Corazón 8

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Disclamer: Todos los personajes, lugares y parte de la trama son de Rumiko Takahashi, aunque este historia es mía. La escribo sin ánimo de lucro, solo para pasarlo bien.

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-Corazones Distraídos-

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8.

(Ukyo)

Siento Su Ausencia

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El día de San Valentín estaba por terminar y... había sido un fiasco.

Con los festivos, nunca se sabe rezongó Ukyo soltando un bostezo interminable, con medio cuerpo apoyado sobre la plancha. Estaba fría. Apenas la había usado en todo el día porque casi nadie había entrado en busca de comida.

Al parecer, la mayoría de parejas enamoradas habrían elegido los elegantes y caros restaurantes del centro de Nerima para sus encuentros románticos.

¿Acaso los okonomiyakis no son románticos? Se preguntó, chasqueando la lengua con altanería al tiempo que hacía girar su pequeña espátula en la mano. A su alrededor solo había silencio y acabó dejando ir un suspiro.

Había pasado las últimas semanas perfeccionando su técnica para cocinarlos con forma de corazón. ¡Le pareció una idea maravillosa cuando se le ocurrió! Creyó que a la gente le encantaría (perfecto para las parejas) y que se pasaría el día entero preparándolos sin parar. Auguraba que ese día de San Valentín ganaría mucho dinero pero...

¡Qué desastre! Pensó dejándose caer sobre sus brazos. Apretó los párpados y miró, tristemente, hacia la puerta. ¿Qué ha ido mal?

Últimamente, Ukyo se percataba con más frecuencia de la habitual, de que las cosas que en su mente parecían seguras, en la realidad no solían ser así. A ella podía parecerle lo más lógico, lo más esperable... Pero luego, de algún modo imprevisible, todo se daba la vuelta y el resultado era el contrario. Le estaba pasando, no solo con respecto a su negocio, sino en otros aspectos de su vida y eso... empezaba a preocuparla.

¿Por qué ha salido tan mal?

Ella lo había hecho todo bien. Tenía los ingredientes preparados y se había molestado en coserse un precioso delantal rojo para la ocasión. Era verdad que no había perdido el tiempo decorando el restaurante con temática de San Valentín (le parecía muy hortera), pero lo del delantal le pareció un simpático guiño a la fiesta.

Se había pasado todo el día allí metida, detrás la plancha, dispuesta a atender a cualquiera que se dignara a entrar.

Pero nada de nada.

Faltaba apenas media hora para el cierre y ya no pudo soportarlo más. Se arrancó el estúpido delantal, lo hizo una bola y lo metió con furia en el cubo de basura que tenía junto a la plancha.

Estúpido día de San Valentín pensó, cruzándose de brazos.

Había sido decisión suya permanecer allí todo el día porque Ukyo era una persona muy responsable. ¡Ni se le habría pasado por la cabeza cerrar su negocio durante todo un día solo por esa tonta fiesta! No, ella debía estar al pie del cañón, ofrecer su servicio, ser una buena cocinera. Y no, no tenía nada que ver el hecho de que tampoco tuviera otro plan.

Porque, de hecho, no... no lo tenía.

Sus brazos cayeron de nuevo. Entornó los ojos y acercó su silla a la plancha para tomar asiento. De soslayo, estos se deslizaron hacia la puerta que tenía tras ella, la que daba a la cocina. Allí dentro había un teléfono; pidió que se lo instalaran allí y no en el piso superior porque sabía que la mayor parte del día estaría trabajando y así podría atender mejor las llamadas.

Corazones DistraídosWhere stories live. Discover now