó a hablar.—Bakugo.—llamó el heterocromático, el rubio se levantó de la banca.

El nerviosismo hizo que Todoroki desviara su mirada sin mirar al rubio.

"¿Y quedarme aquí mientras me rechazas? No me jodas, maldito imbécil." Pensó el rubio mientras salía corriendo, Todoroki no apareció detrás de él para su suerte.

—Tú... Definitivamente me gustas, intenté negarlo pero luego... Cuando leí el poema mi corazón dio un vuelco y creo que solo me enamoré aún más.—Dijo el bicolor en un hilo de voz, una ligera risa se escapó de sus labios.

Cuando levantó la mirada se quedó en blanco, no había nadie.

"Espera... No hay nadie, ¿Significa eso que ahora me despierto en la enfermería después de alguna clase y no tengo que enfrentar estos sentimientos?" El bicolor se miró las palmas* y las vio claramente, era muy bueno como para ser verdad.

Seguido a eso, la campana sonó y el bicolor dio un suspiro. "Te podría estar robando besos ahora mismo si me hubieses esperado", automáticamente se dio un golpe mental y físico por pensar en eso.

Se devolvió al salón frustrado y cuando llegó su atención iba por todos lados menos la pizarra, estuvo impaciente hasta que la campana sonó nuevamente.

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*Algo que he comprobado, es que cuando estas en un sueño los relojes no avanzan y tus palmas se ven borrosas, al igual que la cara de la gente xd

Lejos [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora