Capitulo 4

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Alice.

El grandulón dio el primer golpe, por lo que tuve que dar un salto hacia atrás para evitar el posible corte que recibiría en el abdomen por el filo de su espada; apretando el mango de una de mis navajas, corrí hacia el, teniendo que agacharme y arrastrarme entre sus piernas para evitar otro ataque, aprovechando para cortar con levedad una de sus piernas.

El rubio se volteó con rapidez hacia mi, moviendo la espada tan rápido que me fue incapaz de advertir el corte en uno de mis costados; una mueca apareció en mis labios, tomando mi navaja por el filo y lanzándola hacia el, haciendo que tuviera que agacharse y que el círculo de personas se abriera para evitar ser atacado por la vavaja, otro corte, pero esta vez en mi brazo logro sacarme un pequeño chillido, llevaba tiempo sin entrenar, algo que afectaba mi modo de pelea.

Me desaparecí y aparecí detrás de él, golpeando con mi pie la parte trasera de su rodilla, haciéndolo caer al suelo, Felix se volteó dispuesto a levantarse, pero fui más rápida, sentandome a horcadas sobre el saque otra de las navajas, posicionando una en su cuello y otra en su abdomen.

—Diez segundos ¿a que si? —sonreí con suficiencia, no los había contado, pero sabía que no habia durado menos.

Con una sonrisa burlona, Felix hizo un extraño movimiento que logró tumbarme al suelo, rotando las posiciones y quedando el sobre mi, atrapando ambas manos sobre mi cabeza y con el filo de su espada cerca de mi cuello.

—Pensé que no lo lograrías —admitió, volviendo a sonreír de una manera extraña, que me parecería tierna si no fuera por la situación.

—Estoy llena de sorpresas —Felix río suavemente sin soltarme, volteando levemente hacia Peter, quien nos miraba de brazos cruzados y una ceja alzada.

—Lo lograste gato, felicidades —fue lo único que dijo, mirando con levedad al grupo de niños perdidos antes de empezar a caminar lejos de ahí —¡tu bienvenida acabó, lindura!

Felix se levantó de sobre mi, tendiéndome una mano para ayudarme a levantarme, por lo que se le acepte sonriéndole suavemente, guardando nuevamente las navajas en algún bolsillo que traería mi ropa.

—Espero que esto no se repita —le sonreí una última vez antes de empezar mi camino hacia Pan, quien había desaparecido en una de las cabañas —¡Oye Pan!

Entre a la cabaña con confianza, encontrándome a Pan caminado por la habitación, guardando un montón de cosas en un baúl.

—¿Te vas de viaje? —pregunte con burla, recostándome contra el marco de la puerta.

—Solo ha pasado una semana desde que reviví, la isla aún se está recuperando —me explicó con extraña seriedad —debo estar fuera del campamento por unos días, tal vez más, hay partes de la isla que ni siquiera están en recuperación, y debo ver cómo van.

—Ohh —fue lo único que escapó de mis labios, entendía lo que pasaba, pero no sabía la gravedad del asunto, por lo que no quise agregar más nada. Solo me acerqué un poco, alejándome del marco de la puerta para poder cerrar la misma.

Peter se acercó a mi luego de cerrar el extraño baúl, tomándome de los hombros u mirándome a los ojos con seriedad, logrando intimidarme.

—Felix ya sabe sobre esto, tú y él estarán a cargo del campamento —siguió explicándome —no debes hacer mucho, solo cuidar del campamento, Felix ya lo ha hecho antes, por lo que si tienes alguna duda puedes consultársela a él —mi respiración se corto un momento, y mis ojos se abrieron a más no poder al sentir los labios de Peter sobre los míos, fue un beso corto, casi un roce de labios, pero logró paralizarme.

Escuche sus pasos alejarse hasta la puerta y el sonido de la misma abrirse, pero supe que se detuvo al no volver a escuchar sus pasos.

—Y Alice... —volteé aún sonrojada hacia el, notando la sonrisa burlona que se mantenía sobre sus labios —pórtate bien y no estés tan cerca de Félix ¿está claro? —asentí aún pasmada, logrando hacer reír al castaño, quien retomó su caminata —buena chica.

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