Acababas de salir de trabajar. No habías tenido un gran día en la oficina y, por encima, ahora parte de la calle estaba bloqueada por un puñado de gente que se había detenido a mirar a un artista callejero.
El chico no dejaba de rapear, mientras tú te abrías paso a empujones entre la gente.
-Eh, la bella chica de allá-para tu sorpresa, el chico te señaló justo cuando habías conseguido ponerte en marcha de allí-. ¿Ni una sóla moneda?
Diste un bufido. No tenías tiempo para esto.
-¿Ni una sóla sonrisa, preciosa?
Al oír ese piropo, inconscientemente sonreíste.
-No quiero hacerlo obvio, pero soy JinJin, por cierto, alias "tu nuevo novio", cielo.
De acuerdo, esa había estado bien. Se lo estaba currando. Sacaste un pequeño papelito del bolso y escribiste un par de números en él.
-Aquí tienes mi teléfono, por si me pegas un toque, y vemos a que llega esto-improvisaste, muriéndote de vergüenza, sabiendo que la rima era horrible, más dejaste el papel en la gorra en la que él recaudara dinero.
El rapero sonrió. Por supuesto que te llamaría. Eso había sido mejor que cualquier billete.
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