Capítulo 5

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No sé cuánto tiempo paso, ni cuanto duro el momento.

Pero fué eterno.

Hermosamente eterno.

Adam estuvo a punto de besarme. Pero por alguna extraña razón, no lo hizo.

Y yo tampoco trate de impedirlo.

Al contrario.

Estaba deseosa porque lo hiciera.

Sí. Estoy loca.

Estoy loca por querer que un desconocido me besase.

Estoy loca por sentir todo esto de manera inesperada. De la noche a la mañana.

Sí, definitivamente. Estoy loca.

¿Pero saben qué? No me importa.

No estoy haciendo nada malo, no estoy lastimando a nadie más que a mí.

Porque eso sí lo tengo muy claro, de que saldré lastimada. Sí, lo estaré.

Porque sé que desear tal cosa no está bien. No se puede andar deseando un beso de un desconocido. Un desconocido que tiene novia por cierto.

¡Ya hasta la había olvidado!
Tiene novia...

Bueno, tampoco se confundan.
No estoy enamorada.
No lo amo. ¡Claro que no!

Solo siento algo muy fuerte por él y quisiera saber que es.

Porque esto no es normal, apenas lo conozco.

Puede que tal vez solo sea una simple atracción. Claro, una atracción pasajera.

Tomando distancia mutuamente, nuestras miradas vuelven a encontrarse.

—Te luce mi chaqueta por cierto. —El frunce el ceño mientras me mira.
—Gracias... —Apenas y respondo.
—¿Qué harás mañana? —Su mirada es juguetona. Pero su voz... tan tierna.
—Estoy preparándome para mis pasantías. Así que estaré ocupada, ya falta poco para iniciarlas.
—¿Ah sí? —Adam sonríe mientras una de sus cejas se eleva— ¿Cuándo empiezas?
—Pasado mañana.
—¿Qué área?
—Pues, estudie administración de empresas, así que...
—Oh vaya. —El vuelve a sonreír. Esta sorprendido— Estarás en el área administrativa, lo más probable es que estés de asistente... del jefe.

Apenada, me cubro el rostro con las manos mientras sonrío, para luego decir:

—Si, tienes razón, es lo más probable. —Suspiro— ¿Sabes mucho de esto? ¿Cierto?
—Pues... Soy mi propio jefe. —Sonríe victorioso— Así que sí. Se lo suficiente. —Deja de hablar para mirarme y noto diversión en su mirada— Podría ayudarte de hecho.
—Oh sí, seguramente. Pero no te molestaré con ello.

Adam deja de sonreír para fruncir el ceño de inmediato.

—¿Y quién dijo que molestaras?
—Bueno... —Me hago la graciosa— Te molesté mucho hace unos días.
—¡Oh vamos! —El niega con la cabeza y hace gestos con las manos— Eso ya es pasado. Nos hemos perdonado. ¿O no es así?

Me doy media vuelta y comienzo hacer gestos de duda con mi boca.

—Mmmm. No sé... —Bajo la cabeza para ocultar la sonrisa que predomina en mi rostro.
—Eloyza. —Adam se interpone en mi camino y rodea mi cintura con ambas manos para atraerme a su lado— No estoy jugando... —Susurra en mi oído y un cosquilleo recorre todo mi cuerpo, haciéndome suspirar— Mírame.

Niego con la cabeza y escondo mi rostro en su cuello.

—Estoy hablándote... Y creo que me gusta mucho mirarte cuando lo hago.
—¿Te gusta qué? —Susurro incrédula. Mi voz apenas y se formula.
—No me gusta mirar a las personas directamente a los ojos mientras hablo, normalmente, tal cosa me distrae o me irrita.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2020 ⏰

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Adam Aleber © PRÓXIMAMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora