Secuestrada por Julio Peña

Capítulo 29

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Me desperté en...no se donde, pero no era mi casa, ni la de la tía de Julio. Ese lugar parecía una bodega abandonada, piedras por todos lados, polvo, telas de araña y más piedras, grandes y pequeñas.

No me había percatado que mis pies y mis manos estaban atados. Volví a ver a todos lados y Julio estaba a la par mía, y no estaba muy contento que digamos. También estaba atado.

—¿Don...—me interrumpió alguien—

—Vaya, vaya, vaya, la bella durmiente ya se despertó —dice esa voz que reconozco en cualquier lado, y odio—

André se acercó a mí y pasó su asquerosa mano por mi cara, intentó besarme, pero logré quitar la cara.

—¿No se suponía que estabas en la cárcel? —le pregunta Julio con una seriedad que nunca antes había visto en él—

—Digamos que...me escapé —responde André tranquilamente—

—No estas para nada bien de la cabeza, tío —dice Julio—

—Tienes razón, tu novia me hace perder la cabeza —dice André—

—Voy a vomitar —digo y vómito en los pies de André—

Que dijera eso me dio demasiado asco y eso ocasionó.

—Que asco —dice André y se va a quitar los zapatos—

—Bueno esa, amor —dice Julio entre risas—

—Me dio demasiado asco —digo— Solo piropos tuyos acepto

—¿Ni de tu profesor aceptas? —me pregunta celoso—

—Nop, esta guapo, pero llegar a ser de esas que se le insinúan a los profesores y eso, no, no, no —digo con asco, esa personas me dan asco y vergüenza—

Sonrió, una sonrisa como de orgullo.

—Esa es mi chica —dice con esa sonrisa—

—Sabes, yo pensé en decirte que nos fuéramos con los chicos, tal vez no estaríamos secuestrados —digo—

—O tal vez todos estaríamos en esta situación —dice Julio—

—No, no creo, bueno de seguro si me las hubiese ingeneado para secuestrarlos a todos —dice André—

Este está mal de la cabeza, en vez de llevarlo a la cárcel, deberían llevarlo a un manicomio

—Estas bien mal de la cabeza, deberían de llevarte a un manicomio —dice Julio, al parecer me leyó la memoria—

—Tu cállate —le dice André—

—¿Si no quiero? —le pregunta Julio con un tono amenazante—

—Te las verás conmigo —le responde André—

—Porque solo puedes defenderte cuando estoy de espaldas o atado —dice Julio molesto— Porque no eres lo suficientemente hombre para darme de frente y ambos en la misma situación.

André se acercó a él y le pegó un golpe en la mandíbula y un golpe en el abdomen, su hermoso y buen marcado abdomen. Julio ni chistó, solo lo miró mal, muy mal.

—Cobarde —dice Julio sin dejar de matarlo con la mirada—

—Mejor callate si no quieres que le haga algo a tu noviecita —le dice André— Aunque si le haré de todo

Voy a volver a vomitar.

—Voy a vomitar —dije y eso hice, otra vez en los pies de André—