Ikemen Revolution en Español [Ruta Ray Blackwell]

3.1 Mundos diferentes (His side story)

Era una noche fría y las nubes cruzaban el cielo, haciendo que la luna apareciera y desapareciera. Varios soldados del Ejército Rojo habían atacado sin previo aviso, en plena noche. Habían sido superados en número y reducidos rápidamente. En este momento, se encontraban de rodillas frente a mí, con las manos atadas a la espalda.

(Os hemos preguntado innumerables veces porque habéis atacado, pero aun os negáis a contestar.)

Luka: Así no vamos a ninguna parte.

Sirius: Luka...

Luka: No van a hablar, no importa lo que digas. Lo cual significa... Nuestra única opción es hacer que hablen.

Luka comenzó a desenfundar su larga espada y yo, levante una mano para detenerlo.

Ray: Luka. Retírate. Ese es mi trabajo.

Soldados Rojos: Geh...

Deslicé rápidamente mi espada de la vaina y la moví hacia delante con un fluido movimiento. La punta de la hoja se detuvo justo delante del cuello de uno de los hombres.

Ray: Escuchad. Sino empezáis a hablar.... os matare en este momento, como venganza por los crímenes que habéis cometido contra mis hombres. No dejare a ninguno con vida.

Soldados Rojos: ¡Waah!

(Lo digo en serio. Espero que entendáis que esto no se trata solo de una amenaza.)

Ray: Solo lo volveré a preguntar una última vez. ¿Quién ha ordenado esto? No, esperad. ¿Lo ha ordenado el Rey de Corazones, Lancelot?

Soldado Rojo 1: No había órdenes. Hicimos esto por voluntad propia. Solo queríamos una cosa y esa era... tu cabeza, Ray Blackwell.

Fruncí el ceño, pero permanecí en silencio, dejando que el hombre hablara.

Soldado Rojo 1: Sin duda el Rey Lancelot estaría encantado si le llevamos tu cabeza. ¡Y entonces, seriamos ascendidos a los rangos más altos!

(¿Lo habéis hecho simplemente para ser ascendidos?)

Los deseos de esos hombres que estaban arrodillados ante mí, me parecieron ruines.

Ray: Ya veo. Finalmente comprendo vuestras intenciones.

Levante mi espada por encima de mi cabeza y la baje, cortando las cuerdas del hombre que había hablado. Escuché un leve ruido procedente de detrás y, por el rabillo del ojo, vi las caras de sorpresa de Sirius y Luka. Pero los ignore, tirando mi espada al suelo y sentándome.

Ray: Cógela y hazlo.

Soldados Rojos: ¡¿Qué?!

Ray: Córtame la cabeza. Eso es lo que quieres, ¿no? Haz lo que deseas. Sin embargo... piensa bien lo que va a pasar una vez que lo hagas.

Soldado Rojo 1: Esto...

La voz del hombre estaba temblando, así que hable con calma.

Ray: Todo el Ejercito Negro atacara al Ejército Rojo durante la noche. ¿Qué crees que ocurrirá con Cradle cuando los dos ejércitos choquen con todas sus fuerzas? Ciudades y pueblos se perderían, las bajas serian demasiadas para contarlas. Si quieres lograr lo que has venido a hacer, será mejor que estés preparado para hacerte responsable de cada una de las víctimas.

Los soldados del ejército rojo continuaron donde estaban en silencio e inmóviles.

Ray: ¿Qué ocurre?

Ellos miraban la espada tirada en el suelo, pero ninguno se atrevía a cogerla.

(Blandir una espada cuando tu corazón no está puesto en eso, es como agitar un juguete.)

Mi voz se llenó de ira, queriendo que abandonaran sus espadas, entendiendo todo el peso que suponía arrebatar la vida a otras personas.

Ray: ¡Hazlo!

Los soldados del Ejército Rojo comenzaron a temblar y se miraban los unos a los otros, pero ninguno era capaz de dar el paso.

Ray: No podéis hacerlo, ¿verdad? Escuchad y recordar bien esto. Blandir una espada y luchar en la batalla... son cosas que implican tomar las vidas de personas. No es ningún juego de niños. No seré asesinado por unos críos y tampoco os voy a matar.

(No voy a morir en un sitio como este.)

Recupere un viejo recuerdo, un mundo empapado en un mar de sangre y, respire hondo.

Sirius: Ray, ¿Qué debemos hacer con ellos?

Ray: Díselo al Ejército Rojo y que se los lleven.

Luka: Entendido.

Sirius: De acuerdo... ¿Hazel?

Luka: ¿Qué?

Hazel: ¡Oh!

Me giré hacia la puerta y vi que Hazel estaba allí de pie, el color había desaparecido de su cara. En el momento en que nuestros ojos se encontraron, ella se giró y corrió escaleras arriba, como si corriera por su vida.

Ray: Ella ha... Hey, espera.

Hazel: ¡Eek!

Ray: ¡Dije que esperes!

La alcance justo cuando salía al pasillo y extendí la mano, para agarrarla de la muñeca.

Ray: Lo has oído todo.

Hazel: Lo siento.

Ray: ¿Por qué te disculpas?

Hazel había dejado de correr, pero se negaba a girarse hacia mí, negándose a encontrarse con mi mirada.

(Y eso no es todo.)

Ray: Tus manos están frías como el hielo.

No había una razón real para que las tuviera tan frías y supe en ese momento, que estaba aterrada.

(En realidad...)

Sabía que no había una amenaza de guerra constante en su mundo y, tampoco magia. Una parte de mi creía que su mundo debía ser cálido, amable y lleno de felicidad, un lugar que no se parecía en nada a Cradle.

Ray: Hey.... Tienes miedo, ¿Verdad?

Hazel: ¿Qué?

Ray: De mi... y de este mundo, donde la guerra puede estallar en cualquier momento.

Hazel: Oh...

Sabía lo que significaba esa respiración, así que solté su mano.

(Si tienes miedo, no tienes que mirar. No tienes que saber.)

No había nada que pudiera hacer para que regresara a su mundo antes de la siguiente luna llena. Pero no conocía otra forma de ayudarla, excepto alejarla del mundo donde vivo.

(Debes ir a algún lugar lejos, muy lejos de todos nosotros.)

Ray: Si tienes miedo, entonces mira para otro lado. Hazlo y el mes pasara más rápido.

Hable con tranquilidad y, después de un momento se alejó de nuevo, desapareciendo en su habitación. Mientras la observaba, pude ver que todo su cuerpo parecía gritar por escapar.

(Después de todo, vivimos en mundos diferentes.)

Mi mirada se dirigió a la ventana y contemple las estrellas.

(Y siempre lo he sabido. Así que porque...)

No podía dejar de imaginarme la brillante sonrisa en la cara de Hazel, mientras cenaba con todos ellos. Y me preguntaba si volvería a ver esa sonrisa feliz de nuevo. De repente, mis manos se sintieron tan frías como las de Hazel cuando la agarre y, me estremecí un poco.