Olor a fresas [Rubegetta]

Cap 15 | Final

Narra Rubius

-Sabia que estarías aquí - escuché atrás mío, al levantar la mirada pude ver a Willy dándome una sonrisa triste y apenada.

Yo me mantuve en silencio, cruzado de brazos sin saber cómo reaccionar, sin saber muy bien que hacer.

-Lo siento tanto, enserio lo siento - lo escuché decir.

Yo sentí mis ojos volverse a llenar de lágrimas igual que antes, sentí mi corazón volver a apretar con fuerza, sentí mi respiración cortarse y casi como instinto corrí hasta poder abrazarlo.

Y en los brazos de uno de mis peores enemigos deje salir mis sollozos, deje salir mi angustia, deje salir todo lo que sentía en ese momento, como si de una tormenta que acaba de explotar se tratase, una tormenta que estaba dejando salir toda su furia, inundando todo a su paso, arrasando con todo y todos.

-L..Lo perdí - grite en su hombro y grite tan fuerte que sentí como mi garganta se raspaba, como mi garganta ardía - l..lo perdí para siempre Willy, lo perdí, perdí para siempre al amor de mi vida - las lágrimas bajaron más que antes, bajaron hasta desaparecer en su hombro - perdí a la única persona que me hacía sentir tan vivo, perdí a la única persona que me hacía sonreír siempre, que me hacía reír aun cuando sentía que la vida me hundía, aun cuando sentía que nada valía la pena, aun cuando sentía que yo no valía la pena - me solté de el y me deje caer en el suelo - perdí a mi Vege.

Puse mis manos en mi cara para tratar de callar mis sollozos, para tratar de callar mis gritos, para tratar de retener mis lágrimas.

Entonces sentí como tomaban mis manos y me obligaban a quitarlas de mi cara, al alzar la mirada vi a Willy agachado junto a mi, llorando igual que yo.

-¿Entonces que estás esperando? ¿Qué estás haciendo aquí? - dijo sonriéndome.

Yo baje mi mirada otra vez, deseando que mis ojos se cerraran y no volvieran a abrir.

-No puedo ir después de todo lo que hice - dije soltando un suspiro.

-Tonto Rubius, te preguntaré algo, pero necesito que me mires - yo levante la mirada tratando de mantenerla - ¿Vegetta no se merece las estrellas?

-No solo las estrellas, el se merece la luna completa, se merece todos los meteoritos, las constelaciones y planetas - dije sin pensarlo.

El volvió a sonreír.

-Entonces si merece todo eso, ¿porqué no estás a su lado dándoselo?

-Porqué no puedo, porqué no puedo ofrecerle todo lo que merece, porqué no puedo ofrecerla más que una flor - dije con pesar mientras apretaba mis puños sobre mis rodillas, sintiéndome tan imponente, tan impotente al no poder hacer nada, al no poder ofrecerle nada.

-¿Y quien dice que Vegetta no quiere esa flor?

Yo me quede callado por un momento sin saber cómo reaccionar, sin saber que decir, sin saber si debía gritar.

-P..Pero el no merece una flor marchita - tape mi boca para callar una vez más mi llanto.

Su mano despeinó mi cabello con cariño.

-Entonces encárgate de regarla y cuidarla hasta que se convierta en un Jardín - yo lo miré a los ojos - ve y ámalo como el merece, ve y hazlo sonreír con tus tonterías, ve y entrégale todas las flores que yo no pude darle, haz que sus ojos brillen como si no hubiera un mañana, ve y hazlo feliz por mi.

Mi corazón apretó con fuerza, con tanta fuerza que no sabía cómo seguía latiendo, que no sabía cómo seguí funcionando.

-Tengo miedo - confesé apartando la vista - tengo miedo de no hacerlo feliz como el merece.