Corazón 5

281 23 1
                                    

Disclamer: Todos los personajes, lugares y parte de la trama pertenecen a Rumiko Takahashi y no a mí.

.

.

.

-Corazones Distraídos-

.

5.

(Shampoo)

No Tengo Rival

.

Si había algo que Shampoo no soportaba, era que intentaran tomarla por tonta.

Desde bien pequeña había sido la amazona más prometedora de su tribu, estaba acostumbrada a inspirar temor y respecto allá a donde fuera; en ese terreno, muy pocos eran los que no quedaban intimidados al verla. Y a ella le gustaba que su reputación de poderosa guerrera la precediera.

No obstante, desde su llegada a Japón le había ocurrido que, ciertas personas, no solo no tenían en cuenta su fuerza debido a su pequeño tamaño o a la delgadez de su esbelto cuerpo. Sino que en ciertas ocasiones tomaban su belleza como un indicativo de que esta iba adornando una cabeza hueca. ¡Tenía que tener mucha paciencia con algunos comentarios que los clientes hacían sobre ella en su cara! Esos hombres eran tan soberbios que probablemente pensaban que podían decir esas cosas sin preocuparse porque ella ni siquiera los entendía.

Pero Shampoo lo entendía todo perfectamente.

De haberse dado esta situación dentro de las fronteras de su tribu, esos tipos habrían recibido un severo castigo por su atrevimiento. Shampoo solía fantasear con esas cosas mientras les seguía sirviendo copas; cortarles la lengua, por ejemplo, era uno de sus castigos favoritos.

Pero estaba en Japón, no en China. Y vivía en el Neko Hanten, un restaurante que pertenecía a su bisabuela a la que, por tanto, debía obedecer en todo. Su subsistencia en ese condenado país dependía de esos groseros y patéticos hombres que iban a llenarse la barriga y a bañarse la garganta en sus licores chinos. No podía ser desagradable con ellos, aunque merecieran una buena lección sobre cómo tratar a las mujeres.

Y más a una mujer como ella.

Así que Shampoo callaba, servía la comida y se contentaba con fantasear. No era suficiente para aplacar su instinto vengativo pero no tenía muchas más opciones. Si se esforzaba en pensar en su Airen, y en que era por él y su futura felicidad marital por lo que soportaba tantas humillaciones, conseguía soportar los días malos.

Torturar al idiota de Mousse le servía para aligerar su mal humor los días peores. O solía hacerlo...

A pesar de los insulsos esfuerzos de Mousse por disimular, Shampoo se había percatado de que algo estaba cambiando. Y no es que le importara, exactamente, saber qué. Solo se había sentido indignada ante el hecho de que ese pato estúpido creyera que podía engañarla.

¡A ella! ¡A una amazona de su nivel!

A mí nadie me toma por tonta.

Desde hacía algún tiempo Mousse parecía ligeramente inmune a sus desprecios y desplantes. Él simulaba apenarse exagerando aún más su, ya de por sí histérico, comportamiento pero era evidente que Shampoo estaba perdiendo influencia sobre él.

O su poder.

Si bien Mousse seguía obedeciendo todas y cada una de sus órdenes y de vez en cuando aún la miraba con deseo, Shampoo había notado que el pato se pasaba más tiempo del normal ensimismado en pensamientos a los que ella no podía llegar. Sus incontables y repetitivos halagos para con la amazona se habían vuelto forzados, vacíos... Y había algo más.

Corazones DistraídosWhere stories live. Discover now