6: Segundas Veces

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—¿Hola?

Alguien responde al otro lado del aparato. Izuku sonríe. Katsuki le contempla de reojo al tiempo que finge leer el resumen del libro que tiene en la mano.

—Ah, ¡hola, Tenya! Claro que te recuerdo. Estoy muy bien, gracias, ¿y tú? —pausa microscópica—. Me alegro.

La conversación prosigue. Izuku parece darle a su interlocutor información sobre el sistema de suscripción de la librería. Le da precios y le explica cómo funciona. Finalmente, termina por comprometerse a enviarle sus datos bancarios para que el sujeto pueda hacer una transferencia y quedar suscrito.

—¡Te agradezco mucho tu interés, Tenya! ¡Que tengas un buen día!

Cuando la llamada se termina, Katsuki se percata de algo bastante desagradable. Algo que se cocina en la parte más ácida de su estómago.

—¿Quién era?

Izuku le mira, pausando su labor de escribir un mensaje en el teléfono.

—Tenya Iida, ¿lo recuerdas? Es amigo de Mashirao y Eijiro. Cofundador de Ingenium. También estaba en la fiesta de Grazie.

La "cosa" en el estómago de Katsuki se retuerce.

—Sabes bastantes cosas sobre él —desvía la mirada, como a quien no le importa y finge que retorna su atención al libro. Cosa que realmente no hace. No hace ni un poquito. Izuku sonríe con extrañeza.

—¿Lo crees? En realidad, sólo hablé con él en esa ocasión en la que vino a la librería y en la fiesta de Grazie. Estoy bastante seguro de que ese día platiqué contigo más de lo que lo hice con él.

La "cosa" se apacigua. Katsuki vuelve a respirar. Frunce el ceño.

¿Por qué eres así, Katsuki?

La voz de Denki ingresa a sus neuronas, llena de enojo y reclamos.

¿Por qué tienes que saber en dónde estuve y con quién? Tengo derecho a una vida lejos de ti, ¿sabes?

Katsuki también rememora su propia réplica a esa afirmación.

Ah, muy bien. Si lo que quieres es una vida lejos de mí, ENTONCES TENLA.

Esa noche había terminado con Denki dándole sexo de "soborno", ofrecido como remedio para contentarlo.

Había funcionado, igual que siempre lo hacía.

El multimillonario bufa.

—¿Todo bien? —cuestiona Izuku a su lado, mirándole nuevamente. Ya ha enviado su mensaje.

Katsuki parpadea.

—¿Te gusta Tenya Iida?

Silencio.

Izuku se toma un tiempo perfectamente razonable en contestar.

—Eh... ¿no? ¿Recuerdas que sólo he hablado con él dos veces?

—En ocasiones dos veces pueden ser suficiente para que alguien empiece a interesarte.

—¿En serio? —Izuku baja la mirada. Sonríe un poquito. Luego parece reírse de algo y vuelve a mirar a Katsuki—. No, de hecho, creo que tienes razón.

Las pupilas rojizas del universitario fallido se disparan hacia él.

Cada vez que se encuentra con el verde sutil de las irises de Izuku, Katsuki no puede evitar preguntarse un millón de cosas. No ha continuado leyendo su diario virtual tan sólo porque teme invadir demasiado una intimidad a la que no ha sido invitado. Quiere darse el gusto de descubrir algunas cosas por cuenta propia antes de que las propias palabras de Izuku se las cuenten. Y no sólo de él. También de Mirio. De Tamaki. De todo este universo que existe en Cilu (como Izuku y Tamaki suelen llamar a la librería de cariño).

La Ciudad de los Libros [Hiatus temporal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora