5

895 69 3
                                    

Ya era bastante tarde y la escuela estaba casi vacía. Eran pocos los clubes que se reunían los lunes, solo natación y Glee. Caminaba por los pasillos vacíos, cuando escuché unas voces, sonaba como una discusión.

- ¡Tú me hiciste esto! ¡Tu le dijiste a la entrenadora de mi cirugía de verano! - era Santana, y sonaba muy enojada.

- ¡Es cirugía cuando te quitan el apéndice, tu te pusiste implantes! Y no te atrevas a hablarme así, sabes que puedo sacarte del equipo si quiero, la entrenadora estaría de acuerdo conmigo.

- Por favor Fabray, ya te rendiste con ese grupo de perdedores y crees que vas a poder conmigo. ¡Sylvester estaba a punto de darme el puesto a mi antes de que me delataras! Pero ahora que demostraste ser débil no hay nada que puedas hacer.

-¿Es enserio? Somos amigas, Santana ¿enserio vas a arruinar esto por el estúpido puesto? Con razón Brittany prefiere estar con Artie...- las palabras de Quinn fueron interrumpidas por una bofetada.

- No te atrevas a hablar de eso... - al parecer era un tema muy sensible, nunca la había escuchado tan enojada. - Por lo menos sé que Britt y yo tenemos algo especial... en cambio tu ni siquiera te atreves a hablarle a...- Otra bofetada se escuchó, y pude ver a Quinn corriendo por el pasillo.

- ¡Quinn! ¿Estás bien?- me acerqué a ella, estaba con la espalda apoyada en los casilleros y la mirada hacia el suelo.

- ¿Qué haces aquí? - dijo sin mirarme.

- Las escuché discutir... Quinn, si esto es mi culpa enserio lo siento, no...

- ¿Por qué sería tu culpa? El mundo no gira a tu alrededor.- me cortó rápidamente.

- Lo escuché todo... de verdad no era mi intención...

- ¿No era tu intención hacerme sentir miserable y humillada? ¿y frente a mis cheerios? No me vengas con eso - dijo con sarcasmo- Se notaba que lo estabas disfrutando.

- ¡Por supuesto que no!- me defendí - en un principio reconozco que me sentí bien, había descubierto tu debilidad, tenía con qué defenderme. Pero se me fue de las manos... solo quería que pararas, no que te sintieras así, ni mucho menos arruinar tu amistad con Santana.- me miró con un poco menos de odio y se sentó en el suelo, yo me senté junto a ella.

- Desde primer año ha querido el puesto de capitana, iba a pasar tarde o temprano...- se quedó en silencio un momento, pensativa. Me dio una mirada inquisitiva y continuó. - ¿Cómo lo descubriste? Tu nunca me llamaste así antes...- No lo dijo, pero yo sabía exactamente a qué se refería.

- Aún está tu "fan page" en Facebook y...

- Tiene que ser una broma... júrame que nadie más lo sabe- dijo en voz baja cerrando los ojos con frustración.

- Lo juro. - no sabía si lo que diría a continuación estaba bien, podría enojarse o pensar que me burlaba de ella, pero a esas alturas no importaba mucho. - Eres hermosa Quinn, antes y ahora, no deberías avergonzarte.

Su expresión cambió totalmente, de absoluta devastación a algo muy cercano a la gratitud y un poco de sorpresa. -Si piensas eso ¿por qué nunca me hablaste? Me veías sola todos los días, sin amigos... ¿Por qué no te acercaste?

- No sabía hacer eso, no sabía hacer amigos. Solo hablaba con la gente que se acercaba a mi primero.- Expliqué- Solo era popular por las galletas que hacía mi mamá.- reí recordando mis años en Fairbrook.- ¿Y por qué no te acercaste tu?

- No me atrevía, pensé que te burlarías de mi como todos lo demás... Los niños son estúpidos, en ese tiempo no había nadie que me dijera algo... lindo. Pensé que una dietas y cirugías eran mi única opción...- volteó a verme. - Gracias - Dijo dándome una sonrisa sincera, le sonreí de vuelta y ella apartó la mirada nerviosa. Nos quedamos ahí un rato, hasta que ella rompió el profundo silencio en el que nos encontrábamos. - Me habían dicho que ser una adolescente sensual te permitía hacer o decir lo que quisieras, y que las personas siempre serían corteses y complacientes... no contaba con que llegaras tu, por lo visto a ti nunca te importó nada de eso.

- Oye, yo me veo mejor que todos en esta escuela y apenas me notan, no...

- Eso es lo que tu crees...- dijo para sí misma, pero alcancé a escucharla. Ella lo notó y su rostro se tiñó de un sutil color rojo.- ¿Me decías?

¿Qué había sido eso? - Te decía que no creo que tu estatus aquí tenga que ver con qué tan sensual eres.- Continúe aún pensando en su comentario.

- ¿Y por qué más va a ser? ¿Mi mamá no me hace galletas tan deliciosas como la tuya.- Creo que nunca antes la había visto reír por algo que no fuera el sufrimiento ajeno.

- Te tienen miedo. Eres horrible con la gente Fabray, no lo niegues.

- ¡Claro que no! - dijo ofendida - No soy mala, solo me doy a respetar.- se defendió.

- Si, lo que tu digas.- dije mientras me ponía de pie. - Me tengo que ir, solo intenta ser menos... así.

- Pero acabas de señalarle completa... - indagó ligeramente confundida mientras me alejaba.

- Exacto. - y girándome hacia ella agregué. - Te veo mañana antes de clases, vamos a arreglar el asunto de Santana.- y sin esperar respuesta me fui del lugar.

Había caminado tan solo unos pasos fuera de la escuela cuando una motocicleta negra se detuvo junto a mi. Vi toda mi vida pasar en un segundo... hasta que el conductor se quitó el casco y pude respirar.

-Hola, ¿qué tal?- saludó sonriendo.

-Por Dios Puckerman, casi me da un infarto-

- Bueno, disculpa, no era mi intensión. ¿Recién te vas? Las clases terminaron hace horas.-

- Si, tenía algunos asuntos pendientes...- No quise darle detalles. Sé que es amigo de Quinn, pero eso era un secreto entre ella y yo.

- ¿Quieres que te lleve? Tómalo como una muestra de agradecimiento.-

- ¿Agradecimiento? ¿Pasaste el examen? 

- C-, es como una A para mi.- dijo orgulloso.

- ¡Eso es genial, Puck! - lo felicité mientras me subía a la moto. - Al parecer nos seguiremos sentando juntos en matemáticas.

- Y en todas las clases que podamos, por favor. - dijo riendo mientras arrancaba el vehículo.

Fue un viaje divertido, hacía mucho tiempo no me subía a una moto. Lástima que fue corto, la escuela no quedaba tan lejos de mi casa. Una vez llegamos, me bajé y le devolví el casco a Puck. Antes de poder despedirme, él habló.

- Oye, muchas gracias por ayudarme, las matemáticas son muy confusas... y, no sé lo digas a nadie, pero realmente quiero graduarme de la preparatoria y ser alguien en la vida. - se sinceró.

- No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo.- bromeé haciéndolo reír. -  Gracias por traerme.

- No fue nada - antes de irse agregó -ah, oye, el sábado habrá una fiesta en mi casa. Solo seremos los chicos de Glee, para celebrar que obviamente ganaremos las locales. Deberías ir.

- Suena divertido, haré lo posible por ir. Adiós, y gracias. - me despedí caminando hacia la puerta.

Lo primero que vi al entrar fue a mis padres, alejándose torpemente de la ventana... se venía un largo interrogatorio.

Algo nuevo (Glee Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora