Capítulo 13

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—Bueno, para eso tengo que contarte toda mi historia —dice acomodándose—

Parecía incómodo

—Si no quieres contarme, está bien —sonrió un poco—

—No, no, debo contarle esto a alguien —sonríe tímidamente— ya no puedo seguir guardandome esto

—¿No se lo contaste ni a André? —le pregunto— Pensé que eran mejores amigos

—No, mi mejor amigo murió hace un año en un accidente —dice desanimado y bajando la mirada—

—Amor, si no quieres hablar de esto, no te presionó —sonrió—

—Quiero hacerlo, ocupo contarle a alguien todo, lo que siento, lo que pase, todo —me vuelve a ver y sonríe, pero su sonrisa no le llegó a los ojos—

—Te escucho —le agarro la mano como señal de apoyo—

Suspira

—¿Me das más tiempito? —me pregunta con una voz demasiado adorable— En la noche te cuento ¿Vale? No estoy preparado psicologicamente para contarlo

—El que necesites —le doy un tierno beso en los labios—

Ese tierno beso Julio lo convirtió en uno más apasionado y sin separarse se puso sobre mí. Pasé mis piernas alrededor de su cintura y lo a traje más a mí.

—No pasará nada, solamente unos besitos y uno que otro toqueteo —dice separándose del beso—

—Lo sé, de día no me gusta hacer nada —le doy un beso en el cuello—

—¿Ya lo has hecho en el día? —se separó bruscamente y se levantó— ¿No que eras virgen? —pregunta con un tono de voz distinto, como si estuviera celoso—

Me levanté y lo tire de nuevo a la cama. No me puse sobre él, me quedé a un lado y lo  intenté besar, pero él no se dejó.

—¿Por qué no vas a besarte con el otro? —intenta levantarse—

No lo dejé

—No hay otro —le agarre la cara y lo bese—

No se resistió y me siguió el beso.

—Si fuiste mi primera vez, mi celoso hermoso —sonrió y le doy otro beso—

—Ya claro —dice sarcasticamente— ¿Entonces por qué dijiste que de día no te gusta hacer nada?

¿Es normal amar a alguien en tan solo tres días de relación y no conocerlo mucho? Si no es normal, pues no soy normal.

—Porqué no lo sé, solo digo —respondo—Aunque bueno contigo puedo hacer cualquier cosa a cualquier hora, que no me importa

Sonríe un poco, pero intenta ocultarlo.

—No te creo nada —dice serio—

Lo bese apasionadamente y él no se negó. Se levantó sin parar de besarme y se puso sobre mí. Paso sus manos por mis piernas y fue subiendo hasta mis brazos donde con un poco de fuerza los agarro y los puso sobre la cama y empezó a besarme el cuello, quería luchar contra él, pero mi fuerza no era ni la mitad de la de él y en parte también porque quería que hiciera eso.

(....)

Pasamos todo el día en un puro amor, besos, caricias...

—¿Vamos a comer algo? —me pregunta Julio—

—Estoy muy cómoda —digo como niña pequeña—

Y la verdad si estaba bastante cómoda, estaba acurrucada en el pecho de Julio, con una de mis piernas sobre él, él abrazándome y acariciandome el pelo.

Secuestrada por Julio Peña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora