Secuestrada por Julio Peña

Capítulo 20

—Ay wey pusieron foto y escogieron en la que salgo peor —dice Julio indignado—

—Julio —le digo seria— Sales bien guapo, amor, pero ese no es el caso, comportarte

—Bueno, me pongo serio —dice serio, que rápido lo logra—

—¿Crees que haya sido André? —le pregunto—

—No —le respondo—

Julio Pov

¿Es enserio? Pusieron la foto más fea de mí.

—Ay wey pusieron foto y escogieron en la que salgo peor —digo indignado—

—Julio —dice Isa seria, ay ya me va a regalar— Sales bien guapo, amor, pero ese no es el caso, comportarte

—Bueno, me pongo serio —y así hice—

—¿Crees que haya sido André? —me pregunta—

Oh claro que lo creo

—No —le respondo—

—Mejor vámonos —dice alterada—

—Si te hace sentir mejor —digo recogiendo la comida y echandola en una bolsa—

Isa me miró mal

—¿Que? Tengo hambre —digo en mi defensa—

Terminé de recoger la comida y salimos de ahí.

Íbamos caminando tranquilamente, yo con mis brazos alrededor de los hombros de Isa y Isa con uno de sus brazos alrededor de mi cintura y un policía se acercaba a nosotros, así que paré y besé a Isa hasta que el policía pasó.

—Estos dos son muy extraños —dice el policía, con que nos tiene vigilados—

Santa cachucha ¡NOS TIENEN VIGILADOS!

Íbamos directo a la salida, pero me dieron unas ganas horribles de ir a el baño.

—Isa, ocupo el baño —le digo cuando pasamos frente a unos baños—

—Ve, te espero aquí —me dice ella tomando la comida—

Fui a el baño y ella se quedó afuera.

Había hecho mis necesidades y cuando me estaba lavando las manos escuché a alguien hablándole a Isa.

—Tú eres la desaparecida —dice una voz femenina—

—No, no, señora —dice Isa nerviosa—

Salí y vi a Isa, estaba a punto de darle un colapso nervioso.

—Señora, se equivoca de persona —digo y paso mis brazos alrededor de los hombros de Isa y seguimos nuestro camino a la salida—

Volví a ver a la señora y estaba hablando con un guarda.

—Camina rápido —le ordenó a Isa—

Aún nos faltaba para llegar a la salida y había un montón de gente en un lugar así que nos escabullimos entre la gente y perdimos a el guarda.

—Tenemos que salir de aquí —me dice Isa—

—Lo se, pero esta era una opción mas cercana y segura —le digo—

Salimos de ahí de la misma forma en la que hemos estado hoy, mis brazos alrededor de los hombros de Isa. Nos dispusimos a irnos de ese lugar para no correr más riegos y nos dirigimos a la salida.

Nos faltaban como 50 metros para llegar y pasamos frente a un policía hablando con una señora.

—Esa pareja es muy extraña, la chica no alza la mirada —dice la señora—