Mansión MalfoyUn fuerte <CRACK> hizo eco en la entrada desierta de aquella gran mansión. Un sendero angosto flanqueado a la izquierda por setos pulcramente recortados y a la derecha por matorrales salvajes de corto crecimiento desemboca en un amplio camino que es cortado por un par de impresionantes verjas de hierro forjado que marcan los límites de los terrenos de la mansión.
Aguardó unos momentos hasta que una figura se hizo presente al otro lado de las barras de las puertas de Hierro. Un mujer de cabello rubio, piel pálida, alta y delgada. Vestía un largo vestido claro con un saco largo de manga larga color negro aterciopelado.
—¿Severus?
La mujer abrió las puertas con un movimiento de varita e invitó al pelinegro a entrar. Snape se adentró al sendero con paso rápido y entrar a la mansión. Nada más entrar en la mansión hay un amplio vestíbulo, pobremente iluminado y suntuosamente decorado, con una gran alfombra que lo cubre en su mayoría. Narcissa Malfoy lo siguió, una vez dentro le indicó que la siguiera hasta el salón.
El salón era una sala grande con una hermosa chimenea de mármol tras montada por una ventana dorada y sobre ella hay un espejo con marco dorado. El suelo de la habitación está pulido y cubierto en parte por una alfombra; una lámpara de araña cuelga del techo. Hay retratos colgados en las paredes de un color morado oscuro y varias sillas y sillones.
Narcissa se sentó en uno de los sillones con elegancia e invitó al pelinegro a sentarse.
—¿A qué se debe tu visita, Seve...? ¿Es una niña?
Snape traía un túnica y capa negra para cubrirse del frío, envuelta en una manta de lana y la su capa se encontraba un niña, quién dormía plácidamente aferrada a las prendas de su padre. El cabello de la niña era de un castaño oscuro y de piel blanca.
—Ella es Eileen, Narcissa. —la mujer lo miró confundida —Eileen Snape, es mi hija.
—¿Tu hija? ¿Como...? ¿Qué? Severus, explícame esto.
La mujer estaba confundida, no había hablado con Severus en mucho tiempo. La última vez que habían hablado fue por carta: Narcissa le había comunicado que su heredero, Draco y Bella, ya habían nacido; pero él nunca le había dicho que iba a ser padre, mucho menos que tenía una relación con alguien.
Severus le contó a la rubia lo que sucedió: cómo conoció a Abby, cómo llegó a tener sentimientos por ella, el día en el que Eileen nació, Abby en el hospital. Se sinceró frente a ella, sabía que a Narcissa no le agradaba la idea de que se junte con muggles pero confiaba en ella.
—Por Merlín, Severus... —te tomó la mano dándole apoyo —Lo siento.
—Reconozco que no son de tu agrado los muggles, pero ella... era diferente, disfrutaba el estar con ella. —miró el rostro de la pequeña Eileen —Ahora necesito de tu ayuda, Narcissa, estaré todo el año en Hogwarts y no podré cuidar de ella, necesito que cuides de ella por mí.
La rubia lo miró sorprendida. ¿Cuidar de la niña? Ella era muy pequeña, además tenía que cuidar de Draco y a Bella...
—Te lo pido como amigo, Narcissa. Ella aún es muy pequeña y no confio en nadie más para cuidarla.
—Severus... No estoy segura de que Lucius esté de acuerdo.
—Yo me encargaré de hablar con él, pero quería hablar contigo primero. Tú tienes a Draco y a Bella ahora, sabes lo importante que es cuidar de los hijos. He cuidado de ella desde antes de que naciera, procurando que el Señor Oscuro ni ningún mortífago se entere. Por favor Narcissa, estaré en deuda contigo.
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The Princess of Slytherin (En pausa temporalmente)
Fiksi Penggemar¿Severus Snape con una hija? No serían los únicos en entrar sorprendidos. Eileen Snape, hija del murciélago de las mazmorras y una muggle muy alegre. Esta sarcástica chica convive tanto con Serpientes como con Leones, Tejones y Águilas, aunque sus...