Narra Rubius
Pase mis manos por ese tracero tan duro y firme.
Había prometido no hacerlo, había prometido que esto terminaría, por el bien de él.
Aunque era cierto que disfrutaba mucho follarmelo, no me sentía bien viéndolo tan confundido, tan triste y más al ver sus ojos cuando el Chino de mierda le gritó.
Por eso mismo no había regresado al campamento, necesitaba pensar, pensar que hacer, como contenerme, como hacer para no querer hacerlo mío en medio de todos mis compañeros.
Pero Vegetta no me la ponía fácil, para nada.
Y es que parecía que se había esforzado en quedarse grabado en todo mi ser, ya que no había una parte de mi cuerpo que no deseaba la suya.
Y al tratar mi "problema" no pude evitar llamarlo con mi olor, claro que esto lo noté cuando ya me había venido.
Era increíble ver cómo todo mi cuerpo lo llamaba, pero nada comparado de cómo me sentía justo ahora.
Sintiendo su cuerpo vibrar ante mis caricias.
Sentir su respiración echa un desastre, morder sus suaves labios y disfrutar de su inquieta lengua que busca la mía.
Y es que aún rogándome porqué lo follara, Vegetta siempre buscaba batalla, por mostrarme lo dominante que podía llegar a ser, por mostrarme como con unas palabras yo caí rendido en sus encantos.
Y si, ese era el efecto que el tenía en mi.
-Vegetitta alguien podría vernos aquí - susurré entre aquella lucha entre nuestros labios.
El se separó un momento solo para verme directamente a los ojos.
Algo que me dejó helado, la persona que tenía ante mis ojos era el Vegetta orgulloso que todos conocíamos, con esa mirada llena de desafío.
Lo que significa que estaba consciente de todas sus acciones, y aun así.... aún así estaba encima mío frotándose en mi polla con los cachetes rojos.
Una sonrisa cruzó sus labios y se levantó tomando su camisa, yo lo miré triste, es que acaso ya se había cansado de nuevo.
Me puse igual de pie pero lo que me sorprendió fue sentir sus labios en los míos y luego un jalón.
El había tomado mi mano y nos dirigíamos hacia el campamento.
Parecía ser una costumbre nueva, el echo de arrastrarme por el bosque como si fuera un niño.
Llegamos al campamento el cual estaba lleno de gritos de todos, gritos que pararon una vez estuvimos ahí.
Todas las miradas estaba puestas en nosotros, pero la cara de asombro de todos no hizo más que aumentar cuando miraron nuestras manos entrelazadas.
-Espero te quede claro.. Mangel - salí de mis pensamientos al escuchar la voz de a Vege.
¿Que coño?
~Tranquilo, yo tampoco entiendo qué pasa~
Y ese jalón de nuevo, solo que esta vez nos dirigíamos hacia la tienda de acampar más lejana a de la fogata en donde estaban todos.
-Entra - ordenó con esa actitud a la que tan acostumbrado estaba.
Yo lo miré por un momento pero al ver que no tenía intenciones de explicarme el porqué, acate sus órdenes y entre.
El entro atrás de mi, cerrando la tienda.
Al instante sentí su cuerpo caer sobre el mío y como sus labios volvían a devorar mis labios.
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Olor a fresas [Rubegetta]
Hayran Kurgu¿Qué era ese delicioso olor? ¿A quién pertenecía? ¿Cómo era posible no haberlo notado antes? ¿Cómo no conocía su paradero exacto? ¿De quién era el olor a fresas? 🌸¿Estás listo para averiguarlo?🌸 Quiero aclarar que los personajes de la historia est...