• La Otra Avatar • ( La leyenda de Aang) - Pausada

Capitulo 3 :

T/n:

Nos detuvimos en un tipo lago para descansar, yo estaba dentro de este mismo , mis pies se sentían libre , el aire que transpiraba estaba limpio ,definitivamente nada era comparado a mi época.

—esperen y verán , el templo aire del sur es uno de los lugares más hermosos del mundo—dijo Aang con bastante alegria—

—Aang se que estas ansioso pero han pasado 100 años desde que te fuiste

—pero estoy tan ansioso.

—lo sabemos—dije ahora yo—pero pudieron cambiar muchas cosas en esos 100 años amigo ,todo cambia siempre a través del tiempo, es la evolución de la vida.

—lo sé, pero tengo que verlo yo mismo.

Mire a Katara con tristeza, subí a Anan mientras recordaba el alboroto que de hizo aquel día según los libros de historia, colo fue que se despertó y tranquilizó a un avatar. Aang bajo de Appa , fue a despertar a Sokka mientras dormía plácidamente en su costal.

—aaah quiero dormir , templo después .

Sokka volvió a cerrar los ojos y comenzo a roncar , rei por el poco caso que le hizo a Aang , este miro una vara de madera y comenzo a pasarla por su saco diciéndole que tenía una serpiente, mi hermano se levantó de golpe asustado logrando que este se cayera, comenzamos a reír por la diversión.

—hermano , creo que ya estás lo suficientemente despierto para irnos.

Me miró irritado por mi comentario, salió de aquel saco y comenzo a enrrollarlo , lo lanzó a Anan subiendo a este.

—¿ya nos podemos ir, qué esperan?

El viaje comenzó con unas risas por parte de todos.

Narradora:

Los maestros fuego estaban varados mientras arreglaban su barco.

—quiero que sea arreglado lo más rápido posible , no podemos tardar y tomar el riesgo de perderlo .

—¿te refieres al avatar?

—no menciones su nombre en estos muelles—se quejó el joven príncipe—si alguien se entera que esta vivo todos los maestros fuego iran en su búsqueda y no quiero que nadie se interponga, mejor hay que referirnos como la tonta maestro agua que hizo que el hielo cayera en nuestro barco—esta vez hablo con enojo al recordar ese día—como se atreve esa mocosa Insolente, lo pagará caro