Capítulo 15

3.6K 169 187
                                        

Julio Pov

—Te amo —dice contra mis abrazos—

¿Escuché bien? ¡Dijo "Te amo"! Dos palabras tan simples, pero ocasiona tantas cosas en mi interior. Mi corazón va a mil esas dos simples palabras que...no, simplemente estoy en las nubes.

Levanté con cuidado su mentón para que me viera.

—Yo más —digo viéndola a los ojos y le di un tierno beso en los labios—

La abracé, un abrazo de oso.

—¿Comemos algo? —le pregunto separandonos del abrazo—

—Pues si mi ciela —dice con un tono de juega de viva—

—No uses ese tono, es estresante —digo serio—

—Ni isis isi tini, is istrisinti —se burla—

—Te voy a dejar afuera para que alguien te contagie del coronavirus —la amenazó seriamente—

Tenía que aguantar la risa con mi "amenaza", pero con la cara que hizo me fue inevitable hacerlo y explote de la risa.

—¿De que te ríes? —pregunta seria—

—Tu cara —respondo sin parar de reírme—

—¿Tan fea es que doy risa? —pregunta un poco triste—

—No, no, no mi amor —la abrazo— Eres la mujer más hermosa

—No te creo —dice contra mi pecho—

—Pues lo eres —levante su cabeza para que me viera, se le salió una lágrima— Eres la mujer más hermosa que he conocido —le doy un beso en los labios, uno lleno de amor—

—Solo porque me lo dices tú me lo creo —sonríe—

—Tu sonrisa me encanta —le doy un corto beso—

—Y a mi tú —me abraza—

—¿Que quieres comer? —le pregunto—

—Quiero una oreo con leche —me responde—

—Eso no te va a llenar —le digo—

—No tengo mucha hambre —sonríe, pero su sonrisa no le llega a los ojos—

—¿Que tienes, princesa? —le pregunto—

—Nada —sonríe, pero es una sonrisa triste—

—Sabes que puedes confiar en mí —le sonrió—

—Lo sé —me vuelve a ver a los ojos y sonríe— pero no tengo nada

—Ven —la abrazo—

Sentí algo húmedo en mi pecho, donde estaba la cabeza de Isa, estaba llorando. Solo me límite a abrazarla más fuerte.

No sabía que hacer, pero se me ocurrió que la mejor forma para que se le pasará era haciéndola reír o eso espero..

Empecé a caminar a el sillón haciendo que ella cayera. Me acerque como si fuera a besarla, pero en vez de eso le empecé a hacer cosquillas y ella empezó a reír, una risa sincera y escandalosa, mi favorita.

—Vamos a que te comas tu oreo con lechita —le digo con la voz con la que se le hablan los bebés—

—Shiii —responde una niña pequeña—

Amo que sea así.

—Me llevas como bebé, digo soy una, merezco que me lleves y trates como me lo merezco —dice con una voz demasiado adorable—

Secuestrada por Julio Peña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora