Secuestrada por Julio Peña

Capítulo 10

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Me desperté por unos rayos de sol que me estaban pegando en la cara. Tenía a Julio a mi lado, que hermoso despertar. Lo estaba abrazando como si se fuera a ir a algún lado y él a mí. Que linda sensación.

Él estaba dormido y para no despertarlo me quedé admirando su belleza. No puedo creer que este hombre que fue tallado por los mismísimos dioses sea mí novio. Nadie se lo podrá creer, quiero ir a el colegio y que Julio me recoja o algo y ver la cara de todos esos carepichas, malditos de....bueno esos que dijeron que nunca tendría novio.
Esperen....tengo 17 años y ya no soy virgen y soy de esas personas que critican a esas que quedan embarazadas a estas edades...por favor que no quede embarazada, que no quede embarazada porque me matan y puede que yo también.

Sentí un beso en mi frente que me sacó de mis pensamientos

—¡Buenos días! —me dice Julio con su encantadora sonrisa—

—¡Buenos días! —le digo con una sonrisa que él provocó—

—¿Como amaneció la mujer más hermosa del mundo y que puedo decir que es mi novia? —me pregunta con esa misma sonrisa—

Sentí como me sonrojaba

—No mientas, que no soy la más hermosa —le digo con una sonrisa tímida—

—Cierto no eres Scarlett Johanson o Hailee Steinfield o Lenay o..—dice con cara pensativa—

—Si, no soy ninguna de ellas, ellas son increíblemente bellas y yo, pues yo —me interrumpe—

—Ellas son hermosas igual de hermosas que tú —me dice Julio acariciandome la mejilla—

—No mientas —le digo con una mini sonrisa tímida—

—Yo no miento —dice y me da un corto beso en los labios—

—¿Que hice para merecerte? —preguntó—Eres tan bueno, bello, que digo bello fuiste tallado por los mismísimos dioses

Se rió

—¿Que hice yo más bien? Tuve una vida horrible, pero cambiaste todo y tu si fuiste tallada por los mismísimos dioses —ríe—

—¿Vida dura? —le pregunto—

Se puso incómodo

—Hablamos de esto luego, vale—me dice con una sonrisa tierna—

Es tan adorable

—Claro —digo y le doy un corto beso en los labios—

Me abrazo.

—Gracias por una noche mágica —digo abrazándolo de vuelta—

—Eres una provocadora —dice serio—

—Ups —digo dándole un beso en el pecho— Pero te gustó

—Fue mi primera vez, no se como es esto, así que si —me da un besito en la frente—

—No parecía —digo inconscientemente—

—¿Gracias? —pregunta confundido—

—¿Lo dije? —preguntó —

Ríe tiernamente

—Si mi princesa hermosa —dice abrazándome más fuerte—

—Me voy a hacer adicta a tus brazos—digo contra su pecho—

—¿Solo a eso? —pregunta con cierta picardía—

—Y a tus besos y todo lo que hagas —le respondo y le doy un corto beso en los labios—