Capitulo 10:

857 32 6
                                    

RAYOS!, acabo de tener un sueño que hizo que me despertara de golpe, ahora tengo dos problemas, 1°. Que no recuerdo lo que fue y 2°. Que tengo un dolor de cabeza horrible debido a como dormí y a que me desperté de golpe.

Comencé a mirar hacia todos lados y creo que fui la primera en despertar, todos seguían durmiendo y había personas como Evan que no usaron nada para sujetarse y están a punto de caer del árbol.

Quinn seguía en la misma posición en la que se quedó dormida anoche, no la quería despertar asique me quedé por unos momentos ahí, quieta, a ver si también se me quitaba un poco el dolor de cabeza

Habrán pasado unos veinte minutos y Quinn comenzó a despertar

-buenos días – le dedique una sonrisa

-buenos días Lena, como amaneciste?

-Con un horrible dolor de cabeza – digo posicionando una de mis manos en mi frente – y tú?

-pues dormí muy bien, de ahora en adelante te nombraré mi almohada personal! – dice entusiasmada

-mmm… ni lo sueñes – le digo riendo

-ay no!!! – dice con su voz temblorosa

-que, que… que ocurre!!

-es una de esas cosas… viene por allá – dijo mientras señalaba uno de los árboles que se encontraba al lado del que estábamos, se dirigía justo por debajo de nosotras

-escúchame, si no haces absolutamente ningún ruido él no nos verá y se ira, comprendes?, debes guardar silencio – digo en un susurro – ven aquí – digo ahora tomándola en mis brazos, ella en verdad tenía miedo, estaba temblando.

El caminante está pasando directamente por debajo de nosotras, Quinn comenzó a hacer ruidos involuntarios como pequeños chillidos de miedo, tuve que taparle la boca, para que no hiciera ruido…

-shh – dije lo más despacio posible – se está yendo

Hubiéramos pasado desapercibidas si Quinn no hubiera dado un chillido de miedo más fuerte, él caminante se detuvo, se giró, levantó la cabeza y nos vio, comenzó a acercarse al árbol, él gruñía y tiraba arañazos por el tronco, como si quisiera escalar.

Buscaba mi “confiable” katana para matarlo, pero no la encontraba.

Creo que debo dejar de darle esa etiqueta a mi katana, ya van dos veces en las que la necesito y no está, ya no es muy confiable, que te pasó katana?, antes eras chévere.

No la lograba ver, hasta que bajo la mirada para ver al caminante y es cuando diviso a mi NO tan confiable katana en el piso, la debí haber tirado sin querer cuando desperté de golpe.

Recordé que tenía mi cuchillo en mi bota y cuando lo saqué me di cuenta de que no podría matarlo desde donde estaba, en lo que me tomara inclinarme él me podría arañar. No tengo más opciones, no quiero gastar una valiosa bala, además haría mucho ruido y podría atraer a más caminantes.

-Quinn, necesito que me ayudes, ok?, mira no tenemos muchas opciones, tú lo distraerás, con algún palo o algo, o, espera… - con mi cuchillo hice un pequeño corte en mi mano y deje un poco de sangre en el troco para que el caminante se distrajera mientras yo salto, sé que lo atraerá el ruido, pero al menos me dará un poco más de tiempo de levantarme – intenta distraerlo lo más posible, bien?, no será difícil

-ok, ok… - dice con temor. Vamos, no será tan difícil, solo es uno.

-lista? – digo mientras me preparo para saltar

-si

-ok – y salté. Me levanté lo más rápido que pude, él se dirigía hacia mi

-ven por un poco de esto cariño – digo seguido de enterrarle el cuchillo en la cabeza, esté calló y me dirigí a buscar mi katana.

No es una típica historia de amor (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora