Capítulo 7: La daga que atravesó la lluvia en llamas

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"Pudimos haberlo tenido todo, rodando en las profundidades, tuviste mi corazón en tus manos y jugaste con su latido. Lanza tu alma a través de cada puerta abierta, cuenta tus bendiciones hasta que encuentres lo que buscas, a la vez conviertes mi dolor en oro atesorado, pagas con la misma moneda y cosechas lo que siembras".

- Adele

Salí un jueves de clase con mi actual mejor amiga. Me había quedado con ella y otra amiga dos horas esperando a que sus padres la recogieran y a mediodía llegaron. Cité a mi otra amiga en la entrada, la idea era volvernos a ver para hablar de unas cosas. El auto de Paulina, mi mejor amiga, se alejaba poco a poco. Caminamos hacia unos puestos para comer algo y Ekaín pasó rápidamente a lado tanto del auto como de nosotras. Mi amiga también era su amiga, así que corrió a alcanzarlo. Ella sabía de mis sentimientos por él, así que lo alcanzó por eso.

- ¡Ekaín! ¡Espera!

Comencé a caminar de regreso a la entrada del campus, y como había entrado en pánico, lo primero que se me ocurrió fue llamarle a mi mejor amiga.

- ¿Qué pasa, Serena?

- Wey, ¿recuerdas del chavo que te acabo de contar?

- Sí, ¿qué pasa con él?

- Pues acaba de pasar justo a mi lado. Brenda lo alcanzó y yo estoy caminando hacia la entrada. Necesito que me ayudes a fingir que hablamos de la tarea de Bidimensional.

- Ok, ¿qué hago?

- Te haré conversación del proyecto y tú me sigues la corriente.

- Ok, ok.

En cuanto llegué a la entrada, fingí que no había visto a Ekaín.

- Ah, hola, no te había visto.

- Ah, sí, no te preocupes.

Le di un beso rápido en la mejilla y me alejé de él un poco. Traía una gorra naranja, volteada, similar a la pose de T.J de "Recreo". Realmente parecía que estaba muy ocupada. Brenda le intentó quitar la gorra y lo logró.

- No, con la gorra no, devuélvemela. En serio, no me gusta que hagan eso.

- Ok, está bien, ten.

- Bueno, ya me voy, nos vemos luego chicas.

- Bye.

Susurré al teléfono.

- Ya se fue, te cuento luego qué onda.

- Vale, nos vemos.

- Nos vemos.

En cuanto entró al campus, Brenda me lanzó una mirada de complicidad.

- Ay sí, te pusiste bien nerviosa mujer.

- N-no es ciertoooo.

- Claro que sí, ve cómo estás.

- B-bueno, tal vez un poquito.

- Ay, l'amour, l'amour.

El 14 de febrero puse en el buzón de Cupido las cartas que había intentado darle por meses.

No volví a recibir un mensaje de él hasta que un temblor nos volvió a sorprender.

19 de febrero de 2018

- ¿Todo bien?

- Sí, sólo fue el susto y ya ☹ ¿y tú? P.D: Buenos días.

- Buenos días. Me alegra que estuvieras bien y yo igual, sólo el susto.

Penas de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora