Eres Atípico

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Cuando el bicolor llegó a su casa se recostó rápidamente en su futon, su cabeza daba vueltas y se sentía confundido. Había algo en el rubio que él odiaba pero le llamaba la atención al mismo tiempo. Dio una risa ligera ante sus estupideces, "¿Que clase de locuras estoy pensando? Jamás me llamaría la atención alguien como él" y antes de poder contradecirse se cubrió con las sábanas y concilió el sueño.

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Lunes.

Cuando se despertó en la mañana, iba tarde, algo completamente inusual pero que no le quitó mucha atención, hizo todo más rápido y corrió hacía la estación, casi se pudo ver a sí mismo caminar hacia la casa del rubio. "Que locura fue el viernes, ¿Acaso eramos otras personas?" Finalmente, el bicolor reparó en que aquel chico de mirada carmesí lo estaba cambiando, él estaba cambiando y ni siquiera el mismo se había dado cuenta.

Empezó a pensar en aquello mientras recorría los pasillos hasta su salón, comenzó en enumerar las cosas que había visto del rubio, y que probablemente no debió.

"Ah, su mirada y poesía... Eso definitivamente va en primer lugar, además de que él ni siquiera sabe que yo sé acerca de sus escritos..", Pensó el bicolor dando un suspiro antes de continuar su camino, ¿Desde cuando los pasillos eran tan eternos?, "Mierda, en segundo lugar va sin duda los sollozos que vi, fue tan raro verlo llorar... Aunque ni triste se le iba la cara de mal humor".

"Ah... Si, también lo he visto pedir ayuda y convivir con él. Quizás no es como siempre juré que era... Después de todo, casi no lo conocía antes de todo esto", Se reprochó el de doble quirk al darse cuenta de que había juzgado al rubio por quien demostraba ser, la careta que criticó con seguridad de que era lo más profundo en él. "He sido un cretino".

Luego de su eterna caminata por la UA, llegó a su salón, en la prisa aún quedaban 15 minutos para las clases. Levantó la mirada antes de llegar a la puerta donde se encontró con el rubio caminando en dirección a la misma, y sin que quisiera realmente, una diminuta sonrisa se dibujó en los labios de Todoroki, la borró casi automáticamente pero gracias a la expresión del rubio, el bicolor cayó en cuenta de lo que había hecho y entró avergonzado a su salón, sin darle una segunda mirada al contrario.

El de ojos carmesí se quedó quieto unos minutos en el pasillo vacío, sus mejillas estaban adornadas por un ligero rojo y su rostro hacía una expresión rara mientras intentaba mantener guardada la diminuta sonrisa que amenazaba con huir de su comisura. Se sentía idiota y estúpido, sabía que eso solo era una distracción de su propósito real, pero se sentía bien. "Callate" se ordenó a sí mismo y entró al salón más enojado de lo usual.

Mientras las clases pasaban Bakugo no paraba de ir en círculo con sus pensamientos, ese imbécil, el mismo diciendóse que se estaba volviendo más idiota por juntarse con Kirishima y Denki, intentar concentrarse en lo que sea que estaban presentando, recordar el día viernes y volver a empezar todo. Frució el ceño mirando a la pizarra, Todoroki y Midoriya seguían. Esta vez el círculo ya no se repetía.

El bicolor fue calmado hacía el frente, no estaba realmente nervioso puesto que había practicado toda la noche su parte, debido a que no podía dormir. Igualmente los ojos carmesí le revolvían el estómago. "Debe ser por ayer, le di muy altas expectativas, eso debe ser" se justificó a sí mismo aunque nadie se lo había pedido.

Inconsientemente sus ojos miraban a los del rubio, luego de unos segundos daban vuelta las miradas. No se podían permitir pelear allí y ese era el único motivo por el cual el rubio no le gritó que dejase de mirarlo como un tonto. Cuando terminaron se despidieron educadamente y volvieron a sus asientos, mientras iban a sentarse el rubio le apretó un pedazo de pierna al bicolor, ese se aguantó un quejido de molestia.

- No me mires durante toda la puta presentación, es jodidamente incómodo.- Escupió el rubio en susurros rápidamente, y el bicolor siguió su camino avergonzado, nadie se dió cuenta de ello excepto la cabellera verde que se sentaba atrás del rubio. Dió un suspiro, a pesar de que su atención se la estaba empezando a ganar otra persona que no era el rubio, sintió extrema curiosidad por esos dos. "¿Desde cuando se pueden hablar sin gritos?" cuestionó el peliverde mientras hacía una pequeña sonrisa "Seguro que me he perdido un montón acerca de ellos dos".

Y como una venganza del universo, el siguiente grupo fue Bakugo y los ojos carmesí del mismo no se despegaban del bicolor pero era menos notorio, parecía que simplemente estaba mirando al fondo de la clase sin interés.

El bicolor levantó una ceja cuestionando al rubio por su mirar, el rubio frunció el ceño aún más y una vena se asomó por su frente.

Algunos estudiantes miraron para atrás para saber que había hecho enojar tanto al rubio pero el heterocromático ya estaba pretendiendo hacer algo en su libreta, distraído de la presentación.

Luego de un par de presentaciones más la clase se había terminado, el humor de la clase era más elevado de lo usual debido a que básicamente no habían tenido ninguna lección. El rubio se dirigió solo al piso superior de la UA cuando nadie le veía, necesitaba tomar un poco de aire fresco mientras se regañaba a sí mismo.

—¿Que diablos estás haciendo, estupido?—Gruñó contra su propia persona, no había nadie más allí.

—¡No has aprendido nada, tú, maldito idiota!—Gritó impotente mientras golpeaba la baranda, lágrimas salían sin cuidado, apoyó su cabeza en los fierros mientras se abrazaba a sí mismo.—Eres patético teniendo estos problemas de amor, sabes que nadie es para ti, nadie te amaría, sólo eres un egoísta.—Para ese punto su pecho subía y bajaba bruscamente, sus ojos húmedos por dolor que él mismo se había causado.

—Para de decir eso.—Una voz tan conocida hizo presencia, de pronto, una cálida sensación invadió al rubio. La forma en que el bicolor lo abrazaba, lo hizo llorar con más fuerza, quería dejar ir todo.

—No conozco mucho de ti pero se algunas cosas de tu pasado, Midoriya nunca pierde la oportunidad de hablar de ti, se preocupa por todos.—Explicó el bicolor mientras se acomodaba junto al rubio y le dirigía miradas ocasionales.

—Deja ir a quien fuiste, la mayoría de gente está cambiando constantemente, perdona a quien eras y dejate vivir. Esto es el ahora, no el pasado.—Dijo el bicolor, su tono sonaba más esforzado de lo usual, él realmente quería ayudar al rubio. No lo entendía aún, sus piernas fueron solas y cómo si hubiese esperado aquél momento su mente tenía guardadas las palabras más exactas.

Bakugo no tenía palabras, un nudo atascado de algo que quería decir pero no podía. Algo que por primera vez, no sabía verbalizar. Algo que no podía convertir en poesía, algo que costaba, una mezcla de agradecimiento y algo más.

Sin decir una palabra rodeó con sus brazos al más alto, agradeciendo en silencio lo que hacía por él. Por primera vez, Bakugo no se sintió débil, no se sintió ridículo.

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1225 PALABRAS, JDJDJFSJCK RE INTENSO EL CAPÍTULO AH PERDONEN SI ESTÁ MEDIO TONTO O RARO IGUAL ES SÓLO X DIVERSIÓN, GRACIAS X LEER :^)

Lejos [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora