Cap 4 | Fotos✔️

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Narra Vegetta

Mi trasero subía y bajaba sin parar en mi Preciado morado mientras que abrazaba aquella sudadera blanca aspirando aquel delicioso olor a chocolate con canela.

-Rubius..- gemía sin dejar de subir y bajar.

Imaginaba que lo tenía a él follandome, tocándome, haciéndome gritar.

Imaginaba que era mucho más grande que aquella cosa, y estaba seguro de ello, ya que lo poco que pude tocar de aquel miembro había sido suficiente para saber que tenía un increíble tamaño.

con una última estocada llegue al orgasmo gritando su nombre y cayendo cansado a mi cama.

~No me lo malinterpretes, amo a morado y la gran relación que tenemos pero es que me muero porque Rubius nos folle~

-Lo se, yo también, pero no podemos simplemente llamarlo y decirle, ¡hey! ¿Vienes y me follas? - respondí a mi lobo.

~¿Y si nos tomamos una foto y la enviamos? En plan, mira lo que te puedes comer tío~

-De ninguna manera, ¿y pisotear más mi orgullo? Olvídalo, no ocurrirá.

Narra Rubius.

Terminaba de tomar un baño, luego de ir a minar, escogí mi ropa que consistía en un pantalón negro, una camiseta blanca y una sudadera verde.

Normalmente usaba la Blanca pero desde que fui a casa de Vege no había vuelto a verla.

Mi Discord sonó anunciando un mensaje, vi que era de Vege y sonreí pero al abrirlo mi sonrisa cambió a una cara de sorpresa.

Era una foto de claramente Vege, no se apreciaba su cara pero se veía su perfecto cuerpo.

Estaba sentado en su cama sobre sus rodilla con un bóxer muy ajustado de color morado y tenía puesta mi sudadera pero estaba abierta enseñando sus rojas tetillas.

Se miraba jodidamente sexy y más con mi ropa.

~Quiero~

Además de esa increíble foto que si por mi fuera la enmarcaría, había puesto una descripción a la imagen.

"Dejaste tu sudadera en mi casa"

El mensaje a simple vista no demostraba nada pero estaba seguro casi a un 100%  que me estaba invitando a ir a mucho más que solo traer mi sudadera.

~Te está rogando que lo folles~

Mi oso no paraba de mover sus orejitas inquieto y exigiéndome que fuera por Vege y por esta ves si que obedecí.

Narra Vegetta

Luego de enviar aquella vergonzosa imagen me arrepentí al instante, iba borrarla pero el la vio al momento.

No recibí respuesta alguna por lo que supuse que estaba ocupado.

Solté un suspiro.

Casi lo arruino por hacerte caso.

~¿De que hablas? Habría sido lo mejor que Rubius nos follara, ahora ya que, saca a morado y sigamos jugando, espero no le hayas dicho lo de Rubius, es muy celoso y no quiero que arruines lo nuestro~

Decía mi tonto lobo, yo rodeé los ojos, iba a cambiarme pero al verme al espejo me gustó lo que vi, además que olía mucho a Rubius.

Tome a morado y baje a la planta baja, al hacerlo me senté en la sala y comencé a pasar la punta de morado por mi propia polla.

-Rubén.. - comencé a imaginar a Rubius sobre mi, mi fragancia se expandía por cada rincón de la casa.

Unos gritos fuera de la muralla me desconcertaron.

Un fuerte olor a chocolate con canela llego a mi y como si no pudiera controlarme me paré y me dirigí a la puerta de la muralla.

Mi lobo no paraba de aullar contento, de mover sus orejas y su cola.

Al abrir aquel portón vi a un Rubius con el cabello revuelto y con la respiración entrecortada, parecía que había corrido un maratón.

Sus ojos me inspeccionaban de arriba a abajo mientras ingresaba a mi muralla, yo retrocedía mientras el se acercaba cada vez más con una mirada depredadora.

-¿V..vienes por tu sudadera? - apenas pronuncie y el negó, acercándose, yo di la vuelta y comencé a caminar a la mansión - ¿q..quieres algo de comer? - pregunte justo antes de entrar pero no pude porque Rubius estaba sobre mi acorralándome en la puerta, impidiendo que me moviera.

-A ti... -dijo mordiendo mi oreja.

Y todo lo demás paso tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar.

Al momento estaba recostado en el sofá de mi sala con Rubius sobre mi.

Comenzó a pasar su nariz por mi cuello.

-Hmmm te voy a comer entero, ¿es lo que quieres no? - susurraba mientras lamía mi cuello luego bajo hasta terminar en mis tetillas.

-Si.. - gemía mientras lo veía - Déjame estar arriba un rato.. - el sonrío pícaro y se levanto para que yo hiciera lo mismo, una vez se recostó yo rápidamente subí y comencé a levantar su camisa.

Lamí su pecho al igual que su abdomen, movía mis caderas rozando ambas pollas, haciendo que mi excitación subiera aun más, sentía lo duro que estaba, y mientras más me movía parecía aumentar su tamaño, yo me incline a besarle la boca y al hacerlo ahora sentía rozar su polla en mi trasero, haciendo que gimiera aun más y que Rubius gruñera mientras tomaba mi trasero y caderas con firmeza, masajeando y apretando.

Subí más su camisa y jugué con su pantalón, quería tenerlo desnudó solo para mi.

El al notar eso sonrió pícaro y me ayudó a desvestirlo, quitando toda su ropa, yo aun conservaba mi bóxer aunque su sudadera ya había caído quien sabe donde.

Y por fin tenía lo que tanto había deseado.

La polla de Rubius se veía simplemente apetitosa, grande y jugosa.

Mi lobo no paraba ya de babear y darme ideas de que hacer con semejante manjar y joder si que probaría cada una de ellas.

Me arrodille lo suficiente hasta tener mi cabeza entre su entrepierna.

Comencé a lamer aquel pedazo de carne y luego lo metí a mi boca encantado, como esa sensación de tenerlo tan caliente y palpitante, imaginando no tenerlo únicamente ahí de esa manera.

Mi fragancia salía tanto que me daba algo de vergüenza aunque a Rubius parecía no importarle.

El aroma a chocolate con canela parecía complementarse demasiado bien con mi olor a fresas.

-Joder Vege ... - lo escuchaba gruñir.

Me levante solo para poder subir una vez más en el pero al intentar hacerlo el tomo de nuevo el control de las cosas y me dejo bajo de el.

Abrí mis piernas dejando que se deleitara con lo mojado que estaba ya mi bóxer.

-Oh Vege.. no sabes en lo que te metiste - dijo con la mirada más hambrienta que había visto.

-Enséñame en que me metí chiqui.

-Enséñame en que me metí chiqui

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Olor a fresas [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora