VIDA

526 34 22
                                    

Buenas, manada. Una disculpa por la demora, pero bueno, la escuela, las ganas y la inspiración tienen que ponerse de acuerdo.

Sin más demora, comencemos.

Nota: Este es un cap bastante largo, así que ponte cómodo y disfruta.

Nota 2: Recuerda que esta historia tiene lenguaje sexual y vulgar, así como descripción de escenas explicitas. Toma esto en cuenta.

Nota 3 (ESTA ES MUY IMPORTANTE): En este cap hay saltos de tiempo entre el pasado y el presente. Cada línea divisoria indica este salto, como ocurrió en el cap anterior. Al final de este episodio ocurre algo similar, solo que se centra en el presente teniendo recuerdos del pasado, por eso las he puesto en cursivas. Espero se entienda y no confunda. Cualquier duda, aquí andamos.

---------------------------------------------------------------------------------

Si preguntas qué es la vida,

respondo 'un morir constante'

Zuri vio como Gaia seguía a Ruhe a un punto incierto dentro de esa pequeña zona con árboles secos. Había apenas los suficientes para cubrir el área.

Trató de ignorar las voces en su cabeza que le ordenaban que los detuviera pero solo se giró, yendo al lado contrario.

Iba a dar un segundo paso cuando sintió como alguien le pisaba la cola, deteniéndola. Al voltear se encontró con los ojos violetas de Susso. No la reprimía con la mirada, en su lugar, hizo un ademán con la cabeza, apuntando a Kaillo quien hasta ese momento se había mantenido en su lugar. Era claro para la hembra lo que le trataba de decir.

-Susso, me importa una mierda si trata de irse. No lo vigilaré más, hazlo tú si quieres –

Zuri era perfectamente consciente de los problemas que traería con Dejarhi pero... intentó no prestarle atención. ¿Y si la castigaba? De un tiempo para atrás dejó de importarle. El macho se había encargado de obligarla a seguirlo ciegamente.

De un empujón pudo librarse del agarre de su compañero y seguir su propio camino.

Susso se quedó observándola para luego de unos segundos voltear a ver a Kaillo. Tenía la mirada baja y no había movido un pie tan siquiera.

---------------------------------------------------------------------------------

Tiifu y Uyama tuvieron que esperar al resto de los Impuros a que los alcanzaran. Ahora estaban fuera de las Tierras del Reino, un lugar que nunca había visto Tiifu pues pocas veces se aventuraban a salir de su territorio.

Seguían su marcha hasta que oyeron como dos leones se unían a ellos en carrera, bajando su ritmo cuando llegaron al pequeño grupo.

Nak y Susso se pusieron a un costado de cada una de ellas, solo ahí tuvieron vigilancia de todos lados. Tan pronto los escuchó llegar, la angustia aumentó en Tiifu y su madre. Para la más joven, la cercanía de Nak le ponía mal.

Trató de ignorarlo y mantenerse centrada en el camino que aún tenían de frente, pero sentía la grotesca mirada del macho devorándola. No podía pensar en otra cosa hasta el punto en que olvidó el motivo de estar ahí.

Caminaron unos minutos más hasta que... distraídas por el grupo de captores, pudieron ver su silueta a lo lejos.

Uyama y Tiifu abrieron los ojos como platos cuando vieron la silueta de una leona a metros de ellas. Aquella leona se mantenía de pie y a esa distancia no podían verle el rostro.

EquinoccioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora