Corazón 4

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Disclamer: Todos los personajes, lugares y partes de la trama pertenecen a Rumiko Takahashi y no a mí. Escribo para entretener, sin ánimo de lucro.

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-Corazones Distraídos-

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4.

(Mousse)

Un Nuevo Calor En El Corazón

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Había un reloj en la cocina del Neko Hanten. Era redondo, con una cubierta de plástico azul claro y el fondo blanco. Los números eran grandes, redondeados y negros y las manecillas que revoleteaban sobre estos eran de un color rojo apagado.

Lo más importante era que el reloj hacía tic tac de un modo bastante estridente.

Al otro lado de la pared donde estaba ese reloj, se extendía el comedor del restaurante. A esa hora, las mesas estaban ya prácticamente vacías pero daba la casualidad de que los clientes más ruidosos eran siempre los últimos en irse, así que el eco de sus conversaciones agitadas por el alcohol ingerido en la comida todavía resonaba por todo el establecimiento como si este continuara lleno.

Siempre había sido molesto escuchar los berridos de los clientes parcial (o quizás totalmente) borrachos, amén de todo tipo de sonidos más desagradables que tenían que ver con una adecuada y feliz digestión. No obstante, ese día no le resultaba tan malo.

Para Mousse era como oír un lejano zumbido al que se había habituado. No entendía las palabras, ni siquiera podía distinguir la voz firme y chillona de Shampoo tratando de poner orden en la sala. Era curioso, pero él solo podía oír el reloj.

Tic Tac.

Sonriendo, colocó bajo el grifo un nuevo plato cubierto de jabón para aclararlo y después lo amontonó con el resto. En el último momento, se le resbaló de la mano húmeda y cayó al suelo con estrépito haciéndose añicos.

—¡¡Mousse!! —El chico volvió la cabeza hacia la puerta para toparse con un borrón morado que se acercó a él balanceándose—. ¡¡Pato tonto, romper plato otra vez!!

—¡Oh! —murmuró él, arqueando las cejas. Bajó la vista pero en ese suelo demasiado claro apenas sí distinguió los pedazos del plato—. Lo siento, Shampoo.

—¡Tú, inútil! ¡No sentirlo, esforzarte más!

La voz, junto al borrón morado, llegó hasta él. Mousse sintió un coscorrón en la cabeza que casi le hizo doblarse sobre la encimera. Aprovechó ese momento para colocarse las gafas en los ojos y por fin pudo ver con claridad el bonito, aunque ahora furioso, rostro de la amazona.

—¡Oh, Shampoo! —exclamó, contento de verla como siempre.

La susodicha entornó los ojos con aburrimiento y casi le arrojó a la cabeza una nueva tanda de platos sucios y malolientes.

—¡Limpiar! —Le ordenó, al tiempo que tomaba un vaso de agua.

—¡Por supuesto! —Mousse colocó los platos en la pila y los roció con una gran cantidad de agua y jabón. De inmediato, recibió un nuevo coscorrón—. ¡Ay!

—¡Si tú usar tanto jabón, resbalar y romper platos! —Le indicó la joven. Por un instante Shampoo contempló a su amigo de la infancia con el más ardiente desprecio en su mirada, pero Mousse estaba acostumbrado y no se amedrentó. La chica acabó por suspirar, sus rasgos se suavizaron y le dirigió una mueca distinta, más cercana a la lástima que a la ira—. No servir para nada...

Corazones DistraídosWhere stories live. Discover now