Capitulo 7:

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EL ES CARL!, SANTA VACA!

-Carl!??! – le grito un poco nerviosa. Él levanta la cabeza y efectivamente es Carl.

-bájala…- dice estirando el brazo, refiriéndose a mi katana, creo que pensó que lo vi como un mordedor.

Shockeada guardo mi katana y  cuando reacciono, corro en dirección hacia él y lo abrazo, el da un quejido, pero después de unos segundos me responde el abrazo

-Santo cielo… -digo en un susurro, con mi cabeza en su cuello.

-tranquila – lo abrazo un poco más fuerte a lo que el suelta otro gemido

-oh, lo siento tanto – digo separándome de él

-no importa – me dice con una media sonrisa

-pero que paso?, que te ocurrió?, porque estas así?, estas bien?, y los demás?, los atacaron?, también los atacaron esos hombres?... – digo aceleradamente

-oye tranquila, déjame te respondo… un momento… que hombres? – dice con el ceño fruncido y apretando los puños

-tranquilo – digo acariciando sus mejillas con mis manos para tranquilizarlo – estamos bien, no pasó nada, primero iremos a esa casa a curarte y luego hablamos – digo ahora pasando cuidadosamente su brazo por mi hombro y mi brazo por su espalda para ayudarlo a caminar. Estuvimos caminando en silencio hasta llegar a la casa en la estuve hace un rato. Abrí la puerta y de inmediato pasamos y senté a Carl en el sillón, corriendo saqué el bolso de donde lo había escondido y saqué el botiquín. Me senté en el sillón, junto a Carl, abrí el botiquín y saqué algodón y alcohol

-Carl… no te mentiré, esto te dolerá mucho, pero tengo que desinfectar tus heridas

-ni se te ocurra acercar esa cosa del demonio a mi cara – dijo sin despegar la mirada de mi mano con el algodón escurriendo de alcohol

-lo siento, pero sino tus heridas se infectaran, y en poco tiempo morirías por infección – exageré un poco con que moriría al poco tiempo, pero creo que de todas maneras logré que se asustara

-no importa, moriré, pero al menos no habré sufrido

-claro que sufrirás, y mucho más, esto solo será un momento y sería todo el dolor

-no te dejaré hacerlo

-me estas retando?!? – le digo alzando un poco la voz, en tono bromista

-no… - dijo con un tono temeroso – pero igual no te dejaré

-Carl, sabes que igual lo haré vedad?, dime tu, quieres que lo haga por las buenas o por las malas… - le digo desafiante

-… - no responde, solo me mira

-te lo buscaste – digo mientras enredo sus brazos y los pongo contra sus muslos y mi rodilla, con mi mano le saqué el sombrero y luego sujeté su cara, y con la otra mano comencé a pasar el algodón con alcohol por su cara

-aaahhh!!, rayos.. nooo!!! – comenzó a gritar y quejarse histéricamente

-por la santa vaca, QUEDATE QUIETOO!!

-mierda, duele mucho!!

-si te tranquilizas tal vez lo pueda hacer más rápido – obviamente no dejó de retorcerse

-rayos ya detente

-yyy…. Listo – digo soltándolo – eres libre mi pequeño pajarillo, ahora vuela! VUELA! – digo moviendo mis brazos

-estás loca – dice en el piso y tocando su cara y riéndose por lo que le dije

-no no no no, no te toques… tus heridas… tus manos están sucias!!

No es una típica historia de amor (Carl Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora