Cap 6 | Eres mío✔️

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Narra Vegetta

Me encontraba tomando todas  mis armas mamadisimas para una misión que los dioses de Karmaland nos habían encargado.

Jugué con mis dedos muy nervioso mientras me miraba al espejo, notaba que en mi mandíbula habían marcas moradas, las cuales apenas se podían disimular con la armadura, aunque alguien que pusiera atención seguro las notaría.

~¿Porqué te quejas? Amaste que Rubius te las hiciera~

Hablo burlonamente mi lobo a lo que yo simplemente rodee los ojos.

-Lo hice cuando estuve en celo, no pensaba bien las cosas, ¿Ok? Pero ahora que se ha ido, las cosas volverán a la normalidad, yo seré el mismo líder respetado que mira que nadie haga ilegibilidades y Rubius será el tontito que siempre trata de sacarme de quicio.

~Yo no estaría tan seguro, además, no eras tú el que le suplico toda la semana que te lo hiciera repetidas veces, de echo no lo dejaste irse hasta la semana pasada, que fue cuando se fue nuestro celo ~

Mi cara enrojeció.

-Como te lo dije y lo vuelvo a repetir, estaba en celo, no lo pensaba bien, y aunque eso pasó, el entiende que fueron las circunstancias las que me hicieron actuar así, ambos lo aceptamos.

~Pues francamente no recuerdo que hayan dicho algo así, tú solo lo echaste de tu casa cuando despertaste sin el celo, y no has respondido ni sus mensajes, ni mucho menos llamadas, y sin mencionar que siempre nos escondemos cuando el viene a buscarnos, a mi parecer creo que el único que entendió que lo de ustedes fue cosa de una semana fuiste tú ~

Gruñí molesto

-Como sea, si no lo entendió pues se lo explicamos y ya está.

~¿Claro enfrente de todos no?~

-Deja el sarcasmo conmigo, lo llevamos a un lugar más privado y ahí lo hablamos.

~O le comemos esa polla que se lleva, anda que tú también la quieres, te recuerdo que yo sé hasta tus más oscuros pensamientos ~

-Es que eres tontisimo, ya no me hagas perder mas el tiempo, o llegaremos tarde.

Y con eso comencé a caminar hasta salir de mi mansión y de mi isla, estaba molesto, muy molesto, porque aunque no lo fuera a aceptar, mi tonto lobo tenía razón, yo no había parado de pensar en el, y me asustaba el echo que aunque ya pasó mi celo, yo aun me sentía sensible en ciertas zonas, y eso no me había ocurrido hasta ahora.

Estúpido oso.

Al llegar a el cartel de karmaland como ya era costumbre estaban todos gritando y corriendo de un lado a otro, carraspee un poco para llamar su atención, cosa que conseguí ya que todas las miradas estaban puestas en mi.

-Pero si es triple siete, ¿Qué pasa compañero? - Fargan fue el primero en irme a saludar.

-¿Triple siete? - pregunte confundido a lo que la mayoría de los presentes rieron con diversión.

-Pues claro hombre, si sos el loco de la mansión que ya no sale ni a qué le de el sol con sus amigos, ya solo pasas haya arriba - Willi fue el siguiente, el cual me abrazo por los hombros.

-¿Si, que tanto hacías haya arriba puerco? - interrogó Auron, a lo que yo miré a Luzu en busca de ayuda, este al notar mi mirada estaba a punto de hablar pero fue otra la voz que me salvó de aquella situación.

-Hemos estado probando cosas en su casa, ya saben tiene la casa más grande, después de todo - dijo este disimuladamente jalándome hasta que sentí sus brazos atraparme en un abrazo - Vegetitta pero porque no has saludado a tu buen amigo tito Rubius - yo trate de separarme de aquel vergonzoso abrazo, el cual era más que obvio todos estaban presenciando, pero una vez su aroma lleno mis fosas nasales sentí todo mi cuerpo debilitarse, al punto en el cual sentía que podía caer, sus brazos me hicieron más presión, supongo que lo hacía al notar aquel repentino cambio de fuerza que había tenido, aunque esperaba que no fuera consiente también de la razón.

-D..Desde cuando ustedes son tan melosos - escuché a Willi y fue cuando reaccioné que ya llevábamos algunos minutos en aquella posición, por lo cual con rapidez me separé de él, recuperando apenas la fuerza para no caer al no tener su soporte en mi.

-Yo.. - iba a hablar pero una vez más aquel chico de cabello teñido me había interrumpido, claro que esta vez lo había echo abrazándome por detrás de una manera muy posesiva mientras sentía la mirada penetrante de Willi por encima de mi hombro, y al girar la cabeza descubrí que dicho chico también se estaba encargando de mandar aquella aterradora mirada a él de boina.

-Chicos.. ¿no deberíamos hacer la misión? - al escuchar a Luzu la atención volvió a caer en el, y los que parecían más incómodos con la situación rápidamente lo apoyaron alegando que llegaríamos tarde.

Todos comenzamos a caminar pero de la nada sentí un tirón hasta volver a aquellos brazos que lograban sacarme de mis casillas.

-¿Porqué me has estado ignorando? - dijo reprochando en mi oído mientras yo escondí mi cara en su pecho por la vergüenza, y mientras una de sus manos se dedicaba a sostener y acariciar mi cintura la otra estaba en mi cabeza, acariciándome, logrando que tanto mi lobo como yo nos relajáramos a tal punto de soltar leves suspiros, aunque eso no duró mucho ya que esta vez si tenía conmigo algo de fuerza de voluntad.

-No.. - al separarme tan rápidamente pude ver como Rubius me miro muy sorprendido y confundido - esto no está bien... lo que hicimos no estuvo bien, se que fue el momento de la calentura, y te debo una disculpa por cómo me comporté, pero no volverá a pasar, solo tratemos de olvidar el asunto, y todo volverá a la normalidad - Reí nervioso, tratando de evitar su mirada.

Pero grande fue mi sorpresa cuando no conforme, el tomo mi mentón para que lo mirara, y sus lindos ojos verdes me miraron con picardía y una chispa que pudo derretirme por completo fácilmente.

-Pero de que hablas Vegetitta, enserio creíste que luego de probar el cielo volvería a la tierra, no, no - negó divertido con la cabeza y me pego más a él si eso era posible - Eres mío Vegetta.

~Creo que estamos en problemas~

~Creo que estamos en problemas~

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Olor a fresas [Rubegetta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora