El mundo de los perdidos, Conciencia

19 2 0
                                    


Siempre estaba preparado ante una nueva oportunidad, no me dejaba opacar por las inseguridades que un pasado frustrado me podría traer, "una mente positiva crea realidades positivas"  estaba preparado y solo esperaba que se abriera otra puerta, pero era inevitable, por más fuerte que me quisiera ver, mi universo interno se estaba haciendo pedazos, odiaba pensar que mi vida podía ser un absurdo, mi corazón empezaba a pasarme factura.

Una mañana estaba con ella, recorriendo sitios y conociendo gente que para variar, conocía a todo el mundo, y aún no se como lograba distinguir de tanta gente, supongo que era un don de ella conocer a tantas personas, en cada una podía ver algo tan diferente y único, y aun así nadie darse cuenta de todo el peso que podría llevar ella encima, estar cerca de ella era estar en un museo de diamantes, cada uno brillando por su forma y estilo y que ninguno sea tuyos, incluso a veces pasaba la mitad del tiempo admirándola y la otra mitad pensando en cómo hacer que fuera mía, pero no se puede tener el control en emociones ajenas, o al menos eso pensaba.

Una tarde conversábamos, esta conversación fue una de las más importantes que tuvimos, su corazón estaba abierto y a través de sus ojos volví a estar allí, logré volver a entrar en ese lugar que en un principio fue tan maravilloso. Solo estábamos ella y yo, el clima era de lluvia, ella tenía un hermoso vestido rosado al percatarme de eso el clima de aquel mundo se transformaba en corrientes de auroras boreales, no cabía duda que ella seguía controlando ese lugar... Debía salir de ese allí, ella conversaba conmigo y no podía perderme en ella de nuevo por más hermoso que fuera ese lugar. En eso un mar de sacudidas empiezan a cambiar todo el panorama cuando con mucho dolor su alma empieza a llorar, y a pesar de que físicamente no lo hacía podía sentir su dolor porque también estuve allí.

Salí y la escuchaba, no podía hacer mucho en realidad, por más que quisiera, solo podía escuchar sinceramente... fue algo bastante fuerte que por alguna razón algo dentro de mí se sentía identificado, la toque y el sentimiento fue aún mayor a este, me senté al frente y la volví a ver pero mi conciencia no me dejaba entrar en aquel lugar, de repente toda una explosión de emociones empezaban a tomar sentido, jugaron con sus sentimientos a igual que jugaron con los míos y que probablemente yo también habría jugado esto antes, era tan culpable como el propósito de esta conversación y el motivo de su dolor, no era yo, pero era el mismo sentimiento el mismo dolor, un corazón rasguñado se desahogaba delante de un corazón que había sido apuñalado, se sacó el puñal y apuñaló a otro siguiendo la misma cadena de dolor.

Entre en su mundo y quede perdido en su dolor y la oscuridad de mi conciencia.

La vida que nunca tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora