Capítulo 8.

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De todas las cosas que detestaba en el mundo, una semana ocupada estaba en el número uno en esa montaña de desdichas. Lilith suspiró y se acomodó en el asiento, esperando al jefe de Park's cosmetics. Estaba ansiosa por poner en marcha la nueva marca en conjunto y además, deseaba volver a encontrarse con Jimin. Su padre, sentado a un lado, releyó los papeles, expectante, Lith conocía esa mirada, Il Sik no estaba de todo convencido y poner en riesgo todo lo que su familia había creado por dos generaciones no era para nada atractivo. Los números no eran favorecedores, pues a pesar de que la propuesta iba a ser lanzada por las dos empresas cosméticas más grandes de Asia, cada corporación tenía una suma asegurada causada por una clientela frecuente que probablemente perderían gracias a la innovación.

Shownu se sentó a su lado y miró hacia al frente. Jimin y su representante acababan de entrar a la sala de juntas, el aroma a vainilla inundó el lugar y Lilith se sintió morir. Jimin se sentó enfrente e Il Sik estrechó su mano. La chica buscó la mirada del joven sin respuesta alguna y entonces comprendió que Park cosmetics iba en serio.

— Muy bien, señor Il Sik. Es un gusto por fin poder encontrarnos —dijo Jimin con un tono tajante, que Lilith despreció.

La chica sonrió y antes de que su padre pudiera responder, se precipitó a hablar.

— Al grano, Park. Mi padre sabe los por menores del negocio, pero no estamos seguros si continuar o no.

Jimin sonrió y se inclinó en el asiento.

— Me parece, señorita Li, que se están apresurando—aseveró el muchacho.

— ¿Seguro? ¿Puede usted asegurarnos que este no es un error y que el negocio es viable? Quiero que me asegure que el negocio es viable y que nuestra compañía no perderá ganancias.

— Se lo aseguramos —declaró Hoseok, orgulloso.

— ¿Cómo?

— Bueno, tendremos que hacer pasar a nuestros invitados—musitó Jimin.

La puerta se abrió y Showno se puso de pie. En seguida Lilith e Il Sik.

Kim Taehyung, Min Yoongi, Jeon JungKook, Shin Hoseok y un hombre desconocido entraron en la sala y se colocaron a espaldas de Park Jimin.

— ¿Qué significa esto? —Lilith miró de reojo a las celebridades y después volvió la vista a la empresa contrincante.

Jimin volvió a sonreír y entonces se puso de pie para presentar a sus invitados.

— Ellos son nuestra publicidad —sentenció —. En este siglo no hay personas más influyentes que estas personas. Kim Taehyung es el pintor más reconocido, Min Yoongi es mejor que cualquier idol, Shin Hoseok es el modelo más solicitado en este momento, Jeon JungKook es un actor prometedor y el embajador de Prada y Gucci...

— Ellos pueden funcionar, por supuesto que pueden funcionar, pero hay algo que no cuadra, más bien, alguien ¿Quién es él? —Lilith señaló al desconocido y se congelo cuando sus ojos se encontraron.

Ese joven era atractivo y mucho más que eso, enigmático. El moreno sonrió y se formaron un par de hoyuelos en sus mejillas. Lilith sintió su corazón acelerarse, como un estúpido cliché de telenovela. Algo en su interior brincó y de pronto, sintió un ensordecedor deseo de lanzarse a los brazos de ese hombre. Tragó saliva y miró a Jimin olvidando que hace unos instantes, deseaba volver a tener al joven entre sus piernas. Ya no más. Lilith deseaba tener a ese hombre para ella, como si toda su maldita vida hubiese sido escrita para encontrarse con él. Y entonces, lo recordó, era el hombre del tren. El chico que invitó a salir y que no pudo mantener.

Su encuentro había sido fugaz y tal vez ella lo dejó pasar, pero era cierto, no le era posible olvidar a ese hombre. Recordó como lo imaginó durante la noche, como deseo que respondiera que sí y llevárselo a cualquier motel. Lo imaginó encima, acariciando sus muslos y lamiendo su cuello. Se imaginó durmiendo en el pecho de aquel hombre y por extraña que la situación pareciera, Lilith imaginó una vida junto a...

— Bueno, él es Kim NamJoon, mejor conocido como RM o Real Me. El escritor más aclamado de este siglo —escuchó decir a Jimin—. En pocas palabras, ellos —señaló a los primeros—, son nuestro gancho. Pero él... él es el ancla que nos atará al éxito. Kim NamJoon jamás ha mostrado su rostro, su apariencia ha sido un misterio para todo el mundo y ahora ha decidido cooperar con nosotros.

— Señor Park, es un hecho que nos asociaremos y que el siguiente paso sea el éxito —Il Sik se acercó a Jimin y estrechó su mano.

Hoseok le ofreció el contrato y después de leerlo, el hombre lo firmó.

Lilith no tuvo objeción, miró de reojo a NamJoon y sonrió. Trabajar junto a él sería lo único que bueno de asociarse con otra empresa y por Dios, se juraba que trabajar no iba a ser lo único que haría. 


¿Me extrañaron? Porque yo sí a ustedes.

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Gracias a @twhimav @DianaCabral12 @BKDRAGON @Taerayofsunpor comentar el capítulo anterior. 

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