Uno de los aspectos que uno como psicólogo se encuentra en su vida profesional, es la absurda conducta de preferir el dolor al placer. No hablo en el aspecto sadomasoquista, la cual es un tema que ya he tratado, hablo más bien de la tendencia que tienen muchas personas de quedarse en relaciones caóticas e infernales solo por el miedo a salir de ellas y afrontar la vida con mayor suma de felicidad, mas independencia y autonomía personal.
Es una rutina el observar una mujer que sale de un marido a quien ya no quiere y meterse con un amante que solo la desea sexualmente, o mirar a un hombre completamente inseguro, celoso, “mamero” humillarse por el amor de una mujer a quien el mismo le hizo la vida imposible. También es usual observar como muchas mujeres cambian su vida sufriente con su esposo para meterse en relaciones caóticas con amantes y también se puede ver con mucha frecuencia, hombres que a pesar de no querer más a su mujer, buscan decenas de amantes pero no se atreven a dejar a la esposa. Son muchas variantes irracionales, bizarras y sufrientes en este pandemónium de uniones caóticas que pueden observarse, pero solo una constante: en este tipo de situaciones, el miedo a la libertad es la norma.
No es extraño observar como una mujer que ha sido humillada, vejada y maltratada por un hombre, luego que se separa de este y el viene con la cabeza gacha pidiendo perdón, sentir lástima y compasión y justamente por esos sentimientos, volver con él, para luego repetir la historia pasiva agresiva que los caracteriza. Igualmente hay cientos de historias de hombres profundamente celosos que sientes que su esposa se entrega con cualquiera que se atraviese, rogar desconsolados porque esta vuelva con él. Son historias infernales que nunca tienen un final feliz pero que las personas se empeñan en conservar.
El miedo al si mismo, a la libertad, a empezar de nuevo, a ser independiente y valerse por su mismos son los monstruos terroríficos que afectan a estas personas. No son capaces de asumir su adultez e iniciar una historia más madura y natural. Sus paradigmas culturales, sus madres dominantes o padres agresivos han corroído su autoestima, no ayudaron a construir una personalidad independiente y ahora como adultos no saben qué hacer con sus sufrientes vidas. El miedo a perder de nuevo al padre o a perder el amor de la madre, hace que estos adultos se queden en relaciones que les recuerden estos aspectos de su infancia no superados y se comporten como niños dependientes y no como adultos autónomos.
Casi nadie se explica por que una mujer se queda con el marido que le pega o por que el hombre se queda con la mujer que ya no lo ama. Nadie se explica cómo una persona que es infeliz en su matrimonio se queda en el mismo, solo por no hacer sufrir a sus hijos o perder los aspectos económicos, igualmente nadie se explica como un matrimonio cargado de dolor, se separan y sin embargo vuelven por miedo a lo desconocido. Aunque nadie lo entiende si hay explicación: todas estas personas le tienen un miedo espantoso a ser adultas, crecer y ser autónomas, liberarse de sus complejos y vivir más acorde a estos tiempos, le tienen terror a ser rechazados por sus actos y ser desaprobados por sus padres, aun siendo adultos. Tienen un terror paralizante a tener que valerse por sí mismos e iniciar su vida económica desde el primer nivel. En fin, son niños jugando a ser adultos y como todo en la vida cuando la incongruencia se hace dueña de la vida: el sufrir es la única opción que les queda a este tipo de personas. Lamentablemente.
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Superación.
De TodoEstos escritos no son mios son de el blog deL Psicólogo Alberto Barradas. Decidí compartirlos mediante esta pagina ya que son Consejos para una vida mejor y nos ayuda a entender muchas cosas que nos suceden a mi en lo personal me encanta lo que escr...