Capitulo 5

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Alice.

Había pasado una semana desde que Pan se había ido y Felix y yo nos habíamos quedado encargados del resto de niños perdidos.

Descubrí que no quiero ser madre.

Había cuidado con ayuda de Felix a un montón de niños y adolescentes revoltosos... sentí que en esa semana perdí siete años de vida. Empezando por los niños, ellos en serio no me dejaban respirar, les gustaba tener mi atención y no me dejaban dormir, mientras los adolescentes, solo se acercaban a mi para quejarse sobre mi.

También descubrí que Felix tampoco sería padre, durante toda esa semana el me ayudó, claro, dándome apoyo moral, porque en verdad no se entrometió mucho entre todos esos cuerpo masculinos sin madurar y yo.

Claro, había logrado llegar a un equilibrio con ellos, los niños habían entendido que yo necesitaba una siesta y los adolescentes comprendieron que en verdad yo no era la causante de ninguno de sus males.

Con el paso de los días había recuperado gran cantidad de mis poderes, pues había gastado una gran cantidad de magia para venir y salvar a Pan, quien aún no le agradecía, cabe acotar.

Ahora nos encontrábamos un alto castaño y yo en el centro del círculo de niños perdidos, ambos con una espada en mano, llenos de rasguños y cortes profundos; como cada día, los niños perdidos estaban con los combates, y luego de jugar piedra papel o tijera con Felix y perder, tuve que enfrentarme a Logan, un molesto chico con un gran ego, terminando ambos igual de cansados y en empate.

—Pensé qué tal vez me darías una mejor pelea —admitió Logan, sonriendo arrogante luego de haberme visto tirar la espada al suelo.

—No me gusta pelear —renegué —me enseñaron a combatir en caso de ser necesario, esto de pelear todos los dos con alguien nuevo no es algo a lo que éste acostumbrada.

Logan solo bufo como única respuesta, lanzándole su espada a otro chico, a lo que imite su acción, teniendo que recogerla del suelo y dársela al chico a mi lado para así salir del círculo de testosterona.

—Deberías aprovechar a practicar mientras Pan no esté —me comunicó Felix —cuando él llegue no te dejará descansar hasta que pelees como toda una niña perdida.

Me encogí de hombros como única respuesta, alejandome del círculo y escalando un árbol, tirándome en una de las ramas a la vez que un humo morado me rodeaba, transformándome en un gato.

—Dormire... no me despiertes a menos de que alguien se esté muriendo —le ordene a Felix, quien, aún sorprendido por mi cambio, asintió, volviendo su atención a los niños que peleaban.

Mis ojos empezaron a pesar, en serio me encontraba cansada, pues el cuidar el campamento no era tan fácil como Pan lo pintaba, mis horas de sueño se habían reducido, y me vi forzada a mejorar mi condición física sin descanso...

—Buena chica —sacudí mi cabeza ante la molesta voz de Peter resonando en la misma.

A él también le echaba la culpa, ya de por si el campamento me dejaba sin aliento, pero el pensar en ese momento con Pan hacía que mi corazón latiera con fuerza y mis mejillas se calienten, él en serio se había encargado de implantarse en mi cabeza.

—Maldito idiota —gruñí, cerrando mis ojos con fuerza.

—¿De quien hablas? —un chillido de sorpresa escapó de mi garganta al escuchar una voz realmente cerca.

Mis ojos se toparon con a mirada esmeralda, y por la sorpresa, perdí el equilibrio y caí del árbol, volviendo a mi forma humana y golpeándome fuertemente la espalda.

—¡Idiota! —grite a dolorida, levantándome de un salto —¿que te sucede?

—Te vi tan cómoda, no me pude resistir.

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